20 de agosto de 2014
Cuando
empezamos a tomar consciencia de que, no solamente estamos formados por
un cuerpo físico, por emociones y por un intelecto, sino que nuestro
ser interno busca algo superior, algo que salga de estas frecuencias,
algo que consiga elevarse por encima de esos estados básicos del ser,
necesarios para la vida pero insuficientes para el ser completo,
entonces es cuando estamos preparados para entrar en la búsqueda del ser
interno, en la identificación de los yoes quenos componen, en hacer
consciente nuestro lado sombrío, en poder trabajar lo denso del ser para
conectar con lo sutil, con lo elevado, con lo espiritual.
Cuando
entramos en este estado de consciencia y deseamos hacer los cambios
necesarios para ello, entonces es cuando podremos realmente identificar
qué es lo que hay que cambiar y hacia dónde nos tendremos que dirigir
para conseguir conocer y conectar con el Ser interno, con el Maestro
Interior.
El único camino para alcanzar la consciencia
del yo interno es, primero trabajarlo para que no entorpezca el camino y
después dirigirnos hacia la Luz de nuestro ser interno y, por tanto,
hacia el Maestro Interior.
El Maestro Interior es el
guía interno que todos llevamos dentro, es la parte de nuestro alma en
conexión con nuestro Ser Superior y que nos enseña la forma de hacer
consciente este hecho.
Todo ser, llega un momento en su
evolución, que posee la capacidad de conectar con su ser interno para
despertar al Maestro que se lleva dentro. Este Maestro nos dará la
posibilidad de alcanzar niveles de consciencia superiores que nos
permita abrirnos a energías, conceptos y entidades directamente
relacionadas con estos niveles.
El camino de la
evolución es largo. El alma va recorriéndolo vida tras vida, para poder
madurar a través de las experiencias que tenga que ir pasando y así ir
almacenando esta información, de forma que vayamos enriqueciéndonos de
todo aquello que vaya surgiendo en nuestra vida.
Este archivo de
experiencias es el llamado Akáshico e implica poder acceder a la
información que podamos necesitar, en el momento en que nos sea
permitido, para así andar más ligeros y sabiendo el porqué de las cosas y
para qué.
Cuando comenzamos a tener consciencia de
esta parte de nosotros y queremos conectar con él, parece como si fuera
un ser extraño, alguien externo a nosotros ya que aun no sabemos quién
es, no hemos dialogado con él, no entendemos que podemos tener una parte
elevada próxima a nosotros y que nos guía, aconseja y acompaña en cada
momento sin ser un Guía o Maestro exterior.
Conforme la consciencia y el
trabajo personal se hace mayor, cada vez nos sentimos más cercanos, más
identificados con este ser superior interno o Maestro Interior.
Este
camino hacia el interior se hace paulatino, no es posible desearlo y
que se produzca, es un camino de trabajo y dedicación, es un camino de
reconocimiento de lo que llevamos dentro y de lo que tenemos que
transmutar. Es muy importante para conectar con nuestro interior que
reconozcamos nuestra sombra, lo que nos entorpece el caminar y que
trabajemos las trampas que nos pone.
Estas trampas del ego, como yo las
llamo, son las actitudes y comportamientos que nos acompañan y
entorpecen el camino ligero y elevado, las que nos hacen tropezar,
disgustarnos con nosotros mismos por no ser capaces de reaccionar de la
forma correcta en cada momento o de sentir lo correcto en cada situación
o de no tener pensamientos erróneos o negativos ante algo o alguien.
Todo ello, forma parte de estas trampas del ego o de la sombra.
Pero
qué es en realidad el ego? El ego es el yo, es la personalidad, es
quien somos en esta encarnación, pero en él se incluye nuestro
consciente y nuestro inconsciente y, como bien sabemos, es en nuestro
inconsciente donde está todo lo almacenado del pasado y que forma parte
de nuestra sombra y, es esta parte, la que nos pone trampas, la que nos
dificulta el camino, porque ha de hacerse notar para que podamos
identificarla, trabajarla y transmutarla.
