Aries: Surjo y desde el
plano de la mente, Rijo.
Nota Nueva York, con motivo del ingreso
del Sol en Aries – por Phillip Lindsay
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Exaltación del
Sol en Aries
"El Sol representa aquí
la vida del espíritu, que se expresa plenamente como
resultado del gran proceso evolutivo iniciado en Aries.
La vida de Dios, que en este signo es “impelida a la
actividad”, llega oportunamente a su consumación. La
latencia se convierte en potencia y la media noche se
fusiona en el mediodía. Dios, el Padre,
rige."
El Sol es el símbolo de
la vida que primero surge en Aries, el primer impulse
del espíritu manifestándose en la materia. La “vida de
Dios” es “llevada a la actividad” por el regente de
Aries, Marte, y logra la “consumación” en el signo
opuesto, Libra, donde Saturno es exaltado.
Saturno en libra
organiza en formas geométricas el impulso de Aries en el
plano mental, permitiendo finalmente una precipitación
del espíritu hacia la materia. Es por esto que El
Tibetano llamó a Libra el signo de la
“practicidad”.
Urano también está
involucrado potentemente en este par de opuestos
Aries-Libra porque es el regente jerárquico de Aries y
regente del alma de Libra. Urano rige al séptimo rayo de
orden ceremonial o magia, y está conectado con el
séptimo plano, el físico.
Por ende Urano, junto
con la exaltación de Saturno en Libra, ayuda a expresar
esas “ideas desde la mente de Dios” en Aries. El séptimo
rayo es el rayo de la geometría, asistiendo a la
creación de Saturno de formas-pensamiento y
recordándonos del conocido dicho del gran avatar Platón,
“Dios Geometriza”.
¡Dios geometriza
a través del séptimo rayo!
"Urano personifica la
energía del séptimo rayo y su trabajo es análogo al de
Mercurio [regente del alma de Aries], porque dicho rayo
relaciona espíritu y materia y une el fuego eléctrico
[espíritu] y el fuego por fricción [materia], trayendo
la manifestación. Urano lleva al alma hacia la tierra
ardiente durante las etapas finales del Sendero, cuando
el fuego de Aries y los fuegos engendrados por la
potencia de Urano producen el calor llameante de la
última tierra ardiente.
El iniciado debe
atravesar finalmente esta tierra ardiente. Urano rige el
Camino oculto y, en sentido esotérico, está vinculado
con el Hierofante de los Misterios de la
Iniciación."
El elemento fuego esta
conectado al plano mental – a través de su energía
ardiente en su esencia. Aries rige la cabeza y el
cerebro que es el que piensa, de ahí a indicación “surjo
y desde el plano de la mente, rijo”.
Cada año, Aries nos da
la oportunidad de comenzar de cero, de evolucionar, de
impulsar ideas frescas a manifestarse, basadas en las
experiencias sintetizadas del año anterior. De ahí la
importancia de sintonizarse con el ciclo del verdadero
año nuevo que comienza en Aries, no en Capricornio
(Enero).
Y sin embargo la
expresión superior de Aries está conectada a la
intuición o budi, la cual eventualmente sustituirá a la
mente. Los fuegos de la mente serán remplazados por la
intuición etérea.
Jesús y la
Cuarta Iniciación: Lo que la Humanidad Puede
Ser
Como un estudiante de
ocultismo o como aspirante a los misterios, es
importante comprender la parte esotérica de la Biblia
porque:
1. Es con lo que la
mayoría de Occidente ha crecido y está
familiarizado.
2. Mucha gente que
piensa de manera independiente ha rechazado a la Biblia
y sus enseñanzas internas debido a la manera aburrida y
carente de vida que “la iglesia” ha ofrecido estas
enseñanzas.
3. La vida de Jesús es
tan importante como la de cualquier otro iniciado
sobresaliente en cualquier otra tradición
religiosa.
¿Qué significa este
pasaje? – “Urano lleva al alma a la tierra ardiente
durante las etapas finales del Sendero, cuando el fuego
de Aries y los fuegos engendrados por la potencia de
Urano produce el calor flameante del final de la tierra
ardiente. Por esta tierra ardiente, el iniciado tiene
que pasar finalmente”.
Las “etapas finales del
Sendero” es una referencia directa a la cuarta
iniciación, esa meta final para toda la humanidad, donde
se logra liberación. Esta iniciación también es llamada
“Renunciación” o “Crucifixión”, donde el candidato
renuncia a todo y sacrifica al alma en la cruz de la
materia:
"El hombre que recibe la
cuarta iniciación, la Crucifixión, suele tener una
vida de gran sacrificio y sufrimiento. Es la vida del
hombre que hace la Gran Renunciación, y que aún
exotéricamente es considerada difícil, intensa y penosa.
