LAS PLÉYADES Y ALCYON 2012
Por Kate A. Spreckley
Ahora todo tiene sentido, todas las
piezas del rompecabezas empiezan a embonar de
forma automática, las dudas se disipan y la
confianza crece, el
miedo se disuelve, el invierno termina la
noche se
aleja y es
tiempo de cambiar los pesados ropajes por unos
más ligeros al llegar la primavera y el día.
En el
artículo anterior hablamos acerca de los cambios que están
ocurriendo en nuestros cuerpos y como estamos transformándonos a
nivel de nuestra conciencia y a nivel de nuestro
cuerpo físico. Efectivamente, podemos sentir
el
cambio con gran intensidad. Aún los escépticos
están siendo enfrentados a sus miedos más profundos y empujados
con gran fuerza fuera de aquello que los mantiene atados para
poder lograr la liberación de sus mentes. Habrá quienes se
mantengan reacios a aceptar el cambio y aferrarse al
mundo
material pero esa es otra
historia.
Hoy vamos a
hablar un poco de Astronomía y donde encaja esta área en el
proceso de ascensión o transformación que esta teniendo
lugar en nuestro planeta.
“El
Microcosmos es un reflejo del Macrocosmos” “Como es arriba es
Abajo” y efectivamente lo podemos ver en nuestro sistema
solar y en la partícula más pequeña de la
materia que es el átomo, ambos son iguales
solo que en diferentes dimensiones, actúan
bajo el mismo principio creador, mantienen el
equilibrio y dan forma a la
vida en el Universo Físico. Este principio lo
entendieron a la perfección todas las
grandes Culturas en la antiguedad, de ahí su
gran fijación por la observación de la marcha de las
estrellas. Sabían que al existir ciclos en un
día (mañana,
medio día, tarde, atardecer y noche) también
había los mismos ciclos pero a una escala
mayor, de igual forma los ciclos en un año
(Primavera,
Verano, Otoño e Invierno) sabían también que
esos mismos ciclos se repetían en una escala mayor. Si el
hombre pasa durante su vida por el nacimiento
la niñez, adolesencia y madurez, a un nivel mayor, el de una
civilización, ocurre lo mismo y si una semilla es sembrada esa
semilla responde a dichos ciclos para su crecimiento, cosecha y
nueva reproducción.
Nuestros
antepasados entendían que el ser humano no era diferente a
ningún organismo vivo en el Universo y que al igual que una
planta y una semilla, el ser humano, también se encontraba
inmerso en un ciclo evolutivo. Nuestros antepasados sabían que
si la tierra forma parte de un sistema solar, nuestro sistema
solar también forma parte, junto con otros soles de un sistema
mayor. La pregunta sería ¿A que sistema pertenece nuestro sol y
nuestro planeta?, ¿De donde recibe su influencia nuestro sol? y
¿Que tiene que ver esto con la Ascensión o con el regreso de
Jesús o con el fin del Materialismo?.
Muchas
leyendas de la cultura antropológica alrededor del mundo se
relacionan con las Pléyades. Conocida también como M45 o “Las
Siete Hermanas”, es una constelación de alrededor de 400
estrellas en un
radio de 25 años luz, y se localiza a 415 años
luz de la Tierra.
Las Pléyades,
en la mitología griega, son las siete hijas de Atlas y Pleione (llamadas
Alcione, Merote, Electra, Celaeno, Taygeta, Maia y Asterote).
Muchos templos griegos estaban orientados hacia el
punto de salida y puesta de las Pléyades. La
referencia más
antigua registrada sobre las Pléyades, sin
embargo, corresponde a la literatura astronómica
China fechada en 2357 AC. Para las tribus
agrícolas del hemisferio
norte el
curso de las Pléyades indicaba el comienzo y
el final de la temporada de cultivo.
Probablemente, la más famosa leyenda de las Pléyades en la
tradición
popular norteamericana sea la historia de la
Torre del Diablo,
Wyoming, una roca volcánica que los Indígenas
Kiowa
locales llaman Mateo Tepe. Dicen que una vez
siete doncellas acamparon cerca del río en una región conocida
por tener muchos osos. Uno de los osos comenzó a perseguir a las
doncellas quienes se arrodillaron para
pedir
ayuda, implorando a los dioses. La tierra se
elevó hacia el cielo. El oso intentó, en vano, seguirlas y arañó
un lado de la roca,
marcas que se ven en la Torre. Para proteger a
las doncellas el Gran Espíritu les permitió permanecer en el
cielo como las siete hermanas, las Pléyades.
