5 de junio de 2014 a la(s) 8:32
Si
fueras a trazar las trayectorias evolutivas de los últimos 2000 años
de la tecnología, la ciencia, la economía, la medicina y de la mayoría
de cualquier otra categoría del esfuerzo humano, observarías líneas
indicativas elevándose como cohetes, particularmente en los últimos 100
años.
Solamente en aquellas categorías relacionadas con la emoción
humana observarías líneas horizontales y, en algunos casos,
degeneración.
Está claro que en una escala
intelectual, tecnológica y monetaria nuestro progreso se ha
desarrollado dramáticamente, pero la forma cómo manejamos nuestras
emociones y, lo que es más importante, cómo las orquestamos para
realzar nuestro entendimiento de la vida y de la percepción intuitiva
ha cambiado muy poco desde el amanecer de la civilización.
Con todo y
eso, cuando lo consideras, nuestra habilidad para vivir desde el
corazón y coordinar nuestras emociones es un componente clave para una
buena vida —y no sólo para nosotros mismos, sino para nuestro círculo
familiar y de amigos, para la comunidad y para todo el planeta.
Eso
hace posible ajustarnos más fácilmente a las desafiantes curvaturas
que invariablemente constituyen nuestro viaje a través de la vida. Nos
permite que funcionemos desde una base de estabilidad comparativa, en
vez de las arenas movedizas de los dramas de la vida, que drenan nuestra
innata vitalidad espiritual.
Las Seis Virtudes del Corazón:
El
corazón energético se compone de seis formas primarias de expresión:
Agradecimiento, Compasión, Perdón, Humildad, Entendimiento y Valor.
Entrelazados juntos, estos seis comportamientos constituyen la esencia
del corazón energético y, cuando es expresada en nuestra vida diaria,
posibilita al corazón energético su función como un portal a nuestro ser
más íntimo o alma. (Ver el diagrama)
Independientemente de la importancia que le otorguemos a nuestro intelecto o capacidad mental, es meramente una forma de inteligencia y, aunque tiene un lugar importante dentro de nuestro mundo, sin duda alguna, no es la inteligencia primordial de nuestro Ser.
Nuestra
inteligencia primordial es fortalecida a través de nuestra maestría
emocional y de nuestra capacidad para conducir nuestra vida desde la
plataforma de las seis virtudes del corazón, lo cual a su
vez nos une a los reinos iluminados de nuestra intuición, que es
nuestra conexión coherente al campo universal de información,
denominado por los físicos como el vacío cuántico.
Hay un refrán
dentro de Lyricus: “Lo que uno puede expresar a través de su corazón es oro ante el hierro que expresaría con la mente”.
El
oro, en este caso, es la capacidad de expresar las seis virtudes en
fila, separadas, o como una amalgama ensamblada frente a las diversas
situaciones que la vida presenta. Se trata de aprender a modificar tus
acciones basándote en estas seis virtudes y observando cómo ellas
re-calibran tu sistema de valores, re-vitalizan tu energía y
creatividad, y recuperan tu sentido de equilibrio y balance emocional.
Haciendo esto no sólo aplicas tus energías emocionales al propósito de
crear y mantener un estado personal coherente, sino que también creas un
campo coherente a tu alrededor: un campo que toca y se cruza con otros
mediante los principios del embrollo, resonancia, coherencia y
no-localismo cuánticos.
Las energías de nuestro
campo emocional son reales y están interconectadas en un vasto
ensamblaje de intención e información que es casi-ilimitado en su
alcance.
Las emociones más densas como celos, avaricia y cólera entran a
este campo cósmico y comunican sus instintos más bajos, creando las
condiciones para la lucha e inestabilidad dentro de nuestra realidad
manifestada. Las energías más finas que componen las seis virtudes del
corazón, comunican los instintos divinos del campo cósmico o cuántico
que envuelve el multiverso.
De este modo, nos queda una opción para
conducir nuestra personalidad y emociones de tal modo que ellas
comuniquen las frecuencias divinas que elevan y apoyan toda la vida al
campo cuántico en el cual todos vivimos. Si ésta es nuestra elección,
entonces la maestría de las seis virtudes del corazón es un método
eficiente y eficaz para su obtención. Se reduce a esto: accedemos a nuestra divinidad a través del corazón y no mediante la cabeza.
El
intelecto de uno puede abarcar grandes cantidades de información y
conocimiento. Podemos estudiar todas las palabras de nuestros profetas y
eruditos, pero si no estamos expresando las seis virtudes del corazón,
solamente hemos llenado nuestras cabezas de palabras, conceptos y alardes intelectuales.
