14 de agosto de 2014
Todos
nosotros poseemos un campo energético que nos rodea, protege y comunica
del entorno. Es el encargado de indicarnos qué es lo que nos está
pasando, avisándonos sobre qué parte de nosotros deben ser tenidas en
cuenta por tener algún tipo de problema.
Por ello, a través de él,
podemos prevenir enfermedades, peligros, riesgos, etc., que nos
ocasionarían alteraciones tanto en nuestro cuerpo como en nuestra vida
cotidiana.
Pero también es a ese campo energético donde
llegan los estímulos, dolores, agresiones, malos pensamientos, ataque y
malas energías del entorno, de los otros; y también de uno mismo. Todo
ello, como he dicho, nos altera, condiciona y afecta hasta el punto de
cambiar, dificultar y hasta frenar nuestra vida. Debido a esto es por lo
que son tan importantes las protecciones y limpiezas energéticas. Con
ellas podremos devolver nuestra persona y nuestra vida a la normalidad.
De
igual manera, el cuerpo energético, nos permite sentir todo lo bueno
que nos rodea, así como todo lo positivo que emana de nosotros hacia
nosotros y hacia los demás. En este sentido, cuanto más armónico esté,
cuanto más limpio lo tengamos, mejor será el proceso y más abiertos
estarán los canales de transmisión y recepción en nuestro campo
energético.
¿Qué es lo que puede hacer que este campo
se debilite?
La alimentación; la poca ingesta de agua; los pensamientos
negativos, catastrofistas, pesimistas; los malos sentimientos a los
demás; el miedo, la baja autoestima y falta de confianza en uno mismo;
las enfermedades; el estrés y las obsesiones; la dependencia emocional;
los lugares de baja vibración; las personas que nos quieren mal y les
permitimos que nos hagan sentirnos inferiores; las personas que
pretenden controlarnos y les permitimos que no nos dejen ser nosotros
mismo; el exceso de protección; ser víctimas de ataques energéticos o
psíquicos; y tener alguna entidad espiritual no elevada conviviendo con
nosotros pues se alimentan de nuestra energía.
En el
caso de las enfermedades, es muy importante entender que éstas surgen
por una mala canalización de la energía, un bloqueo en alguna zona de
nuestro organismo.
Estos bloqueos van siempre unidos a un pensamiento o
emoción que nos daña energéticamente y, por tanto, termina derivando en
el cuerpo físico y en nuestra salud. Este proceso es lo que se llama
Somatización emocional y debería formar parte de nuestra educación desde
pequeños para aprender a reconocer nuestros puntos delicados,
emocionalmente hablando, y así evitar futuras dolencias o enfermedades.
Ento
dos estos casos la protección y la limpieza energética nos va a ayudar a
liberarnos de la carga de este tipo de energía densa y dañina, así como
nos potenciará y activará nuestro campo energético para que esté sano y
fuerte ante las adversidades.
Una limpieza energética
consiste en la eliminación de todas las malas energías que tenga la
persona, ya sean provocados por ella misma o por su entorno y que
ocasionan bloqueos, alteraciones o hiperactividad en sus centros
energéticos y capas áuricas.
Pero una limpieza
energética, no sólo sirve para equilibrar el campo energético de una
persona, también de un lugar, de un objeto, de una casa, etc., en
definitiva de cualquier lugar, persona o cosa que lo necesiten.
Enel
caso de los lugares y objetos, lo que sucede es que absorben la energía
de quienes los posee o de quienes se losmanden y, si no es positiva,
pueden dañar a sus dueños o a otros que se aproximen a ellos.
Existen
muchas técnicas de limpieza y la tradición juega un gran papel. A lo
largo de la historia nos han llegado diferentes formas de realizar este
proceso que pueden incluir técnicas religiosas, mágicas o energéticas,
pero lo más importante es que con todas ellas se obtienen resultados.
Dentro
de las técnicas más tradicionales tenemos las velas, inciensos,
plantas, agua y sal, cruces, oraciones, cristales y cuarzos, espejos,
objetos mágicos, imágenes (dioses,ángeles, santos), péndulos, huevos de
gallina, azúcar, amoniaco, sonido (música, diapasones, campanas,
cuencos, etc.).
Aparte de lo expuesto, podemos
fortalecer y limpiar nuestro campo energético con Chi-kung, meditación,
visualización, transmisión de energía con las manos, etc.
Hay que
entender que cuanto más fortalecido lo tengamos, menos serán las
improntas externas que accedan a nosotros, la fortaleza va de dentro
hacia fuera, no al revés y, si nos acostumbramos a protegernos de fuera
hacia dentro, al final, lo que estamos haciendo, es debilitándonos, pues
no estamos fortaleciendo nuestro ser interno que es el único que
realmente puede hacer que podamos estar en cualquier lugar, por muy
complejo, denso, “negativo” que pueda ser y que no nos afecte de
ninguna forma.