Para los
Japoneses la constelación de las Pléyades se llama “Subaru”
y en Sánscrito se llama “Krittikas“. Algunos de los
pueblos aborígenes de
Australia la conocían como “Makara” y
reconocían que estaba conectada con la constelación de Orión. La
biblia hace varias menciones acerca de las Pleyades (Job
38:31-33).
Para los Aztecas se llamaba “Tianquiztli“, que
significa el “Lugar de Reunión” (Noten el significado) y era
considerado un signo importante de la continuidad de la vida: a
medianoche, cada 52 años, aparecía directamente arriba de sus
cabezas y les aseguraba a nuestros antepasados que el mundo no
llegaría a su fin decían que el mundo había pasado por
cuatro soles anteriormente y estos habían sido
destruidos que se encontraban en el quinto sol el cual sería
destruido por el movimiento, esto es, terremotos y aparecería un
sexto sol (claramente describen los ciclos cósmicos).
Este
período de tiempo de 52 años también correspondía al calendario
religioso de 260-días (Tonalpohualli en Náhuatl o Tzolkin en
Maya) cuando se entrelazaba con el calendario
civil de 365 días (Xiupohualli en Náhuatl o
Haab en Maya). Cada 52 años
solares Haab (73 años Tzolkin) estos
calendarios coincidían. El ciclo de 52 años se decía que
empezaba cuando las Pléyades cruzaban el quinto punto cardinal o
el cenit del cielo a medianoche. Algunas veces no sólo estaban
las Pléyades en el cenit sobre Mesoamérica sino que esa
alineación también entraba en conjunción plena con el sol (como
lo veremos de nuevo en el 2012). Además, dos ciclos de 52 años
(104 años) se coordinan con una alineación adicional con Venus
que también ocurrirá en el 2012 (Venus símbolo del
amor y de la forma creativa
femenina en la escala
local y también símbolo de Quetzalcoatl y su
regreso).
La Pirámide
del Sol, fuera de la
Ciudad de México, está alineada con las
Pléyades, ya que su
cara occidental y muchas de las calles
aledañas están alineadas directamente con el punto de la puesta
de las Pléyades la medianoche de la noche en que está en su
punto más elevado. Las Pléyades eran claramente reverenciadas
también por los Mayas, quienes, en el área de Chichén Itza,
sabían que el sol producía una sombra
tipo serpiente que descendía del lado de la
escalinata del norte de la pirámide de Kukulcan durante el
equinoccio de primavera recordando el regreso de la Conciencia
de la Serpiente Emplumada. Algunos estudiosos han calculado que
60 días después de la aparición de su sombra, cuando el sol
alcanza su cenit sobre la Pirámide a medio día (Mayo 20-Mayo
23), hay otra alineación directa con las Pléyades. Esta
alineación Pléyades-sol tiene una conexión directa con
Quetzalcoatl-Kukulkan, la Serpiente Emplumada que trajo la
sabiduría más grandiosa al planeta.
Los antiguos
Egipcios también señalaron a las Pléyades como una diosa,
probablemente más reconocida como Neith, la “madre divina”, o
Hathor, quien tomó la forma de una vaca (que portaba las
semillas de la vida). Los piramidólogos que han trabajado en
Egipto durante los últimos 12 años han encontrado textos
piramidales que sugieren que los Egipcios reverenciaban a las
Pléyades y a la estrella Sirio como un sistema estelar superior
divino, especialmente a Alcyone, su estrella más brillante.
La
Constelación de las Pléyades ha sido conocida por todas las
culturas incluso se menciona varias veces en la Biblia. Nuestros
antepasados Aztecas y Mayas no fueron la excepción y cada 52
años llevaban a cabo la ceremonia del Fuego Nuevo cuando el sol
central de las Pleyades (Alción) la estrella Sirio y nuestro Sol
se alineaban.
De acuerdo
con las evidencias heredadas por todas las grandes culturas,
nuestro Sistema Solar gira alrededor de Alción el cual es el Sol
central de la Constelación de las Pleyades. De la misma forma
como nuestro planeta gira alrededor del sol, todo nuestro
sistema solar gira alrededor del Alción junto con otros Sistemas
Solares y tarda (nuestro sistema solar) 25,625 años en dar una
vuelta completa alrededor de Alción, de la misma forma como
nuestro planeta tarda 365 días en dar un giro completo alrededor
del sol.