Nuestros comportamientos siguen atados a los instintos básicos y,
aunque podemos escribir o hablar de profundos conocimientos, nuestras
energías emocionales siguen siendo agitadas e inciertas en su expresión
en cada momento, y no son guiadas por la voz inteligente de nuestro corazón.
Hay una habilidad artística implícita en la expresión de las seis
virtudes del corazón pero, antes de que el arte pueda ser expresado, las
virtudes deben anclarse en la autenticidad.
Las
virtudes no pueden ser manufacturadas desde construcciones mentales o
simplemente moviendo los labios. Esta cualidad de autenticidad es
resultado del sentido de conexión de la mente y el corazón a una
estructura más profunda dentro de la que cada una de estas virtudes
opera.
Para la mayoría de la gente esta conexión toma tiempo en
desarrollarse y madurar. Empieza, sin embargo, teniendo un entendimiento
de que existe un marco de trabajo y después contemplando y sintiendo
qué es, cómo trabaja y por qué es importante aplicarla en la vida de
uno.
Este entendimiento sirve como base para el
arte, el cual se asocia con cómo y cuándo uno maneja las seis virtudes,
o un subconjunto de ellas, para las diversas situaciones de la vida.
Puedes considerar las seis virtudes (agradecimiento, compasión, perdón,
humildad, entendimiento y valor) como notas musicales.
Si tocas estas
notas simultáneamente hay un acorde y este acorde es amor divino —la
máxima vibración contenida dentro del campo cuántico que un ser humano
puede recibir y transmitir. Cada una de las seis virtudes puede ser
activada con increíble velocidad y virtuosismo cuando la persona que
expresa la virtud opera desde una plataforma de alta coherencia y un
sentido de neutralidad.
En este estado, uno puede
navegar su vida buscando la sabiduría en cada nuevo desafío, la chispa
creativa en lo mundano, el sentimiento intuitivo alrededor de cada
esquina y los ritmos más profundos en la aparente calamidad de la vida
diaria.
La forma en que uno puede lograr y conservar este estado de
coherencia descansa en gran parte en su arte, y, en cierto grado, en la
vigilancia de la aplicación de las seis virtudes del corazón. Existe
un proceso de espiral ascendente en esta práctica.
Las
seis virtudes del corazón son dadas a cada uno de nosotros por nuestro
Creador para que, a cambio, podamos expresarlas, tan fielmente como
podamos, hacia nuestros semejantes. Este es el propósito en nuestras
relaciones, tan simplemente como puede ser descrito en palabras.
Cuando
ponemos nuestra atención sobre estas virtudes estamos empezando a
practicar su expresión incluso mientas pensamos en ellas. Cuando
imaginamos su totalidad, sus estructuras energéticas, las estamos
practicando en un nuevo y más potente nivel. La práctica no es sólo
expresión; es contemplación y estudio también.
Quizás
te preguntes por qué el Amor no está dentro de estas seis virtudes.
Así como la luz solar al pasar a través de un prisma se convierte en un
espectro multicolor, así lo hace el Amor, cuando pasa por el Dominio
de la Unidad, se convierte en las virtudes del corazón.
El amor es la estructura más profunda del multi-universo.
Pasa a través de las dimensiones de la existencia y campos de
conciencia hasta que encuentra la huella de la Primera Fuente
cristalizada en una forma de vida.
Si la forma de vida es sensible,
compuesta tanto de mente como de inteligencia de corazón, el amor se canaliza a sí mismo en las virtudes del corazón y entra en la conciencia de la entidad individual encendiendo su vínculo con la Primera Fuente hasta el momento cuando la entidad, enfundada en un instrumento humano, redespierta al ojo claro del alma.
Las
seis virtudes del corazón se combinan unas con otras y forman el lazo
de amor que infunde vida sensible en el Dominio de la Unidad, y sus sombras, aunque relativamente más débiles, traen vida a las dimensiones más bajas también.
Cuando las adversidades, demandas, tentaciones o dificultades entran en
tu vida, pueden captar tu atención, arrastrándola hacia las doctrinas
del orden social, lejos de los sentimientos genuinos de las virtudes del corazón. Esto le sucede a todas las personas en distintos grados.
Practicar el arte de lo genuino te permite recobrar y reanudar tu balance emocional con una adhesión que puede sorprenderte.
Las virtudes del corazón son magnéticamente poderosas porque son las texturas de Amor Divino, la fuerza más potente del multi-universo. Cuando
practicas estas virtudes, te sacan del adoctrinamiento del orden
social y te colocan en una posición de co-creación y no de co-reacción.
