Por Sarah Varcas
15 de Mayo 2015
Por Sarah Varcas
Mercurio
se estaciona retrógrado a la 1:44 AM el 19 de mayo (horario del
meridiano de Greenwich) y se mantiene en su propio signo, Géminis a lo
largo de su movimiento retrógrado.
Hablando prácticamente, este es un
Mercurio inquisitivo, que busca información y respuestas, revisando los
eventos de los tres meses pasados, preguntando sobre las relaciones y
conexiones con los demás y generalmente tomando nota y barajando asuntos
inconclusos.
Este despeja el panorama de asuntos pendientes,
permitiendo un desarrollo positivo en los meses por venir. Por supuesto,
eso significa también ¡que los malentendidos actuales deberán ser
abordados en las semanas venideras nos guste o no!
Puede parecer un
fastidio, frustrando nuestro deseo de avance, pero si nos comprometemos a
navegar a través del caos para alinear de nuevo las cosas,
recuperaremos ahora lo que se sintió como tiempo perdido en su momento.
Sin embargo si tratamos de forcejear, ignorando las señales cada vez más
obvias de que algo en algún lugar se está saliendo de su cauce, podemos
estar absolutamente seguros de que una vez Mercurio vaya directo de
nuevo ¡hubiésemos querido escuchar mejor sus alertas y hecho lo
necesario en ese entonces!
El estacionamiento
retrógrado de Mercurio ocurre en oposición al Gran Cautivador. Este
punto anómalo en el espacio es lo máximo en seducción, arrastrándonos
hacia y más allá del mismo ¡lo queramos o no! El Gran Cautivador nos
recuerda que en un mundo de infinitas posibilidades todas las cosas
deben tanto repelerse como atraerse entre sí en algún punto en su ciclo
de desarrollo.
Al igual que ustedes pueden repeler comidas que después
disfrutarán como adultos, y que el ‘amor de nuestra vida’ pueda
convertirse en nuestro más ardiente enemigo cuando cambia la marea de la
pasión, la existencia de la polaridad es inherente a la propia
naturaleza de ser.
Debemos conocer los extremos para encontrar el
equilibrio que favorece la totalidad, evaluar posibilidades que antes
parecían demasiado exageradas para ser ciertas, descartar lo que una vez
nos parecía maravilloso y estar preparados para liberar hasta las
propias facetas de nuestra naturaleza que antes nos hacían ser quienes
somos.
El Gran Cautivador es nuestro portal al futuro, nacido de las
contradicciones más profundas las cuales pueden paralizarnos en el
presente.
No podemos resistirnos al Gran Cautivador (de
ahí su nombre) pero podemos rendirnos a su intensidad de los extremos,
permitiendo que sus contradicciones y paradojas profundas penetren en
nuestras propias células hasta que las reconozcamos como la propia
tensión que anima la vida en sí misma.
En sus profundidades más oscuras
encontramos al destino, aquellas cosas que simplemente no podemos
cambiar, una cierta cualidad de ser a la que no podemos escapar.
La
oposición de Mercurio en este punto al volverse retrógrado plantea la
cuestión “¿Qué hacemos cuando no podemos cambiar algo?” “¿Qué significa
vivir una vida configurada por poderes más allá de nuestra
consideración?”
Aunque la práctica de la astrología revela el papel
profundamente creativo que tenemos en el tejido de la trama de nuestra
vida, El Gran Cautivador nos recuerda que todavía no somos más que el
más pequeño pellizco sobre la superficie de un planeta relativamente
pequeño en uno de cientos de sistemas solares ¡que giran a través del
espacio infinito!
A veces nos recuerda que la vida justo hace lo que
hace, se despliega como debe ¡y simplemente tenemos que enfrentarlo!
Todo
esto puede sonar algo negativo y resignado: no es lo que queremos
escuchar. Lo cual es precisamente el punto. El propio hecho de que no
queramos escuchar, es la razón por la cual Mercurio está gritándolo alto
y claro ahora: todavía hay tanto que simplemente no conocemos.
Conocimiento infinito que no está a nuestro alcance.
No somos los
arquitectos de este asombroso universo sino una pequeña parte del mismo.
Por mucho que queramos el control, los cielos nos recuerdan ahora que
algunas cosas están simplemente más allá de nuestra autoridad y que la
pérdida de tiempo y de energía para tratar de influir en ellas puede
haber provocado que hayamos perdido la perspectiva en meses recientes.
Ahora
es hora de que enfrentemos lo que es en lugar de lo que pensamos que
debía ser, especialmente cuando se trata de las relaciones.
En las
semanas venideras Mercurio resalta lo que simplemente no podemos
controlar: respuestas recibidas de los demás; decisiones tomadas por
aquellos que queremos y que ponen nuestro mundo de cabeza; malentendidos
que parecen surgir de la nada simplemente porque ustedes y yo somos
personas diferentes; dinámicas que se sienten inmediatamente al
encontrarse con alguien y que parecen no tener explicación ‘racional’:
‘tú me provocas escalofríos’, ‘tú me gustas’, ‘quiero conocerte mejor’,
‘espero que nuestros caminos no se crucen nunca más’.
Todo apunta a la
consecuencia inevitable de la vida que hace lo que ella hace: la
interconexión de nuestra energía con la del otro, creando desenlaces
fuera de nuestro control. Independientemente de cuánto empeñemos
pongamos en obtener los resultados que queremos – enredándonos en
esquivar y negar durante ese proceso – no hay garantías.
