Aprendiendo los Nuevos Pasos de Baile de los Retrógrados
Por Jennifer Hoffman
19 de Abril 2016
Aunque el movimiento retrógrado de los planetas es parte de su ritmo natural, puede crear mucho caos en nuestras vidas, ya que nuestra carrera habitual enfocada en el futuro hace una pausa para detenernos y evaluar nuestra situación.
Pensamos en la vida como un vals grácil y en el universo como el compañero de baile habilidoso que nos guía por la pista de baile. En su lugar, el baile dela vida es un tango rápido en el que nos movemos hacia delante, a los lados y hacia atrás en una serie de pasos complicados que eventualmente nos llevan al final de la melodía.
Y con suerte no nos caemos estrepitosamente por el camino porque confiamos en que el compañero nos atrape si se es que se nos olvidó decirle lo que pensábamos hacer. Para navegar los retrógrados, especialmente los que ocurren con nuestras nuevas energías y frecuencias, necesitamos aprender a bailar el tango y guiar el baile.
Los planetas retrógrados actúan sobre nosotros de dos formas: nos obligan a ver de cerca donde hemos limitado nuestras vidas y entonces actúan para que podamos crear algún espacio para un nivel expandido de potencial. Esta es la parte re- de los retrógrados, revisar, reconsiderar, repensar, etc.
Por supuesto esto ocurre con un enlentecimiento o hasta detención de toda actividad durante un período de tiempo, que pensamos es señal de que hemos cometido un error o estamos haciendo algo mal. No lo es, aunque es confirmación de que nuestro sendero no está alineado con nuestras intenciones.
Y si hemos estado bailando el vals con gracia apoyados en los movimientos expertos de nuestro compañero universal, podemos encontrarnos sentados en el piso sin gracia, preguntando que nos pasó.
Los recordatorios de nuestro poder vienen en muchas formas, usualmente cuando estamos contra la pared y tenemos que elegir y decidir respecto a cosas que hemos estado ignorando o demorando.
Cuando miramos nuestras vidas y comprendemos que no nos gusta lo que vemos y queremos algo más ese es nuestro momento más poderoso porque es cuando olvidamos las otras opciones, que no son realmente opciones y tenemos la claridad para enfocarnos en el premio real, en lo que queremos justo ahora.
El temor ya no es un lujo, la indecisión ya no es una opción, y estamos listos para actuar. Este es el regalo de los retrógrados.
En lugar de resolver los problemas ‘al vuelo’ al avanzar, a veces debemos hacer una limpieza general vaciando y limpiando y reiniciando nuestro campo de energía, de la misma forma en que a veces se necesita reiniciar una computadora.
Piensen en cómo diversos softwares necesitan un reinicio de la computadora para iniciarlos después de su instalación, eso es lo que hace la energía retro. Pero hay más.
Un retrógrado también brinda una oportunidad para ver donde nos quedamos atrás, donde comprometemos nuestros límites energéticos, dejando que los demás usen nuestro poder y permitiendo que nuestra energía se disperse con distracciones, compromisos y obligaciones que nos arrastran silenciosamente y consumen nuestra energía.
Sin el beneficio de los retrógrados, continuaríamos en esta senda hasta que nos frustremos con todo lo que nos rodea, olvidando que somos al final los que tenemos que establecer los límites con todo lo que nos rodea, olvidando que debemos guiar el baile. Esto no quiere decir que nos convirtamos en maniáticos del control, se trata de prestar atención a la intención y a la alineación y aprender a bailar el tango.
Los retrógrados abren nuestra percepción a nuevos potenciales, principalmente porque nos obligan a detener lo que estamos haciendo y permitir que otras opciones aparezcan en escena. Si hemos estado bailando el vals fácil, aprender el tango es más complicado pero finalmente será mucho más divertido.
Tenemos que desafiarnos a nosotros mismos para ser ‘más’ de lo que somos y podemos ser, para explorar nuestros propios límites y expandirlos hacia vidas que tienen espacio para la alegría, la plenitud, la prosperidad, el amor y la paz. Eso no ocurre cuando vamos en picada por el sendero de la vida, sucede cuando tenemos que detenernos y cambiar el neumático, o darnos cuenta que el tanque de gasolina está vacío, o de que estamos cansados y necesitamos descansar.
Bienvenidos sean los retrógrados – y tenemos muchos ahora – porque si han estado pidiendo claridad, señales y transformación, ellos se las traerán justo a su puerta. Y si alguien les ofrece lecciones de tango ahora, digan sí.
Derechos de autor reservados © 2016 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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