HÁBLATE A TÍ MISMO CON PALABRAS AMABLES – via Gillian MacBeth-Louthan
HÁBLATE A TÍ MISMO CON
PALABRAS AMABLES –
via Gillian MacBeth-Louthan
25-01-2013
Tu sonido pasa por todo el espacio y todo el tiempo y NO TIENE FIN.
Cuando
criticas, cuando obras injustamente, sin-luz — esas obras, esas
palabras, esas energías hacen eco a través de todo el tiempo — sin
detenerse, sin llegar nunca a un punto de descanso o de finalización.
Tus palabras, tus pensamientos, tus acciones, tus verdades verbales tienen efectos repercutidos que son eternos.
Con
este pensamiento en mente, ¿qué estás ofreciendo al futuro – no sólo el
futuro en la Tierra – sino los futuros a través de todo el tiempo y el
espacio? Tus palabras aguardan en la guardería de las nebulosas a que
nazca una nueva estrella.
Tus
palabras se encuentran al comienzo de toda vida en cualquier otro lado.
Tus palabras son tu poder. Es hora de que tus ecos sean el sonido más
dulce y verdadero que tu ser pueda ofrecer a otro.
No
palabras duras, ni expectativas ni juicios severos – sino la dulzura de
quien eres verdaderamente y quien sabes que es la verdad de tu ser en
el centro mismo de tu ser.
Criticas a otro cuando realmente es contigo mismo con quien estás enojado.
Menosprecias
a otro cuando tú mismo no te sientes lo suficientemente grande. Señalas
con tu dedo humano a otro continuamente – señalando sus faltas, sus
debilidades, sus flaquezas de todo.
Y
sin embargo, tus palabras rebotarán como una bala que está rebotando.
Rebotan de regreso a ti, se adhieren a ti, se engruesan a tu entorno, y
luego parten para siempre.
Muchos de ustedes están tejiendo una fortaleza de palos y piedras mediante las palabras que dirigen a otros.
Estas
palabras y piedras mundanas se convierten luego en el mortero que
sostiene la fortaleza en pie, cortando tu fuerza de vida misma. Te estás
cortando a tí mismo de los obsequios que el Creador tiene y desea para
ti.
Nada en existencia se castiga a sí mismo, exceptuando los humanos. Ningún animal se pone a sí mismo en la lista de demérito.
Ningún
animal confiesa a otro sus pecados y defectos Ningún animal habla mal
de su vecino, aún si el vecino es un predador que amenaza su existencia
misma.
Hay
honor entre las criaturas de Dios. Los humanos son los únicos que se
ponen a sí mismos en una posición en la que van a fallar hablando
verdades internas que rebosan de enojo y duda de sí mismos.
Estamos hablando de las fallas y negatividades de otros, pero ellas son un reflejo de tus propias incapacidades.
Cada
verdad y palabra en tu vida es tu bebé. Tú le diste a luz y ahora lo
estás arrojando junto con el agua de baño. Esa es la misma agua de baño
que vas a beber en este nuevo ciclo de aprendizaje.
Tu
senda está despejada, Ustedes son quienes cortan los árboles y bloquean
con ellos su senda. Ustedes son quienes ponen las rocas allí, los
baches y el dolor.
Todo
nace de las palabras que hablas. Tú mismo te das estas situaciones a tí
mismo como un obsequio y como un aprendizaje. Tú eres quien les dio a
luz. Dios no está enojado contigo, la vida no está enojada contigo.
Tú
culpas y señalas con el dedo a otros pues no estás viviendo la vida del
Cielo en la Tierra, pues no estás teniendo el dinero que tanto deseas o
la oportunidad o el amor o la amistad.
Tus
palabras y tu medio-verdad continúan haciendo eco en los pasillos de
todo el tiempo. Pero en su mayoría se coagulan alrededor tuyo. Se
envuelven a tu alrededor porque son tu creación.
Así que ve tu vida y tus palabras y tus verdades y mira – “¿ESTÁ DESPEJADA TU SENDA?” ¿o estás en una fortaleza construida por ti mismo, de tus propias palabras?
Cuando tu senda se empiece a despejar – una ventana, una puerta, un paso a la vez – sabes que lo has hecho bien.
No
puedes detener lo que se ha liberado, pero puedes enviar un mensaje
secundario a un ritmo más rápido y con un corazón más puro.
Las negatividades son lentas y densas a medida que salen, casi como si estuvieran aguardando a que las borres.
Las
palabras y verdades que son puras de corazón y puras de intención son
ligeras y viajan mucho más rápido. Te decimos esto no para señalar con
el dedo sino para mostrarte cuánto te estás dañando a tí mismo.
Siempre
eres tú primero. Cada pensamiento que desees a otro, cada oración que
hables por otro, cada persona a la que maldigas y cada persona a la que
ames, esa energía regresa a ti primero.
Tú
le diste a luz, tú la vas a vivir, tú la vas a portar. Cada uno de
ustedes puede ser reconocido por esto – pero puede cambiar en un fugaz
segundo.
HÁBLATE A TÍ MISMO CON PALABRAS AMABLES. Pide la verdad más elevada de todas las situaciones que te sean mostradas.
Ustedes son muy severos consigo mismos. No dañan a nadie más que a sí mismos.
Todo sale rebotando de aquél a quien se lo dirigiste directamente y
rebotan de regreso para construir una estrecha fortaleza a tu alrededor.
No
te prives a ti mismo emitiendo decretos de densidad hacia otro.
Inclusive en conversaciones casuales esto se puede volver mortal para tí
– no para aquél de quien hablas – sino para ti.
canalizado a través de Gillian MacBeth-Louthan
Enero del 2013
Traductor: Gloria Mühlebach
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