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jueves, 31 de agosto de 2017

ALGUNAS COSAS QUE SE PIERDEN CUANDO UNO... SE DESPIERTA ESPIRITUALMENTE por Jeff Wilson

ALGUNAS COSAS QUE SE PIERDEN CUANDO UNO... 
SE DESPIERTA ESPIRITUALMENTE
por Jeff Wilson

A medida que crecemos, somos más conscientes, y el amor, nuestros pensamientos y acciones cambian también.

Esto se debe no sólo a nuestros objetivos cambiantes, sino también a los recursos que extraemos siendo más productivos. A medida que 'despertamos' al mundo como es en verdad, la verdad de todo esto nos cambia desde el núcleo hacia el exterior.

Aun somos humanos, por lo que todavía experimentamos y proyectamos negatividad, pero la magnitud y la duración del tiempo son cambios negativos. 

Todavía me enojo con algunas cosas bastante tontas, pero donde antes yo me convertía en una bola de rabia y autodestrucción, lo acepto como es y sonrío a mi corazón.

Doy gracias por ser capaz de experimentar una serie de emociones, y a través de ese amor y aceptación, mi rabia desaparece. A través de los años de experiencia y aprendizaje, he llegado a entender las trampas a las que la vida nos puede engañar a entrar.

Aquí está una lista de algunas de esas emociones y conceptos que usted deja ir de forma natural al alcanzar niveles superiores de conciencia.

El odio

Hablé un poco de esto, pero la ira y el odio son tristemente aspectos dominantes de nuestra sociedad.

La ira es como un fuego en nuestras almas, que nubla los ojos de humo y ahoga las expresiones verdaderas. El sentimiento de enojo es nauseabundo y totalmente destructivo. Después de pasar el tiempo suficiente en la presencia del amor, el odio nos hace sentir mal físicamente.

La fuerza percibida que proviene de la ira, es vista como de una dimensión y como improductiva.

Los celos

Los celos es un descendiente directo del pensamiento comparativo.

Nos fijamos en lo que tenemos y hacemos comparaciones con otros. Entonces juzgamos las dos partes de los elementos superficiales. A medida que crecemos como personas y llenamos nuestras vidas de amor y obras de compasión, dejamos de preocuparnos por lo que otros tienen.

Reconocemos nuestros propios éxitos y fracasos como valiosos e irremplazables. Esto hace valiosas y sin precio nuestras propias ‘pertenencias’ mentales y espirituales.

La alegría unida a experiencias y seres queridos nos ha mostrado la fragilidad de la búsqueda de objetos físicos. Al ver a otros con una comprensión más profunda o una forma expresa con más fuerza del amor, estamos contentos de haber sido testigo de ello.

Estamos llenos de alegría por el éxito de otros, porque todo el mundo merece ser feliz.

El miedo al fracaso

Para usted poder construir su conciencia y preparar sus herramientas de la atención plena, usted sin duda ha tropezado más de una vez.

Pero a medida que nos hacemos mayores y más sabios, tenemos cada vez menos miedo de golpearnos las rodillas.

Sabemos que el daño del fracaso sólo se extiende hasta una lección no aprendida. Damos la bienvenida a todas las oportunidades de crecimiento y conocimiento.

Nuestras 'herramientas' no serían tan agudas si nunca hubieran sido 'agudizadas', por el sufrimiento.

La inseguridad

Esta hija del pensamiento comparativo es normalmente una de las primeras formaciones negativas que nos dejan. La inseguridad no puede prevalecer donde hay aceptación, amor y esperanza para el futuro.

Recordemos que somos una forma perfecta y en constante evolución de belleza.

Ansiedad

El futuro y el pasado no son más que misterios e historias.

No permitimos que lo desconocido nos cause malestar. Lo hemos enfrentado muchas veces y hemos sobrevivido para mejor.

La venganza

Si alguien nos hace daño, el impulso natural en un momento es de devolver el favor.

A medida que conquistamos nuestras propias formaciones negativas, llegamos a reconocer el dolor que alimenta los antagonistas en nuestra vida. Nosotros no los odiamos, no queremos inyectar más negatividad en el mundo.

Al mantenerse cuidadoso de los daños potenciales, los evitamos o tratamos de salvarlos de la negatividad de sus acciones.

Traducción de Adela Kaufmann

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