La vasta mayoría de las personas practican el orden social y se someten a la regla de co-reacción. Las emociones se encienden, se evaporan, inundando la mente con miedo, rigiendo el cuerpo y generalmente haciendo la vida más difícil para todos.
Más
aún, el sentido de maestría que se logra en un estado de co-creación
con la Primera Fuente, se pierde o se disminuye substancialmente. En el
estado de co-creación, real o imaginario, el corazón se
alboroza y se exhibe en arte en las relaciones, sabiendo intuitivamente
cómo navegar sin co-reacción.
He resistido la tentación de definir las
seis virtudes del corazón en detalle, pero voy a proveer un punto de
partida para su definición para que puedas bordarlas acorde a tu propia
experiencia y comprensión.
Apreciación:
A
niveles sutiles, esta virtud está focalizada sobre una conciencia
específica, que la Primera Fuente rodea a nuestros semejantes como un
campo de conciencia y que este campo de conciencia nos unifica.
Si
estamos unificados, operamos como una conciencia colectiva a un nivel
más profundo y en este lugar, compartimos un propósito común que es
ricamente texturizado, supremamente vital y aún, misterioso, dinámico e
incierto.
Esta conciencia, o incluso creencia, cambia nuestro foco
de los pequeños detalles de nuestra vida personal hacia una visión de
nuestro propósito como especie.
En un nivel más práctico, la
apreciación se expresa a sí misma en los pequeños gestos de gratitud
que soportan la lealtad y unión de las relaciones. Los niveles más profundos
de apreciación hace a las expresiones de nivel relativamente
superficiales, genuinas porque descienden de frecuencias del alma en vez de motivos del ego o la mente.
Humildad:
El alma expresa las frecuencias de Amor derivadas de la Primera Fuente. Es su propósito más importante, mientras encarnada dentro del instrumento humano, hacer circular esta delicada, sublime frecuencia de amor hacia el instrumento humano.
No es de sorprender que encuentre en el corazón a un colaborador más
voluntarioso que la mente.
La humildad es la toma de conciencia de que el corazón, mente y alma se
entremezclan en la gracia de la Primera Fuente. Que su propia
existencia se apoya a través de la dispensación de amor de la Primera
Fuente tan certeramente como un árbol es sostenido por la luz solar.
En los materiales religiosos, psicológicos y filosóficos de nuestro
planeta, hay gran consideración dada a la mente.
Así
como piense el hombre, será. A nivel más granular, mucha gente cree
que lo que piensa causa sus sentimientos, los que a cambio crean su
racha vibratoria y esta racha vibratoria atrae sus experiencias de
vida.
Así, aplicando esta lógica, la forma de atraer buenas cosas en
nuestra vida es pensar correctamente, a fin de no atraer dificultades o
el mal. La humildad entiende que el ser que te representa, tu
identidad más completa, no está constituida como una cadena de reacción
de la mente.
Más bien, es la presencia del amor encarnado en forma humana y
este amor se expresa a sí mismo en las virtudes del corazón, el
intelecto puro de la mente contemplativa y los fines co-creativos del
corazón, mente y alma.
La humildad es la expresión de esta frecuencia de
amor sabiendo que deriva de lo que ya existe en una dimensión más
elevada, y en esta dimensión el amor no es una cosa de pesadez
sentimental y emocional. Es una fuerza liberadora que actúa acorde al
arquetipo de la Primera Fuente: Todo es Uno. Todo es Igual. Todo es
Divino. Todo es Inmortal.
Valor:
Mientras
que valor se usa generalmente en el contexto de una guerra o un campo
de batalla, está, como un elemento de amor, vinculado con el acto de
decir la verdad con poder, especialmente se comete una injusticia. Es
común en el orden social de hoy, pretender ignorancia sobre las
injusticias de nuestro mundo. La auto-absorción en el propio mundo es
una amenaza clave que socava la expresión del valor, y el miedo a las
consecuencias es la otra.
Los individuos que temen a las
consecuencias al señalar una injusticia, no comprenden la fuerza
co-creativa de la Primera Fuente. Cuando operas como un co-creador,
estás siempre vigilante al incremento o repentino inicio de injusticias
como se mide en el orden social.
Si no defiendes
tus virtudes, o aquellos muy débiles para defender las propias, te has
separado de ellas y has perdido una oportunidad de ser una fuerza
co-creativa en el mundo de la forma. Esto no significa necesariamente
que debes convertirte en un activista o abocarte a una lista de causas
sociales. Esto simplemente requiere que te defiendas de la injusticia.
