por Eckhart Tolle
Cuando
ya no estás totalmente identificado con las formas, la conciencia -
quien eres- se vuelve libre de su aprisionamiento en la forma.
Esta
libertad es el surgir de espacio interior. Se presenta como una quietud,
una paz sutil profunda dentro de ti, incluso en el rostro de algo
aparentemente malo. Esto, también pasará. De repente, hay espacio
alrededor del evento.
También hay espacio alrededor de las altas y
bajas emocionales, incluso alrededor del dolor. Y por encima de todo,
hay espacio entre tus pensamientos. Y desde ese espacio emana una paz
que no es "de este mundo", porque este mundo es forma, y la paz es
espacio. Esta es la paz de Dios.
Ahora
puedes disfrutar y honrar a las cosas de este mundo sin darles una
importancia y significado que no tienen. Puedes participar en la danza
de la creación y estar activo sin apego al resultado y sin imponer
exigencias poco razonables sobre el mundo: Satisfáceme, hazme feliz,
hazme sentir seguro, dime quién soy.
El mundo no puede darte esas
cosas, y cuando ya no tienes tales expectativas, todo el sufrimiento
auto-creado llega a su fin. Todo ese sufrimiento se debe a una
sobrevaloración de la forma y una falta de conciencia de la dimensión
del espacio interior.
Cuando
esa dimensión está presente en tu vida, puedes disfrutar de las cosas,
de las experiencias y de los placeres de los sentidos sin perderte en
ellos, sin apego interno a ellos, es decir, sin convertirse en adicto al
mundo.
Las palabras Esto, también pasará son punteros hacia la realidad.
Al
señalar la impermanencia de todas las formas, de manera implícita,
también están apuntando a lo eterno. Sólo lo eterno en ti puede
reconocer lo impermanente como impermanente.
Excerpted from Eckhart Tolle’s A New Earth, pages 226-227
© copyright 2008-2014. Eckhart Tolle . All rights reserved. http://www.eckharttolle.com/
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
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