Por Jennifer Hoffman
23 de febrero 2015
Tengo
que compartir un secreto contigo, a mí no me gusta el cambio. De hecho,
soy muy mucho un animal de costumbres. Me encanta el orden y la rutina,
así que cuando tengo que hacer cambios, generalmente me tomo mi tiempo y
luego los hago cuando ya no tengo ninguna otra opción.
Esto
significa que el cambio se produce con cierta brusquedad y, a veces de
una manera que no puedo manejar, lo que significa que no puedo demorarlo
por más tiempo. Nuestra necesidad de cambio surge cuando nos hemos
"quedado sin energía" en nuestra realidad actual y si nos vamos a mover
en cualquier dirección, vamos a tener que permitir que ocurra el cambio.
No podemos estar abiertos a la transformación (lo cual significa
"cambiar de forma") si no estamos dispuestos a cambiar nada en nuestra
vida, sobre todo cuando avanzar o cumplir una intención requiere de
algún tipo de cambio, o que algo en nuestra vida sea diferente.
Cambiar
significa alterar nuestras vidas, creando una nueva rutina, y haciendo
las cosas de manera diferente. Siempre tenemos que aprender algo nuevo
cuando las cosas cambian, y eso puede ser una de las razones por las que
retrasamos el cambio por mucho tiempo. De hecho, vamos a retrasarlo
hasta que no haya otra opción disponible y luego tenemos que revolvernos
para cambiar algo.
Pero a pesar de que estemos contentos con cómo son
las cosas, no estamos necesariamente felices o satisfechos o plenos.
Aprendemos a adaptarnos y a hacer frente a las cosas que no funcionan y a
decirnos que están bien, hasta que no podemos hacerles frente por más
tiempo.
En 2010 tuve un grave accidente automovilístico en
una carretera helada que destruyó totalmente mi coche. Me encantaba ese
coche y lo había tenido durante 13 años.
Era nuestro coche familiar,
por lo que guardaba un montón de recuerdos y perderlo era difícil.
Aunque tuvo algunos problemas mecánicos menores, yo sabía cómo
sobrellevarlos. Uno de mis hijos lo había destrozado un par de años
antes y el faro derecho continuaba cayéndose. Así que llevaba cinta
adhesiva en el coche y la aplicaba cuando era necesario.
El interruptor
de encendido no siempre funcionaba, pero yo sabía cómo sacudir la llave
para arrancarlo. El medidor de gas no siempre era fiable así que me
aseguraba de llenarlo tan pronto como bajaba a medio tanque. No me gusta
comprar coches nuevos y normalmente conduzco el mío hasta que dejan de
funcionar.
En este caso, realmente necesitaba conseguir otro coche, pero
yo no iba a hacerlo hasta que el universo me diera un pequeño empujón.
La destrucción total del coche fue el empujón que necesitaba porque no
tenía otra opción, mi coche estaba ahora muerto.
Así que
fui al temido viaje de compra de automóviles y encontré un modelo más
nuevo, que venía con GPS. Después de mi primer viaje guiado por la
ciudad, estaba enganchada. Me encanta el GPS y, siendo “discapacitada
para orientarme ", agradezco no tener que conducir con un mapa en mi
regazo, tratando de averiguar dónde estoy para poder llegar a donde voy.
Pero yo no habría conseguido el coche cuando lo hice, y habría
continuado tolerando problemas mecánicos molestos y no teniendo
orientación de caminos correcta y automatizada si mi otro coche no
hubiera sido sacado de mi vida. El cambio era necesario y era hora de
que permitiera al cambio suceder.
Para ser honesta, conducir era siempre
frustrante, especialmente cuando estaba manejando en un lugar
desconocido, porque no tengo un gran sentido de la orientación. Yo
siempre llevo mapas en mi coche y todavía lo hago, pero tengo mi GPS
para ayudarme a conseguir llegar a destino con mucho menos esfuerzo.
Tuve
que comprar una nueva impresora la semana pasada porque mi vieja
impresora dejó de funcionar. Una vez más, yo uso mi equipo de oficina
hasta que muere, aunque haya opciones técnicamente superiores
disponibles.