Los niños en particular necesitan de esta protección. Cuando tenía
cerca de siete años, recuerdo vívidamente ir a una tienda con mi padre y
mientras caminábamos desde el estacionamiento para entrar, vimos a una
madre literalmente golpeando a su hijo en el asiento trasero del auto.
Era
un sábado movido y había mucha gente en el estacionamiento, pero fue
mi padre el que se acercó a la mujer y le pidió que se detuviera. Su
voz era firme en su convicción y la mujer inmediatamente se detuvo. Ese
fue un acto de valor porque no había un juicio real asociado a ello,
era simplemente una injusticia que requería intervención en el momento.
Compasión por ambos, la madre y el niño, estaba presente en mi padre
y supongo que la madre supo eso. Este es un ejemplo de cómo las
virtudes del corazón rara vez aparecen aisladas, sino, más bien como un
ensamble que las teje para dar fuerza y potencia a una situación dada.
Compasión:
Muchos
maestros han hablado elocuentemente acerca de la compasión como una
conciencia profunda del sufrimiento de otro, acompañada del deseo de
aliviar ese sufrimiento.
En el contexto de la nueva inteligencia que
está tomando lugar en nuestro planeta, la compasión es un deseo activo
de asistir a otros a alinearse con los nuevos campos de inteligencia que
se están manifestando en el mundo tridimensional, conscientes de que
sus deseos y habilidad para alinear está distorsionada por su
adoctrinamiento social; no refleja fielmente su inteligencia,
inclinaciones espirituales o propósito. El planeta sobre el que
vivimos es una inteligencia en sí mismo.
Es tanto
físico y tiene estructuras energéticas de muy alta frecuencia como
nosotros. Está cambiando de la 3ra dimensión a la más elevada 4ta
dimensión y ha estado planificando esto antes de que la humanidad haya
sido sembrada sobre el planeta.
Es parte de un ciclo evolutivo de
sistemas planetarios para transmutar las densidades acumuladas de una
dimensión antes de pasar a una red dimensional más alta. La
compasión, por consiguiente, se extiende tanto a nuestros semejantes y
al planeta en sí mismo con la realización de que somos parte del
destino del otro, al menos por un solo tiempo de vida.
Planeta
y persona bailan en la corriente ascendente de la Primera Fuente en un
colaborativo proceso de regeneración y renovación. Todos somos parte
de las oberturas misteriosas y trascendencia energética que está
ocurriendo entre la tierra y el universo, y mientras la tierra
transforma sus densidades acumuladas, cada uno de nosotros será
desafiado a transformar las propias o volverse aún más sumidos en los
miedos y confusión emocional.
Somos privilegiados de ser parte de la
estructura planetaria ascendente del espíritu nutriente de la tierra e
importancia universal.
Ahora hay sobre la tierra una increíble diversidad de seres cósmicos enfundados en instrumentos humanos,
pero aclamados desde increíbles sectores del cosmos. Estamos aquí para
presenciar y soportar esta trascendencia de la tierra por encima de las
densidades y acarreos de la inteligencia tridimensional y sus
artefactos.
Estamos aquí para acelerar nuestro crecimiento espiritual en
un orden rara vez alcanzado en otro lado del multi-universo. Este es
un regalo de la tierra para aquellos presentes en el planeta en este
tiempo y, en pequeña medida, el motivo para nuestra compasión.
Entendimiento:
El
mundo de la forma, así como los mundos sin forma, está compuesto de
estructuras energéticas detrás de su expresión más densa. En un sentido
real, todo en el multi-universo es energía con una incalculable vida
útil basada en la energía.
La energía es transformacional; esto es, que
puede alterar o cambiar a otros estados de ser o, en el caso de los
humanos, consciencia. La estructura energética humana frecuentemente se
describe como el sistema de chakras o cuerpo electromagnético, pero es
más que esos componentes.
La estructura energética es una forma de luz que, a cambio, es una textura de amor divino. Es un hecho el que estemos compuestos de amor en el núcleo de nuestra estructura, y es esta frecuencia de amor la base de nuestra consciencia inmortal o alma.
Todas
las densidades más bajas son sombras de esta luz y operan en el tiempo
y el espacio, el que provee una funda de densidad y separación de este
núcleo de frecuencia de amor. Los mundos de tiempo y espacio alteran o
diluyen esta conexión que sentimos con el núcleo de la estructura
energética del cual estamos todos compuestos.
