Por Steve Beckow. Terminando la Persecución contra las mujeres: De las Palabras a la Acción
Por Steve Beckow. Terminando la Persecución contra las mujeres: De las Palabras a la Acción
24 de enero de 2013
Pensamos que los problemas del colectivo humano se resolverían milagrosamente el 21 de diciembre de 2012 pero no fue el caso.
Al
parecer tenemos que limpiar nuestra casa. Y Quizá 50 por ciento de los
problemas en nuestra sociedad, quizá más, podrían atenderse si la
discriminación y la persecución contra las mujeres se pararan en la
sociedad mundial.
Entonces
veremos algunas de las circunstancias de la persecución de género en
camino al Día de Nova Terra en 14 de Febrero de 2013. No habrá ninguna
Nova Terra sin el cese de la violencia contra las mujeres.
Lista de hechos de un estudio realizado por el Secretario General de las Naciones Unidad 9 de octubre del 2006.
La
mayoría de los cientos de miles de personas que son traficadas cada año
son mujeres y niños, y muchas son traficadas con propósitos de
explotación sexual.
La violencia contra las mujeres toma muchas formas – física, sexual, psicológica y económica.
Están interrelacionadas y afectan a las mujeres desde el nacimiento hasta la vejez.
Al ir cambiando las sociedades, los patrones de violencia se alteran y
emergen nuevas formas. Algunas formas de violencia, como el tráfico,
cruzan fronteras nacionales.
Las
mujeres que experimentan violencia, sufren un rango de problemas de
salud y su habilidad para participar en la vida pública disminuye.
La
violencia contra las mujeres daña familias por generaciones, así como
comunidades y refuerza otra violencia a través de las sociedades.
La violencia contra las mujeres también empobrece a las mujeres, a sus familias, comunidades y naciones.
Reduce
la productividad económica, extrae recursos de los servicios públicos y
de los empleadores y reduce la formación de capital humano.
La
violencia contra las mujeres es complejo y diverso en su manifestación,
con consecuencias y costos de largo alcance y duraderos.
Su eliminación requiere una respuesta comprensiva, sistemática y determinada. Hay evidencia precisa que la violencia contra las mujeres es severa y perversa por el mundo.
Los
estudios sobre la violencia contra las mujeres que se llevaron a cabo
en al menos 71 países muestran que una proporción significativa de
mujeres sufren violencia física, sexual o psicológica.
Más de 130 millones de niñas han sido sometidas a un corte o mutilación de los genitales femeninos.
La práctica, prevaleciente en África y algunos países en el Medio
Oriente, también prevalece entre las comunidades de inmigrantes en
Europa, Norteamérica y Australia.
El
infanticidio femenino, la selección de sexo prenatal y la negligencia
sistemática en las niñas se encuentran en el Sur y Este de Asia, Norte
de África y en el Medio Oriente.
Las
mujeres experimentan acoso sexual a lo largo de sus vidas. Entre el 40 y
50 por ciento de mujeres en la Unión Europea reportaron algún tipo de
acoso sexual en el lugar de trabajo. En Malawi, el 50 por ciento de las
niñas escolares reportaron acoso sexual en la escuela.
La
forma más común de violencia experimentada por las mujeres a nivel
global es la violencia física causada por una pareja intima.
En promedio, al menos una de cada tres mujeres está sometida a la violencia de una pareja intima en el curso de sus vidas.
Muchas
mujeres están sometidas a la violencia sexual por una pareja intima. Un
estudio de WHO en 11 países encontró que el porcentaje de mujeres que
han sido sometidas a violencia sexual por una pareja intima se encuentra
en el rango del 6 por ciento en Japón, Serbia y Montenegro y 59 por
ciento en Etiopia.
La
violencia psicológica o emocional por parte de una pareja intima está
muy extendida. La proporción de mujeres que han sufrido violencia
psicológica severa se encuentra desde el rango del 10 por ciento en
Egipto hasta el 51 por ciento en Chile.
El
primer estudio nacional francés sobre la violencia contra las mujeres
mostró que el 35 por ciento de las mujeres había experimentado presión
psicológica por parte de una pareja intima en un periodo de 12 meses.
El
Femenicidio –el asesinato de mujeres – tiene características diferentes
de los asesinatos de hombres y a menudo involucra violencia sexual.
Entre
el 40 y 7º por ciento de las victimas femeninas de homicidio son
asesinadas por maridos y novios en Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y
los Estados Unidos.