Ahora la vida
nos llama a vivir verdaderamente en el presente, no con astucia para
crear un futuro imaginado. Digan la verdad. Díganla tal como es y hagan
de eso su propósito, independientemente del resultado.
Contrario
a la creencia popular respecto al poder y a la impotencia, el
reconocimiento de los límites de nuestra propia influencia es
profundamente liberador. Al hacerlo podemos simplemente dejar de
configurar lo que se niega a ser moldeado por algo que no sea su propia
naturaleza.
Hay una paz profunda y nutricia en el corazón del Gran
Cautivador cuando permitimos que este simplemente nos guíe y lo haga a
su manera. Porque su manera es nuestra manera eventualmente.
A través de
nuestra propia aceptación de lo que no podemos cambiar, nos convertimos
en un reflejo viviente y activo del espíritu creador, sin resistirse a
su expresión sino aceptándolo como una fuerza de inteligencia superior a
la del ‘pequeño yo’ que siempre piensa que sabe más.
Una vez alineados
con el destino como un participante activo, no hay nada que no podamos
ser o hacer, porque todo lo que se pide de nosotros es que seamos
quienes y lo que ya somos.
Este período actual de
Mercurio retrógrado revelará mucho respecto a lo que podemos cambiar y
lo que es simplemente la naturaleza fundamental de la vida, de nosotros
mismos y de los demás.
Al finalizar sabremos lo que está y lo que no
está en debate. Podemos resistirnos a esta revelación, pero la
resistencia no significa que tengamos la razón ¡ni que el universo
necesite reformarse para salir adelante con el programa!
Significa que
somos demasiado pequeños en nuestro enfoque, demasiado confiados en
nuestro poder, en un cosmos que se despliega constantemente, revelando
nichos cada vez más profundos del espacio infinito. Todavía HAY TANTO
que debemos aprender. Somos meramente ‘recién nacidos’ en la infinidad
de la creación.
Solamente al celebrar ese hecho podremos abrirnos lo
suficiente para recibir revelaciones más profundas de la verdad cuando
llegue el momento. La floreciente Era de Acuario no es el destino, la
culminación de eones de desarrollo, es meramente una estación de paso en
una jornada sin fin de ser, una revelación de una nueva forma de vivir y
amar, un nuevo modo de existencia.
En términos cósmicos es todavía un
peldaño inferior de una escalera muy larga que se extiende hacia el
espacio infinito del cual no sabemos prácticamente nada. Estar vivos en
el cambio de eras puede llevarnos a creer que hemos llegado. De hecho
todavía estamos en los comienzos, preparándonos para la arrancada en una
carrera muy larga.
El Gran Cautivador lo polariza todo,
incluyéndonos a nosotros. Ofrece lo objetivo y lo subjetivo y nos insta
a elegir la perspectiva de nuestra preferencia. De cualquier forma lo
opuesto también es cierto. Detrás de toda esta polaridad yace el futuro,
nacido de la tensión creativa de opuestos y similitudes entretejidos a
lo largo de nuestras vidas.
A medida que Mercurio viaja retrógrado en
las próximas semanas tenemos una oportunidad de ver esas polaridades, de
encontrar la paradoja y la contradicción, perspectivas diferentes en el
mismo espacio de una relación y honrarlas por lo que son: las semillas
fértiles del futuro, no como problemas a resolver enfocados bajo el
color borroso de una vista unidimensional.
Si hemos
escondido la discordia debajo de la alfombra, dicho ‘sí’ cuando
sentíamos que ‘no’, comprometiéndonos cuando nuestro espíritu anhelaba
la libertad, ahora es el momento de hacer lo opuesto y de revelar la
verdad. Pero al hacerlo debemos aceptar que las elecciones que hacemos
pueden tener consecuencias que no podemos controlar.
Cada decisión
conlleva su propio poder, desatado cuando la tomamos, arrojada a vivir
su propia vida. Es así cómo hacer lo ’correcto’ puede a veces lograr lo
contrario mientras que hacer lo ‘incorrecto’ puede llevarnos exactamente
a donde necesitamos estar.
El poder de elegir es nuestro, entonces
comienza la montaña rusa, alimentada no solamente por nuestro propio
deseo, sino también por el del universo; la fuerza de ser que impulsa
nuestras vidas a lo largo del tiempo y del espacio en formas que todavía
no entendemos.
El futuro nace a partir de cada momento. Somos sus
creadores y sus subordinados, lanzados aquí y allá por influencias más
allá de nuestro control.
Tal es la paradoja en el corazón de la
condición humana: tenemos un enorme poder creativo pero podemos carecer
de la influencia sobre nuestra creación. Este es el Gran Cautivador en
función, ofreciendo la libertad de la auto determinación sin garantías.
Al Mercurio retrogradar a lo largo de Géminis, el poder combinado de
ambos nos invita a reclamar nuestro potencial creativo, ejercitarlo con
integridad y al hacerlo saber que aquello que será, será.
El objetivo
más preciado es simplemente el honrar quienes somos en el momento y
compartirnos honestamente con la vida. El momento presente es todo lo
que tenemos y vivirlo bien es lo mejor que podemos hacer.
El futuro no
es nuestro para configurarlo sino para abrazarlo tal como surge, seguros
en el conocimiento de que descansamos en los brazos de la propia vida,
acunados en un universo infinito nacido de su propia intención.
Sarah Varcas
©
Sarah Varcas 2015. Todos los derechos reservados. Se permite compartir
libremente este artículo en su totalidad si se otorga crédito total a la
autora, se distribuye libremente y se incluye la URL www.astro-awakenings.co.uk
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo
No hay comentarios:
Publicar un comentario