TEMPLOS DE LUZ
Elsa Farrus
Lo que llamamos un templo etérico de luz, o ciudades de cristal, o espacios de luz con cámaras de ascensión, son en realidad, lugares físicos, que son un espacio entre las dimensiones, que están ahí a nuestro lado, en paralelo, y unidos a nosotros, como estamos de nuestro ser de luz, o ser interior.
En muchos tiempos, o mejor dicho entre tiempos, solemos visitar estos, espacios, o templos etérico, de luz ya sea en sueños, en meditación, o en iniciaciones solares.
Porqué lo importante no es recordarlo, sino la alineación, y sanación que al entrar en contacto, con ellos, recibimos, hasta que poco a poco, según nos vamos equilibrando y despertando en conciencia, nos vamos acordando de ellos y vamos ampliando la memoria de lo que allí sucede, aunque en muchas vidas
el acceso es sencillo, suelen venir a recibirnos diferentes guias de luz, o guardianes, o bien guias personales, que nos invitan a entrar y nos acompañan a esos lugares, a sentir la energía. Y a descubrir verdades sobre nosotros mismos.
En todos los templos de luz, estamos con conciencia física, como en estado normal, pero solo accede a el nuestro cuerpo etérico. Además de estar envuelto en miles de geometrías de luz, que nos envuelven y dan la energía necesaria para que ello suceda. Por eso muchas personas, lo que mas recuerdan de estas estancias, son figuras geométricas delante de sus ojos y de su ser, y chispas doradas y miles de chispas como de cristales de colores.
Cuando empezamos a recordar estos espacios, es que estamos realmente, recordando a nuestro ser, y adquiriendo la responsabilidad, con una mayor conciencia de nosotros mismos y de los demás, aunque en ocasiones, solo recordemos calles transparentes, “ganchitos de colores o dorados” lo que llamamos códigos de luz, o figuras y geometrías.
Porque todo eso es la frecuencia e irdin y cuerpos de luz, que remodelar nuestra conciencia, no importa su significado sino la nueva conciencia que aportan. Y que nos dara un giro a nuestra vida en las próximas horas.
Siempre que asistimos a un templo de luz una parte de nosotros se queda fuera y una renace, es como acelerar varias vidas en un instante. En un instante sagrado. De unión con todos tus cuerpos y tú ser. Donde solo hay tu verdad, de camino a la unidad, y donde ninguna de tus personalidades puede doblarte.
Solo tú con la verdad de tu propósito de vida, tu existencia, tu origen estelar, y donde poquito a poco se nos van dando herramientas, aunque a veces no sean reconocibles por nosotros para un avance a una nueva conciencia, mal llamada superior, pues no hay mayor o menos, sino más compacta e unificada.
En donde los guias y seres de luz del lugar, incluso miembros de nuestra junta karmica, nos pueden asistir en una transformación, que se plasmara después en el físico diario, en forma de unidad y expansión a la vez.
Lo más humoroso que he podido vivir cuando camino por ellos, ya sean de Gaia, de otros planos o transoceánicos, es que son pura agua luz. Es una luz que es fuente de energía por si misma, irradia en cada átomo, y no molesta al contrario te ilumina y da paz, todo se mueve y es sólido a la vez. En ocasiones esta luz parece tener música propia, como si tuviera sus propios armónicos. Que te cantan por dentro. Siempre me acuerdo de los serafines que cantan al meditar con ellos, pues aquí también, solo que procede de la luz.
Y lo más impactante o hermoso es el caminar sobre transparente, sobre luz energía y estar dentro del océano, de Gaia o del cosmos, sabes que estas pero eres parte del todo que se forma e ilumina a cada paso.
La llave de acceso es la respiración y el no jucio, no son lugares a los que podamos acceder a voluntad, se abren cuando están alineados a un propósito o nos esperan abiertos, porque superamos algún reto personal, también podemos llegar a ellos a través de la meditación, para comprender cosas, pero nos e abren si se busca información, o control, porque entonces nuestro chacra timo, la llave del corazón no vibra y no podremos pro ams que queramos forzar la entrada.
Podemos llamar a un guía, aun ser de luz, a un Ángel a un maestro, y nos dará parte de la información que nos sane o a corregir para entrar, pero el templo etérico de luz solo se abre, cuando estamos realmente en la energía de silencio interno y el ser de luz nuestro asi lo dispone, jamás antes. Ni después.
Gracias a todos por compartir Elsa. Cuadros de Elsa Farrus Rusiñol
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