En Colombia, una mujer es reportada asesinada por su pareja o anterior
pareja cada seis días. Cientos de mujeres fueron secuestradas, violadas y
asesinadas en y alrededor de Ciudad Juárez, México, en un periodo de 10
años.
Las
mujeres también están sometidas a la violencia cuando están bajo
custodia de la policía. La violencia contra las mujeres mientras están
bajo custodia policiaca o en prisión incluye violencia sexual,
vigilancia inapropiada, registro desnudas por o en presencia de hombres,
y demandas de actos sexuales a cambio de privilegios, bienes o
necesidades básicas.
La
violencia contra las mujeres en los conflictos armados a menudo incluye
violencia sexual. Entre 250 mil y 500 mil mujeres fueron violadas
durante el genocidio en Ruanda de 1994; entre 20 mil y 50 mil mujeres
fueron violadas durante el conflicto en Bosnia a principios de los
1990s.
Muchas mujeres enfrentaron múltiples formas de discriminación y un riesgo incrementado a la violencia.
Mujeres
indígenas en Canadá están cinco veces más propensas que otras mujeres
de la misma edad a morir como resultado de la violencia.
En
Europa, Norteamérica y Australia, más de la mitad de las mujeres con
discapacidades han experimentado abuso físico, comparado con un tercio
de las mujeres no discapacitadas.
Las mujeres sometidas a la violencia están más propensas a sufrir problemas físicos, mentales y reproductivos.
Las heridas físicas incluyen huesos rotos y condiciones de salud
crónicas. Las consecuencias en la salud reproductiva incluyen desordenes
ginecológicos, infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados
y problemas con el alumbramiento.
La
violencia domestica y la violación contabilizan el 5 por ciento de la
carga total de enfermedades en las mujeres entre edades de 15 y 44 en
países desarrollados y 19 por ciento en países no desarrollados.
La violencia coloca a la mujer en un riesgo alto de tener resultados de
salud reproductiva y física pobre y también las mujeres abusadas
muestran una baja salud mental y funcionamiento social.
La violencia antes y durante el embarazo tiene serias consecuencias de salud tanto para la madre como para el hijo.
La
violencia lleva a embarazos de alto riesgo y a problemas relacionados
con el embarazo, incluyendo abortos, partos antes de término y bajo peso
al nacer.
Las
mujeres que han experimentado la violencia tienen un alto riesgo de
contraer el VIH. Miedo a la violencia también evita que las mujeres
tengan acceso a información sobre el VIH / Sida y a recibir tratamiento y
consejo.
La
Depresión es una de las consecuencias más comunes de violencia física y
sexual contra las mujeres. Las mujeres sometidas a la violencia están
más propensas al abuso del alcohol y las drogas y a reportar disfunción
sexual, intentos de suicidios, tensión postraumática y desordenes del
sistema nervioso central.
Presenciar violencia domestica crónica puede llevar a patrones de violencia a lo largo de la vida en relaciones personales.
La
violencia contra las mujeres puede evitar que las mujeres participen
activamente en la economía y obstruir oportunidades de empleo.
Las niñas que reciben violencia tienen pocas probabilidades de completar su educación.
Un
estudio en Nicaragua mostró que las hijas de victimas femeninas de
violencia dejaron la escuela en promedio cuatro años antes que otros
niños.
Los costos de la violencia contra las mujeres – tanto directa como indirectamente – son extremadamente altos.
Estos costos incluyen los costos de los servicios para tratar y apoyar a
mujeres abusadas y a sus hijos y llevar a los perpetradores a la
justicia.
Los costos indirectos incluyen pérdida de empleo y productividad, y los costos en el dolor humano y el sufrimiento.
En
Canadá, un estudio de 1995 estimó los costos anuales directos de la
violencia contra las mujeres en 684 millones de dólares canadienses para
el sistema de justicia criminal, 187 millones de dólares canadienses
para la policía y 294 millones de dólares canadienses para el costo de
asesoramiento y entrenamiento, totalizando más de 1 mil millones de
dólares canadienses al año.
Un
estudio de 2004 en el Reino Unido estimó los costos totales directos e
indirectos de la violencia domestica, incluyendo el dolor y el
sufrimiento en 23 mil millones de libras esterlinas por año o 440 libras
esterlinas por persona.
Publicado por Steve Beckow
Traducción: Gustavo T
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