Todo lo abandona, hasta su perfecta personalidad misma,
sobre el altar del sacrificio, y queda despojado de
todo. Renuncia a amigos, dinero, reputación,
carácter, posición, familia y hasta a la vida
misma."
La vida de Jesús es un
ejemplo sobresaliente de todo lo que la humanidad puede
ser oportunamente – en posesión de un amor amable
ambiguo, sabiduría y de una voluntad inquebrantable. En
palabras de otro gran iniciado, San Pablo, “a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo.”
Debido a la naturaleza
de la evolución, las pruebas para la iniciación se
incrementan en paralelo con el desarrollo de conciencia.
Reconociendo plenamente este hecho, Jesús
dijo,
“De cierto, de cierto os
digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las
hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al
Padre.”
El “Padre” es la
conciencia monádica lograda después de la cuarta
iniciación cuando el cuerpo causal del alma es destruido
después de eones de servir como un principio mediador
entre el puro espíritu y la materia:
"Después se produce la
desintegración o destrucción, el cuerpo causal se
desvanece como una llamarada de fuego eléctrico, y el
“hombre” verdadero o yo, es abstraído de los tres
cuerpos del mundo."
El primer rayo de
voluntad y poder es el rayo principal que pasa por este
primer signo del zodiaco. Aries es un signo de nueva
vida, pero también es un signo de muerte, el fuego de
Aries arde y destruye todo lo que obstaculiza el
sendero. Plutón, co-regente del primer rayo, es el Señor
de la Muerte y es activado en este signo. Por ende el
Sol nutre, pero quema y destruye y, combinado con el
primer rayo de Plutón y Urano “produce la llama y el
calor de la tierra ardiente final”. El fuego es un
agente de purificación y,
"Por medio del fuego
menor de la mente arden “las selvas de la experiencia
extinguidas por las llamas; entonces aparece desvelado
el Sendero y nada impide la visión".”
De algún modo,
paradójicamente, es a través de esta purificación
ardiente que la mente es liberada y el regente del alma
de Aries, Mercurio, se convierte en el principio
intuitivo iluminador a través de la experiencia de vida.
A la luz de los tres regentes de Aries, Mercurio es el
principio mediador entre el espíritu Uraniano y la
materia Marciana.
Es esta combinación de
factores que permite a Aries “tomar una postura” y
marcar el ejemplo, se ser la idea en la manifestación.
Se dice que la muerte por fuego o quemadura en Aries
libera al iniciado hacia el centro planetario Shamballa.
Jesús ciertamente hizo su “última postura” después de
pasar por toda la gama de purificación y pruebas
rigurosas de persecución; de ser engañado o defraudado
por los más cercanos a él en Getsemaní; y siendo
completamente mal entendido, llevándolo a decir, “Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen."
Aries es el “cordero de
dios”, el “cordero sacrificado antes de la fundación del
mundo”; cuando Cristo trabajó a través de su discípulo
Jesús, un gran evento cósmico que ocurrió no sólo en la
tierra; fue al final de la Era de Aries y al comienzo de
la Era de Piscis. Por primera vez en la historia de la
humanidad, un delgado hilo de la fuerza de Shambala fue
anclado en este planeta:
"Su principal trabajo
[del Cristo] - la revelación del Camino de Evolución
Superior. Esto implica atraer la prístina voluntad
divina y relacionar la Jerarquía espiritual con el Gran
Concilio en Shamballa. Por lo tanto, será evidente que
fue el primero en llevar a cabo, etapa tras etapa, la
total revelación de la humanidad a la Jerarquía y de la
Jerarquía a Shamballa."
Las enseñanzas
esotéricas fueron dadas a la humanidad debido a su
clamor por más luz. La mayoría de nosotros somos
místicos, tenemos una comprensión intuitiva de los
asuntos espirituales, sin necesariamente comprender el
cómo y el por qué. La disciplina del sendero del
esoterismo u ocultismo nos da el cómo y por qué
mezclando los caminos del corazón y la cabeza.
