La Mentira, sus dos Manifestaciones
Por Sol Ahimsa
30-03-2016
La Mentira es la mayor aliada del Miedo y del Egoísmo y éstos son las mayores trampas del ego mal orientado, por lo que, sus mayores aliados.
La mentira tiene dos formas de manifestarse, así podemos llamarlas: Mentira activa y Mentira pasiva. En ambas las intenciones son totalmente opuestas.
En realidad es muy sutil la diferencia y habría que ampliar mucho más esta exposición, pero creo que con lo que se puede leer, se puede sacar la idea de la gran diferencia entre una forma y otra de utilizar esta herramienta de nuestro ego mal enfocado hacia el miedo y el egoísmo.
Es más fácil descubrir una mentira pasiva que una activa, precisamente por la intención que se pone en ella, por lo que empuja a actuar así.
En la Mentira Activa, guiada por el egoísmo prioritariamente, aunque tiene una gran dosis de miedo detrás como es lógico, se dice para conseguir lo deseado y ocultar a los demás la verdad de lo sucedido o de la intención puesta en ello. Es la forma de evitar que ese deseo o pulsión no salga a la luz de forma que el otro pueda no aceptarlo por dañarlo, por ver que está siendo utilizado, no respetado, no valorado.
En este caso hay mucha compulsión, en realidad su vida transcurre entre mentiras, ya que son personas que hay una pulsión procedente de su interior a tener una doble vida, por puro disfrute del misterio y adrenalina que esto produce. Al final dan pena, porque no son capaces de reconocer que al final, están más solos que nadie, pues las mentiras tienen patitas cortas y se les pillará tarde o temprano. Hay mucho ego tras esta actuación y no hay Vergüenza.
Aquí tendríamos el ejemplo del engaño a la pareja, por el mero egoísmo de disfrutar de otra relación sin romper con la que se tiene, por egoísmo igualmente, ya que se quiere tener todo. Pero sin valorar lo que se tiene, ni respetarlo, ni protegerlo, incluso si son descubiertos, acusarán al que lo descubrió de paranoia o locura. También tendríamos a los que tienen doble vida, ladrones, violadores, asesinos, etc.
En la Mentira Pasiva, guiada por el miedo, se dice para no ser herido, juzgado, castigado, pero en esta manifestación de la mentira no hay un daño al otro sino para el propio que miente. Hay Vergüenza.
Aquí tendríamos el ejemplo de los niños que no hacen los deberes y dicen que sí los hicieron; los que llegan tarde a casa y ponen la excusa de que llegó tarde el autobús; o en caso más extremo un anoréxico o cualquier adicto, sea a la droga, sexo (no entran los violadores), juego, etc.
En todos estos casos son formas de protegerse ante la incapacidad de expresar la realidad por temor a ser reprendido al no hacer lo que se supone se debe, pero sin intención de dañar al otro consciente o inconscientemente.
El Mentiroso Activo pone su propia persona por delante del otro sin ocasionarle ningún cargo de conciencia ante el daño que puede ocasionar. Lo quiere todo y no repara en el daño que puede hacer hasta que es descubierto y tiene que enfrentarlo, ahí puede tener reacciones verdaderamente violentas si su ego es tal que no puede aceptar tal humillación o bloquearse, por la misma razón. Son actos que implican una alteración en la vida del otro, invasión, dolor, destrucción, etc.
El Mentiroso Pasivo se siente culpable de ocultar lo que hace, pero tiene más miedo a contarlo que a no hacerlo, por las consecuencias. Sólo quiere evitar una reprimenda, un castigo, una burla. Son actos que implican una alteración o daño a sí mismos más que a los demás.
Hay un concepto aparte de estas dos formas de comportamiento y son las mal llamadas “Mentiras Piadosas”.
El concepto de Mentira ya se contrapone al de piadoso, pues mentira en sí es un engaño al otro, y esto no tiene nada de piadoso.
Al final, todo engaño se descubre, lo que implica un doble acto, por un lado el propio engaño y por otro, el haberlo encubierto, es una doble energía que no aporta un beneficio en ningún sentido. Lo normal es que el mentiroso activo se encubra diciendo que fue una mentira piadosa lo que hizo, sabiendo bien que no fue así.
Pero, qué puede llevarnos a disculpar una mentira, añadiéndole el concepto de piadoso? Varias cosas:
Limpiar la conciencia: Auto-engañándonos de no decir la verdad por no dañar al otro. Excusa bastante tonta, pues si no quieres que sufra, no hagas algo que sabes que puede hacerla sufrir y, si lo haces, entonces será porque o te preocupas tanto, por lo que no cubras tu conciencia añadiendo “piadoso”.
Cuando se considera que debemos hacer algo porque es por nuestro bien, pero la otra persona no lo acepta: En tal caso tampoco sería “piadoso”, no contarlo porque estamos decidiendo por el otro, si algo es bueno para nosotros, pero no está dentro del grupo de la mentira activa, entonces ¿por qué no contarlo?
Si el otro nos ama y respeta lo aceptará y, si no es así, es porque solo piensa en él/ella, no en nuestro bien estar, así no tiene sentido que lo encubramos.
En el caso de no querer decirle al otro que le pasa algo, por ejemplo, una enfermedad: En este caso me pregunto ¿Quiénes somos nosotros para decidir por él? ¿Quién nos dio tal autoridad? ¿Consideramos que el tomar las riendas de la vida ajena le beneficia? No nos damos cuenta que interferimos su camino, lo que añade karma a nuestra vida.
Aquí lo que habría que hacer es aprender a decir las cosas sin dañar, pero nunca impedirlo. Porque además, cada uno nos tenemos que responsabilizar de lo propio y todo lo hecho trae consecuencias, si no las reconocemos, no podremos sanarlas. Entonces ¿de qué sirve pasarlo, enfermar? De nada, pues no tendremos la información necesaria para remediarlo o para prepararnos para lo por venir. Es una decisión que roza la prepotencia, pero lo encubrimos con “piadoso”.
Para ver la realidad de las cosas hay que ser fríos, objetivos, honestos, sinceros con uno mismo y reconocer lo que en realidad hay, solo así podremos cambiarlo, solo viendo la verdadera intención en nuestros actos podremos rectificar y, por tanto, sanar.
Entonces ¿qué sentido tiene añadir a “mentira”, “piadosa”? No será en realidad que lo hacemos por miedo, por prepotencia, por impotencia, no nos atrevemos a decir la verdad.
Como dije en el otro artículo, es muy fina la línea entre estas cuestiones, hay que afinar mucho para verlo claro y, sobre todo, para identificar en uno mismo ¿qué es lo que nos mueve a mentir?
Sol Ahimsa - Terapeuta Integrativa
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