Esto se puede conseguir, no somos más fuertes o más
espirituales o más puros cuando no vamos a los sitios o estamos con las
personas porque nos sentimos mal, porque no nos gusta, porque nos
debilita, es justo al contrario, este tipo de sensaciones solo indican
debilidad interior, que en realidad no vibramos en las frecuencias
altas, porque si así fuese, como digo, no nos afectaría nada de lo
externo, no nos dañaría, no nos enfermaría.
La cuestión es, que al
percibir estas otras frecuencias, activemos nuestro campo energético y
no penetran en él, por lo que no penetran en nosotros y ya. Solo así
podremos estar seguros de que estamos bien, de que estamos compensados,
equilibrados, elevados.
El problema no viene de fuera sino de dentro, el
problema no lo tienen los otros, por muy densos que éstos sean, sino
nosotros, no lo olvidemos….
De entre estos materiales
elegiríamos los adecuados a la técnica utilizada y la limpieza
necesaria. Por ejemplo, hay una técnica muy sencilla que deberíamos
acostumbrarnos a hacer cada 15 días como máximo y es el “Baño
Purificador”.
Para llevarla a cabo hay que utilizar una plantas
purificadoras (por ejemplo, angélica, romero, laurel, olivo y
albahaca), siempre en número impar, hirviéndolas 3 minutos y colándolas
en la bañera, con el resto del agua y 5 puñados de sal gorda marina.
Llenamos el baño de agua y echamos las plantas coladas en el agua con
los 5 puñados de sal. Nos metemos dentro de labañera y estamos 20
minutos. No conviene estar más pues es el tiempo necesario para la
limpieza.
En este tiempo podemos poner música y relajarnos, no utilizar
jabones ni aceites en el agua. Al salir nos sentiremos relajados,
ligeros, fortalecidos, con nuestro campo energético limpio y
energetizado, con energías renovadas para afrontar la vida con otro
ánimo y fuerza interior.
Todos los pacientes y amigos que se lo he
recomendado se han sentido tan bien que ya lo incluyenen su aseo diario,
que es lo más importante. Porque además, con este baño prevenimos que
puedan acceder a nosotros enfermedades y otras situaciones no
agradables.
Otra técnica de limpieza es la de los
“Sahumerios”. Ésta sirve para limpiar casas o lugares, incluso personas.
La forma de hacerlo es poner en una cazuelita debarro o de metal, unos
carboncillos de quemado lento y sobre ellos colocar unas plantas como el
olivo o el romero y resinas como incienso o mirra.
La variedad también
ha de ser en número impar, es decir, 1, 3, 5 ó 7 plantas. Una vez
colocadas las plantas sobre los carboncillos, empezará a salir un humo
purificador que iremos pasando por toda la casa o por el lugar que
queramos o alrededor nuestro. Con varias pasadas limpiaremos de malas
energías y sentiremos igualmente alivio, ligereza y energías nuevas,
como pasaba con el baño.
Las limpiezas energéticas,
además de solucionar problemas, son unas técnicas preventivas y de
bienestar general. De aquí procede la gran importancia que tiene el
saber hacerlas y utilizarlas en nosotros mismos. Además, son sencillas
como podéis ver y no requieren de muchos conocimientos religiosos o
mágicos, sólo es saber las técnicas que tenemos que hacer con los
materiales adecuados.
Es muy común pensar que para
conseguir una buena limpieza son necesarios muchos utensilios, saber
oraciones, rituales, seguir unas ceremonias complicadas, etc., y nada
más lejos de la realidad. Las limpiezas son algo sencillo, ya que la
sencillez es una virtud del espíritu ligada a la humildad.
No es lícito
pensar que cuanto más aparatoso y complicado sea un ritual más efecto
tendrá porque, en muchos casos, en estos rituales juega mucho el teatro y
el sentirse especiales o superiores al resto de personas.
La realidad
es otra, las limpiezas energéticas deberían formar parte de nuestro aseo
cotidiano para que realmente éste sea completo. Con el aseo, limpiamos
nuestro cuerpo físico y con las limpiezas energéticas, limpiamos nuestro
cuerpo energético.
Es cierto, que una persona especializada en el tema,
tendrá más fuerza para realizarlas pues la práctica y la diversidad de
casos con los que se haya encontrado hace mucho, por ello, conviene
pedir consejo de cuál es la mejor técnica cuando estamos empezando a
conectar con este mundo, pero con el tiempo, podemos llegar a ser unos
buenos terapeutas energéticos en la sección de limpiezas y protecciones.
Tanto
el aseo como la salud son básicos para una vida adecuada y fructífera,
por ello actuando sobre los dos planos, el físico y el energético,
conseguiremos que así sea.
Sol Ahimsa
Terapeuta holística y profesora
Directorade etaci
secretaria.etaci@gmail.com
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