De ahí
que debemos aprender a vivir en el mundo del
significado, reflejando apariencias externas y
cultivando una meditación/reflexión regular que se
mantiene vinculada con la fuente. Debemos aprender por
medio del entrenamiento esotérico a leer entre líneas o
más allá de ellas,
"Los interpretadores del
Evangelio y los numerosos discípulos de la dispensación
cristiana, no captaron en forma peculiar esta
revelación; pusieron el énfasis sobre la muerte de la
personalidad cuando Cristo pasó por la experiencia del
"gran vacío de la oscuridad" y emitió en voz alta el
mántram oculto, "Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué Me has
abandonado?", reconociendo con eso simultáneamente la
diferencia que había con Su "manto de gloria"
(simbolizado en el reparto de Su vestidura por los
soldados romanos), llamando también la atención a todos
los futuros discípulos e iniciados sobre la desaparición
del "principio medio", el alma; Él proyectaba (en la
conciencia mundial) el reconocimiento que debe venir por
la relación con el Padre o la Mónada.
Esta gran
disolución culmina para nosotros en el momento de la
tercera iniciación, cuando la Luz de la mónada anula a
la luz del alma y a la luz atómica material de la triple
personalidad.
Pero -y aquí reside la
cuestión- el reconocimiento de esta muerte y sus
efectos, sólo está simbólicamente representado y
reconocido en el momento de la cuarta iniciación, la
Crucifixión. Todas las disoluciones, muertes,
renunciaciones y desapariciones menores, de lo que la
naturaleza inferior aferra y a su vez es aferrada,
actúan en relación con los aspectos habituales de la
vida de la forma y de la consciente sensibilidad y
percepción, y son simplemente preparatorias y simbolizan
la gran disolución final del cuerpo causal, consumada en
la Crucifixión.
Esto conduce a la resurrección, o
elevación de la conciencia de la personalidad‑alma
(debidamente fusionada y mezclada) en la conciencia de
la mónada, la cual es lograda finalmente y llevada al
grado de perfección solar en la iniciación de la
Ascensión."
Por lo tanto, en cada
festival de Pascua, podemos “dirigir nuestros corazones
hacia Jerusalén”, no la ciudad literal, sino el “lugar
de paz” dentro del corazón que está íntimamente
conectado al sendero del alma. Podemos resolver, asumir
una postura, una resolución de año nuevo – practicar
“todas las disoluciones menores, renunciaciones y
desapariciones” que finalmente llevan a la
libración.
La mayoría de los
espiritualmente despiertos hoy en día se encuentran de
algún modo entre la primera y la segunda iniciación, con
sólo un puñado que ha alcanzado las iniciaciones
superiores. ¿Cuántos de nosotros podemos realmente decir
que hemos conquistado el deseo en todas sus
manifestaciones, calificándonos para la segunda
iniciación?
Es esta quinta Raza Raíz
individualista y de algún modo orgullosa la que ha sido
llenada con manas o mente en exceso, muchos han perdido
el correcto sentido de proporción al colocarse
correctamente en el sendero. Esto ha resultado en un mal
uso de las enseñanzas esotéricas y en una
sobre-estimulación del próximo paso que yace frente
suyo.
Este es a la vez un
problema patente y muy sutil, donde la arrogancia de la
mente Occidental quiere estar en la cima de la montaña
sin pasar por las “yardas difíciles” en la pendiente
menor. Esto ha sido mencionado en misivas anteriores
pero no hace mal repetir porque, como una raza
desarrollada, nos enfrentamos con una batería de
ilusiones que nos asedian desde cara rincón – mientras
buscamos equilibrar los pares de opuestos en el plano
mental. Se requiere mucha discriminación y matar al ego
para descubrir donde se encuentra uno en el
Sendero.
Suficiente es tener que
lidiar con el espejismo en el plano astral y tener la
ilusión en el plano mental, pero es ahí donde la mayoría
de nosotros nos encontramos, lidiando con kama-manas o
deseo-mente. La trascendencia final de todos esos
espejismos e ilusiones nos lleva paso a paso al triunfo
de cada iniciación.
Resurrección y
Ascensión de Pascua
El mensaje principal
sobre Pascua no tiene que ver con la agonía de la
crucifixión o el sacrificio de sangre, mejor es usar el
término Renunciación. El verdadero mensaje es sobre la
Resurrección:
El Cristo también se
refirió al poder magnético de la voluntad cuando dijo:
"Yo, si soy ascendido, atraeré a todos los hombres hacia
Mí". Esto no se refiere a la crucifixión, sino a la
voluntad magnética de Cristo, de llevar a todos los
hombres que viven en el mundo de los valores materiales,
por intermedio del Cristo inmanente en cada corazón, al
mundo del reconocimiento espiritual. No se refería
a la muerte sino a la vida; tampoco a la Cruz sino a la
resurrección.