Mi vieja impresora hacía lo que necesitaba, o algo así. Yo
nunca pude conseguir que el inalámbrico funcione, el escáner dejó de
funcionar, la alimentación del papel no podía manejar más de 10 hojas a
la vez, y nunca pude descubrir cómo imprimir sobres.
Mi
nueva impresora HP que, entre otras cosas, es totalmente inalámbrica
(incluso he imprimido desde mi teléfono), y ofrece impresión doble faz
(en 2 caras). Es muy rápida, el escáner funciona, y hoy he imprimido
sobres sin esfuerzo.
Imprime papel cuadriculado (imagínense),
calendarios, formularios y reportes, y también puedo programarla para
recibir todo tipo de información automatizada de varias fuentes. Recibí
mis primeros mensajes de inspiración hoy, que leí mientras estaba
comiendo el desayuno (la programé para imprimirlos temprano en la
mañana).
Cómo vemos el cambio determina la forma en que lo
experimentamos. Si pensamos que va a ser ridículamente difícil,
molesto, y traumático, lo será. Y si usamos esa opinión para esperar
hasta el último momento para cambiar, podemos esperar conseguir algo que
nos va a dar el empuje que nos ayudará a reconocer que necesitamos
permitir que el cambio suceda.
Pero si vemos el cambio como parte del
proceso que ocurre cuando establecemos una nueva intención para nuestra
vida, entonces creamos una vía mejor, más elegante para que el cambio
siga. Entonces el cambio se convierte en parte del proceso en lugar del
instigador.
Podemos tener un accidente en una carretera helada y estar
sin coche durante una semana, o podemos empezar a comprar un coche nuevo
cuando sabemos que necesitamos uno. De cualquier manera, el cambio va a
suceder. Cómo sucede depende de nosotros.
¿Estás
tolerando cosas que no funcionan, que no te hacen feliz, que son un
trabajo duro, y no fluyen en tu vida porque tienes miedo al cambio?
¿Qué estás uniendo con cinta adhesiva para que pueda encajar o funcionar para ti?
¿Tienes miedo de que el cambio vaya a ser duro? ¿Y si es fácil?
¿Qué
pasa si cambias tu perspectiva en torno al cambio y la transformación y
en lugar de verlo como duro, simplemente lo ves como parte del flujo
que te lleva hacia el resultado que deseas crear?
Si estás
intentando algo nuevo en tu vida, el cambio es parte de ese proceso. Sé
abierto a invitar a los resultados mejores, los más maravillosos, los
de más alta frecuencia para ti mismo y los cambios serán simplemente
parte del flujo de eso viniendo hacia ti.
Entonces puedes planear el
cambio en lugar de que tus planes se malogren y entonces podrás aprender
a abrazar el cambio y a los nuevos comienzos que lo acompañan. No
podemos crear nuevos comienzos a partir de viejas actitudes y creencias.
Algo tiene que ser cambiado para que un "nuevo comienzo" sea realmente
"nuevo".
Un renacimiento no puede suceder si simplemente
queremos algo nuevo pero no estamos dispuestos a cambiar una sola cosa
sobre nuestra vida actual. El cambio no tiene que ser enorme (recuerda
que cuántico describe un cambio muy pequeño que tiene una gran resultado
exponencial) pero tiene que haber algo.
Cambia un pensamiento,
creencia, actitud, cómo te ves a ti mismo, tus expectativas sobre tu
potencial y tu vida, pero mantente dispuesto a cambiar algo y los
resultados pueden superar tus expectativas más extravagantes. Los
grandes sueños necesitan grandes pensamientos que los apoyen y, al como
mínimo, necesitan por lo menos un pequeño cambio en otra dirección para
suceder.
En cambio sucede cuando estamos dispuestos a cambiar, la
transformación ocurre cuando creemos que el cambio es sólo un aspecto de
la realización de nuestra intención.
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Derechos
de autor reservados © 2015 por Jennifer Hoffman. Pueden citar,
traducir, reimprimir o referirse a este mensaje si mencionan el nombre
de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.comhttp://enlighteninglife.com/
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
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