Los Mayas,
grandes Astrónomos, conocían estos ciclos galácticos y
dividieron este gran ciclo cósmico, que realiza nuestro sistema
solar, en cinco partes de 5,125 años cada una. Según los Sabios
Mayas estos sub-ciclos contenidos en el ciclo mayor son etapas o
Eras por las cuales pasa toda una civilización en su proceso de
evolución tanto física como espiritual, esto es, El Amanecer
Galáctico, El Medio Día, La Tarde, El Atardecer y finalmente La
Noche Galáctica. La última parte ( o sea 5,125 años) del ciclo
completo de 25,625 años o sea la Noche Galáctica por la que
atravesamos y estamos por salir inició, de acuerdo con el exacto
(Según la Nasa) Calendario Maya, en el año 3,113 A.C. y
concluirá el 21 de Diciembre del 2012. Este último proceso por
el que estamos transitando es trascendental en nuestro proceso
de evolución Espiritual porque además de concluir una quinta
parte del ciclo galáctico concluye un ciclo completo de 25,625 y
la conciencia del hombre se transforma debido a las energías
superiores que son recibidas con mayor intensidad por la
cercanía de nuestro sistema solar con Alción el Sol central de
las Pléyades.
La semilla que fue sembrada 26,000 años atrás (El
Hombre) se prepara para ser cosechada y elevada a un nivel
superior de conciencia y realidad para continuar su proceso
evolutivo de regreso a la unidad de donde salio, recordemos que
hace aproximadamente 25,000 años según los historiadores la
Atlántida desapareció y la tierra fue reconformada y purificada
en su totalidad.
La
disminución del magnetismo terrestre, el incremento en la
vibración del Planeta, el proceso de purificación de nuestra
Madre Tierra a través de intensos huracanes volcanes en
erupción, inundaciones y sismos cada vez más intensos, el
calentamiento global el despertar Espiritual tan acelerado que
se esta dando en el hombre y otros síntomas que ya comentamos en
el artículo anterior tan solo obedecen a un proceso natural tal
y como cada año aparecen La Primavera y el Invierno, el Día y la
Noche, La Siembra y La Cosecha. El rompecabezas ha sido armado
todo tiene sentido, la semilla ha de ser cosechada, un ciclo más
está por terminar y todo vuelve a empezar nuevamente. Para
aquellos que se atrevan a cosecharse a si mismos participaran en
el siguiente ciclo supervisando y ayudando a que la nueva
semilla que se siembre llegue a su feliz fin y sea cosechada
nuevamente.
Debemos de
ampliar nuestra conciencia y despertar del sueño de la ilusión
física para incorporarnos a ayudar a Nuestra Madre Tierra en el
proceso de Parto que esta llevando a cabo. ¡Si! Nuestra Madre
Tierra va a a Dar a Luz a un nuevo hombre con una Nueva
Conciencia y Un Nuevo Corazón, un nuevo Hombre identificado con
la Unidad de donde procede y en comunión con todo el Universo.
Así ha sido desde siempre, ¡nuestros antepasados lo sabían!
¡DESPIERTA Y
PONTE EN MARCHA!, TU FAMILIA Y TUS HERMANOS TE NECESITAN EN ESTE
DURO TRANCE POR EL QUE ESTAMOS TRANSITANDO, LIBÉRATE DEL MIEDO,
LA TIERRA NO SE VA A DESTRUIR TAN SOLO SE VA A TRANSFORMAR CON
TODO Y LO QUE LLEVA DENTRO DE SI PARA INICIAR UN NUEVO CICLO.
¿CONOCES LAS
FECHAS EN QUE ENTRAN LAS ESTACIONES DEL AÑO?, ENTONCES TAMBIÉN
CONOCES LAS FECHAS DEL CICLO MAYOR, TAN SOLO HAZ EL INTENTO POR
RECORDAR.
“Ahora todo
tiene sentido, todas las piezas del rompecabezas empiezan a
embonar de forma automática, las dudas se disipan y la confianza
crece, el miedo se disuelve, el invierno termina la noche se
aleja y es tiempo de cambiar los pesados ropajes por unos más
ligeros al llegar la primavera y el día”.
LO CREAS O NO
LO CREAS EL DÍA LLEGARÁ EL SEXTO SOL APARECERÁ LA PRIMAVERA Y LA
CONCIENCIA DE CRISTO RETORNARA Y DONDE UN CICLO TERMINA OTRO MAS
DARÁ INICIO, Y ASÍ POR TODA LA ETERNIDAD.
LA FECHA YA LA
CONOCES EL LUGAR DE LA LLEGADA TAMBIÉN.
TIERRA FIRME
2012
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