En el pasado, la tónica
de la religión cristiana ha sido la muerte
simbolizada por la muerte de Cristo, muy deformada por
San Pablo en su esfuerzo por fusionar la nueva
religión que estableció el Cristo, con la antigua
religión de la sangre de los judíos.
La meta de
toda enseñanza religiosa en el mundo durante el
ciclo que Cristo inaugurará después de Su reaparición,
consistirá en la resurrección del espíritu en el género
humano; se pondrá el énfasis sobre la vivencia de la
naturaleza crística en todo ser humano y el empleo de la
voluntad para lograr esta viviente transfiguración de la
naturaleza inferior."
Técnicamente, la
“ascensión” concierne a la sexta iniciación, después del
quinto grado (resurrección) donde el candidato llega a
ser Maestro de Sabiduría. Jesús tomó la quinta
iniciación en su próxima encarnación como Apolonio de
Tiana - ¡irónicamente entre los Romanos!
El sexto grado es donde
el Maestro se convierte en Chohan o su equivalente, un
custodia de una línea de energía de rayo particular. El
Cristo, trabajando a través de su discípulo Jesús, tomó
la sexta iniciación mientras que Jesús tomó la de cuarto
grado – una combinación muy única y potente necesaria
para ese momento propicio en la historia.
De hecho, Cristo también
tomó el séptimo grado que es el nivel que el Buda había
logrado. Sólo un iniciado de séptimo grado puede
comprender las palabras de Cristo sobre “Vida más
abundante”. Hay un grupo de estos iniciados de sexto y
séptimo grado que operan como un grupo llamado los
Nirmanakayas, mediando entre los Maestros de Sabiduría y
Shamballa - ¡pero esa exploración está más allá de esta
discusión!
La charla que escuchamos
sobre “ascensión” en los círculos nueva era
(¡ascienda ahora y evítese el apuro!) está tocando con
la punta de los dedos estas compresiones y generalmente
concierne a aspirantes que están trabajando para
dirigirse hacia el primer o segundo grados.
Aunque estos
individuos han percibido una gran verdad, también hay
mucho espejismo en este tema, principalmente aquellos
que son categóricos en que esta es su “última
encarnación”, “yo no voy a volver”, “estoy yendo a
Arcturus” (¡LOL!), “He alcanzado la liberación”. ¡Pégame
Scotty!
La comprensión final
(algunas veces humillante) de este grupo no
insignificante de individuos, es que van a tener muchas
vidas de ensayo y error antes que el tiempo sea
realmente “correcto”; deben haber ganado sus “sueldos” o
“salarios” para usar el lenguaje oculto.
Sin embargo, todos
estamos conectados en todas las iniciación, por ende
cuando un individuo en su grupo o comunidad alcanza el
estado relativamente raro e infrecuente de la
iniciación, la conciencia lograda por el candidato
madura a través de todo el grupo, beneficiando a todos
de ese modo.
De igual modo cuando un
humano ha traspasado toda la experiencia Terrestre y
está transitando fuera de toda esa esfera – como alguien
como Jesús cuando tomó el cuarto grado, todo el planeta
se beneficia: “Yo, si soy elevado al cielo, llevaré a
todos los hombres hacia mí”.
Notar en el pasaje
anterior, “luego de Su reaparición” que apunta a un
factor importante desarrollándose dentro del planeta muy
pronto:
"..en el presente
inmediato la humanidad tiene en sus manos el
destino del mundo y ‑si puede expresarse así, con toda
reverencia ‑ la actividad inmediata del Cristo. La
agonía de la guerra y la angustia de todo, el género
humano condujo al Cristo, en 1945, a tornar una gran
decisión, manifestada en dos declaraciones importantes.
Anunció a la Jerarquía espiritual y a todos sus
servidores y discípulos que viven en la tierra, que
había decidido surgir nuevamente y establecer
contacto físico con la humanidad si llevaban a cabo las
etapas iniciales para el establecimiento de correctas
relaciones humanas..."
Esta es una afirmación
profunda e implora la pregunta ¿la humanidad ha
producido lo suficiente esta “etapa inicial de correctas
relaciones humanas” en los últimos setenta años? No hay
duda que se han logrado grandes avances, más relaciones
amorosas, pero ¿ha sido suficiente?
Entre ahora
y el 2025 – la humanidad descubrirá, que el
Cristo bien puede reaparecer – “vendrá de las nubes” (en
avión) y “todos los ojos lo verán” (por televisión)
utilizando un lenguaje que todos
comprenderán...
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Edición
y Difusión: www.escuelaclaridad.com.ar
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