Por tanto, todo es ego, ahora
bien, lo importante es saber qué parte de él es la que, en esta vida,
hemos venido a cambiar.
Aquel que piense que no tiene ego o, lo que es
lo mismo, que no tiene sombra, que nunca fue en otro tiempo un ser de
frecuencias bajas o incluso denso, que no hizo algo dañino, es una
trampa que su ego le está poniendo, ya que todos lo estamos
experimentando todo, si no fuese así no podríamos identificar los lados
de la polaridad.
Estas trampas incluyen desde el miedo
a la prepotencia; de la falta de autoestima a la soberbia; de la
negación del yo a la intolerancia; es decir, los extremos se tocan y
todo forma parte de las trampas de nuestro ego, de lo que debemos
identificar para transmutar y así soltar ese lastre arrastrado de tiempo
y fomentado en esta encarnación y poder dar el salto y conectar con
nuestra luz interior.
No huyamos de nuestra sombra, no la temamos,
dialoguemos con ella, ¡¡¡si somos nosotros!!! ¿Qué sentido tiene
tenernos miedo o no querer aceptarnos cómo somos? ¿Por qué nos formamos
una idea de lo que somos, cuando en realidad nos estamos formando un
personaje creado por nuestra mente y que no tiene nada que ver con la
propia realidad de nuestro yo completo o ego? Así, nunca llegaremos a
ninguna parte, así solo estaremos perdiendo el tiempo en esta
encarnación.
Cuando entendemos que somos seres con una
conexión directa con lo divino y que estamos en estos planos para
reencontrarnos con esta divinidad, entonces y solo entonces, estamos
preparados para ascender y reconocer a nuestro Maestro Interno.
Cuando
reconocemos nuestra sombra y entendemos que estar en estos planos de
tercera dimensión, en la densidad de la materia, implica el arriesgarnos
a dejarnos arrastrar por ella y, por eso, es por lo que se desarrolla
una sombra o un ego alterado, que hay que identificar, retomar y
transmutar para que se integre en nuestro ser de luz, entonces y solo
entonces,estamos preparados para conectarnos con el Maestro Interno.
Pero
¿qué implica esta conexión? Ser capaces de caminar en conexión con la
Luz, ser capaces de no identificarnos ya más con esa parte alterada del
ego, ser capaces de caminar en humildad, con el único propósito de
servir a la humanidad y al planeta, aceptar formar parte de los grupos
de Trabajadores de la Luz que se van formando a lo largo y ancho del
planeta con el único fin de conseguir que todos trascendamos.
Conectar
con el Maestro Interno no implica alejarnos de nuestros Guías y Maestros
Superiores, pues ellos siempre estarán ahí ayudándonos y, en la mayoría
de los casos, ellos tienen una evolución superior a la nuestra, por lo
que conectar con nuestro Maestro Interior no es sinónimo de convertirnos
en iguales a los Maestros que están alrededor nuestro intentando que
aprendamos y crezcamos en espiritualidad y sabiduría, sino que la
verdadera conexión se produce cuando entendemos cuál es su papel y cuál
el nuestro.
Cuando entendemos que debemos trabajar en equipo, cada uno
desde su lugar sin otras pretensiones, pues de no ser así no es con
nuestro Maestro Interior con quien estamos conectando sino con otras
partes del ser de menor luminosidad.
Es maravilloso
poder entender que podemos alcanzar estados tan bellos de consciencia
sólo con empezar a querer trabajar con nuestro ser interno y conectar
con la luz que hay en él.
El camino se aprende, los
pasos están establecidos, solo hay que andarlos. En una canalización se
me dijo: "Quien sea capaz de entrar y atravesar sin miedo su propia
sombra, será el único que se encontrará con la luz dorada que representa
su verdadero Yo".
Espero y deseo que en
estos momentos de gran importancia evolutiva para todos, se pueda
conseguir que la mayor parte de la humanidad adquieran esta consciencia y
consigan llegar a adquirir la conexión con su Maestro Interior, CON LA LUZ DEL ALMA.
https://www.facebook.com/sol.hernandezfustel
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