REALIDADES SIMULTÁNEAS
Toda experiencia es simultánea y todos los aspectos de la conciencia individual son meras chispas de la Gran Llama, la unidad, o esencia de la Totalidad y esa chispa está dentro de cada célula de vuestro ser; conforma vuestra esencia, vuestra divinidad.
En el proceso de los sucesivos renacimientos habéis venido a la realidad física en momentos predeterminados de la evolución humana, ahora bien, desde una perspectiva multidimensional, estos momentos pueden definirse óptimamente como puntos determinados del continuo espacio-tiempo y ciertamente salís de la realidad material constantemente, aunque pocas veces sois conscientes de ello.
En cualquier momento de vuestra experiencia de vigilia o de sueño podéis deslizaros hacia mundos paralelos en los que también existís, y con los que mantenéis resonancia, para vivir cualquier experiencia que vuestra esencia requiera.
Frecuentemente, entráis y salís de vuestra realidad actual para recuperar información o para experimentar alguna sensación relevante, otras veces contribuís a las realidades probables que están cambiando continuamente en esos reinos, participando plenamente en esas otras dimensiones.
En esos momentos o espacios creáis una especie de intercambio o vínculo entre los dos reinos, y también puede ocurrir que habitantes de reinos alternativos entren en vuestro espacio al resonar con vosotros.
Quienes han alcanzado la capacidad de entrar en estados de meditación profunda o de proyectarse conscientemente en el astral son mucho más conscientes de este proceso, son capaces de acceder voluntariamente a un espacio y de experimentarlo para un propósito predeterminado; tienen el don de ayudar desde las dimensiones superiores, manifestando sus intenciones en la realidad física.
Estas son las características de los viajeros del tiempo, cuyas capacidades superiores les otorgan la comprensión necesaria para acceder a esos reinos en plena conciencia, mientras conservan un cuerpo tridimensional.
Al dejar atrás la vida física, sois totalmente conscientes de la proyección de vuestra alma, de la multidimensionalidad de la conciencia y así se entiende que la resonancia toca los teclados de vuestra existencia, porque os sentís atraídos hacia esos ámbitos que vibran sincrónicamente con vuestro ser, os dais cuenta de lo notable y absolutamente simple que es que la mera emisión de un pensamiento pueda crear todo un mundo, y ciertamente es así.
Ahora, estáis a punto de completar el círculo. A medida que el Sol, la Tierra y los planetas de vuestro sistema estelar se preparan para la impresionante experiencia de su tránsito, seres galácticos de muchos mundos -del universo material perceptible y más allá- están enviando grandes cantidades de Energía Amor a vuestro reino.
Los que resuenan con la Tierra están trabajando con el tono y la vibración para ayudaros a centrar las energías, otros están abriendo los portales multidimensionales para ayudaros en el tránsito.
Trabajadores luminosos de mundos que ni siquiera imagináis están inundando las mallas ionosféricas con el brillo de incontables seres de luz de múltiples puntos del universo.
A vosotros os toca liberar vuestras mentes de los prejuicios que habéis construido a vuestro alrededor, como si los conceptos fijos os protegieran de los peligros y explorar las historias e ideales de otros, especialmente de aquellos que cuestionan el dogma, filtrándolo todo a través del Centro Corazón –sede de la intuición- para que resuene la verdad, porque tenéis derecho a cuestionar el dogma y encontrar respuesta a los problemas irresolutos de vuestras sociedades.
Al buscar la verdad en todos los aspectos de vuestra vida, estáis actuando en la plena luz del conocimiento. El péndulo vuelve a girar, y vuestra estrella tiene ya el impulso necesario y os lleva hacia la luz resplandeciente.
Vosotros habéis venido a esta realidad tridimensional para ser catalizadores del cambio que ayudará a calmar la furia y llevar los santuarios internos y las tierras superficiales de Nungimecha de vuelta a su centro. Habéis vuelto para liberar al mundo.
Angel Luis Fernández.
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