por Dana Mrkich
25 de Abril 2015
Hay
dos temas que surgen en casi toda conversación que he tenido o
escuchado en el final de las tormentas de esta semana en Sídney/Costa
Central/Hunter. Limpieza y gratitud. La gente dice que se siente como si
hubiese ocurrido una gran limpieza y cuán agradecidos se sintieron esta
semana por cualquier cosa pequeña: algo de calor, la luz de las velas,
un baño caliente en casa de un amigo.
A lo largo de los
años la gente ha escrito expresando preocupación respecto al potencial
de los eventos relacionados con los Cambios en la Tierra. Lo que he
escrito sobre el tópico en el pasado se refiere a que nuestro temor
sobre un evento futuro es usualmente muy diferente de la realidad.
Nuestro
temor imagina lo peor, el escenario más aterrador donde estamos
totalmente impotentes e indefensos. No obstante la historia por sí sola
nos cuenta que los humanos son elásticos. Lo que venga hacia ello lo
enfrentan tal cómo suceda – a veces se siente como si estuviesen en una
burbuja surrealista, sin entender bien lo sucedido, hasta que ha
sucedido.
Nuestra energía tiene una manera de protegernos durante la
ocurrencia de algo, de una forma que nuestros temores proyectados no
tienen la manera de hacer.
Nuestros lentes de
temor no nos muestran todas las cosas positivas que están sucediendo
simultáneamente durante eventos extremos, sean del clima u otros. No se
muestra el apoyo que aparece justo cuando lo necesitamos. La paz y calma
que surge en ustedes y en los demás. La normalidad de la vida cotidiana
que continúa en paralelo al caos.
Estamos en un
planeta viviente y aunque el jurado todavía determina qué evento
climático global es natural vs el cual está influido o hasta creado por
humanos, el hecho cierto es que estamos en un planeta viviente. Ella se
mueve, ella respira. Ella se congestiona, ella se agita. Ella tiene
tormentas e inundaciones. Ella quema y erupciona.
A ella no le interesa
realmente que tengamos fluido eléctrico o empleos. Ese no es su
problema. Ella cambia, se transforma, se purifica, se despeja, se
limpia. Eso es lo que ha hecho durante billones de años y seguirá
haciéndolo.
Creo que es algo bueno y sano que
recordemos que vivimos en un planeta viviente. Si nos hace más
agradecidos, con mayor aprecio, más humildes, más pacientes, más
inclinados a cuidar de nuestro planeta, de nosotros mismos y de los
demás entonces las cosas tales como los eventos de Cambios en la Tierra
son finalmente cosas positivas.
Creo que es bueno recordar que la vida
no está garantizada ni es permanente. Los hace detenerse y pensar:
¿estoy viviendo la vida de la forma que quiero vivirla? Los hace
reflexionar sobre sus prioridades. Nada de esto justifica la devastación
que ocurre…..al contrario, podemos honrar esa devastación ganando en
sabiduría e intuición.
Enviándo oraciones a los que las necesitan esta noche x
© Dana Mrkich 2015. Se permite compartir este artículo gratuitamente siempre que se acredite la autora y se incluya la URL www.danamrkich.com
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo
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