LA LEY DE CAUSA Y EFECTO
En la Naturaleza existe una tendencia
esencial que es la de restaurar permanentemente el equilibrio y la
armonía en cualquier punto en el que se haya producido una desviación de
los procesos naturales.
Por ejemplo, si la rama de un árbol es forzada
más allá de su posición, reaccionará con una fuerza igual y de sentido
opuesto, que devolverá a la rama a su posición original cuando se le
libere.
Si se lanza una piedra hacia arriba, regresará a la tierra
con una velocidad igual a la que fue arrojada. Si se suspende un peso
por medio de una cuerda, se producirá una tensión en la cuerda
exactamente igual al peso, pero tirando en la dirección opuesta.
Estos
son solo ejemplos en el plano material de la tendencia básica de la
Naturaleza, expresada en Mecánica mediante la fórmula: "A toda acción se
opone una reacción igual y de sentido opuesto."
Hay otros ejemplos de la Naturaleza siempre tendentes a restablecer el
equilibrio en fenómenos tan comunes como el del agua, que vuelve a su
nivel después de que ha sido perturbada; el aire atmosférico que se
mueve desde las áreas de alta presión hacia las de presión inferior, o
el de un péndulo oscilante que inexorablemente regresa a su posición de
reposo.
Los Maestros de la Sabiduría Antigua, a través de sus
enseñanzas, indicaban que esa misma tendencia rige todos los universos,
en todos sus planos, visibles e invisibles, al igual que los seres
humanos que también son gobernados por la misma ley, porque también son
parte de esa misma Naturaleza y es que en la esencia más íntima, todos
sois Uno con la Vida Universal; mediante esta fuente eterna, todos
estáis unidos los unos a los otros, del mismo modo que lo están las
hojas de un árbol, o las células y órganos en el cuerpo humano.
Así
pues, la relación natural entre los seres humanos debe ser, por lo
tanto, de armonía y cooperación por el bien común, pero si esta relación
armoniosa se rompe, la Madre Naturaleza responde generando reacciones
del mismo tipo, idénticas, pero de sentido contrario, para restablecer
el equilibrio.
Así que, si los motivos, sentimientos, pensamientos y
acciones son de naturaleza perjudicial, eso mismo retornará, pero si lo
son de una naturaleza benéfica, la reacción será provechosa, de ese
modo, la vida siempre devuelve lo que se le da.
Angel Luis Fernández.
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