Aquí yace la paradoja
de ser humano: nuestra estructura más profunda es amor divino y nuestra
estructura más externa es un medio para la experiencia de la estructura más interna, pero nos hemos insuflado por el vehículo exterior al grado de identificarnos con él más que con su ocupante, nuestro verdadero ser, interior.
Todos
sentimos esta disociación con nuestro verdadero ser y una sobre
identificación con nuestro vehículo (instrumento humano); quizás hay una
pequeña diferencia en grados entre nosotros. El entendimiento es el
aspecto de la inteligencia del corazón que reconoce que esta disociación
de la frecuencia de amor es un componente de diseño necesario del
diseño mayor que está sucediendo sobre el planeta.
En otras palabras, no
es que la humanidad haya caído de la gracia o que esté inclinada hacia
el pecado en forma irrevocable.
Más bien, simplemente hemos aceptado la imagen de la realidad dominante
y su dominancia no es por accidente sino por diseño de la Primera
Fuente. Hay una frase bien conocida dentro de Lyricus que bruscamente
traducida dice: “la elegancia del tiempo es que revela las
estructuras de espacio que han sellado el amor de sí mismo”.
Las
estructuras del espacio, en este caso, se refiere al instrumento
humano. Sólo el tiempo puede romper las rígidas barreras o membranas
sutiles que impiden o disminuyen a las frecuencias de amor de ejercer
su sabiduría en las conductas del individuo.
Si
el tiempo es la variable de importancia, es dable razonar que cada uno
está en su camino a esta realización, es simplemente una cuestión de
tiempo antes de que pueda ser alcanzado. Así, el tiempo es el
diferencial que nos separa. En un sentido, estamos todos cambiados en el
tiempo el uno del otro.
Nadie opera en exactamente el mismo
tiempo relativo a abrir su frecuencia de amor del mundo de la forma.
Darse cuenta de esto te ayuda a entender la relación de unidad con
realidad, y en este darse cuenta eres capaz de acelerar el tiempo para
ti mismo y aquellos a quienes toca tu vida. Es el verdadero propósito y
noble definición del viaje por el tiempo.
Perdón:
El
perdón opera bajo la premisa de que cada uno de nosotros está haciendo
lo mejor que puede bajo las circunstancias de nuestra experiencia de
vida y el grado en que nuestra frecuencia de amor satura nuestro
instrumento humano. Cuando una persona opera desde las virtudes del
corazón y de las ricas texturas de sus auténticas frecuencias, el
perdón es un estado natural de aceptación.
Cuando una
injusticia percibida entra a nuestra experiencia, sin importar cuán
significante o si nos percibimos a nosotros mismos como la causa o el
efecto, podemos inicialmente reaccionar con las filosas emociones de
enojo o víctima, pero este desorden y distorsión emocional puede ser
rápidamente transformado experimentando entendimiento.
El perdón es la expresión visible del entendimiento y compasión sin los pesados sentimientos de dualidad (bueno
o malo) que típicamente introduce la presencia del juicio. Es una
expresión neutral sin diseño ni propósito otro que aliviarse uno de las
garras del tiempo, que es similar a las arenas movedizas energéticas,
enrollándote energéticamente a un estado emocional basado en el tiempo.
UN IMPERATIVO ESPIRITUAL
Es importante restablecer tu estado emocional en tus actividades del
día a día, y el arte de lo genuino es un método excelente para hacerlo.
No requiere que practiques la visualización completa.
Operando en tu
mundo de los sentimientos con el entendimiento de cómo las virtudes del
corazón pueden combinarse o secuenciarse para experiencias de vida
específicas, es un cambio fundamental de conducta que te hará muy bien.
¿Por qué es un imperativo espiritual practicar el arte de lo genuino?
Cuando
has encontrado tus propias definiciones de las virtudes del corazón y
has ensamblado tu comprensión dentro de tus conductas, verás que ésta es la llave que abre la funda que rodea tus frecuencias de amor. No
hay otra identidad vibracional dentro tuyo que sea más Tú que este
pulso de amor divino que define tu existencia como un ser espiritual.
El
objetivo es invitar a esta vibración, este ser, dentro de tu
existencia humana, y emergerá cuando haya armonía en tu campo de
conciencia (ej. Estado emocional).
Practicar el
arte de lo genuino es un método de alcanzar armonía y atraer a tu ser
más interno a unirse en tus esfuerzos humanos. También ayuda a alinear
al individuo con la próxima fase de la evolución humana, la que está
directamente relacionada con el estado emocional y su alineación con el
impulso espiritual o frecuencia de amor.
No es que la mente esté
ausente en este salto evolutivo, es un instrumento vital del corazón,
pero la inteligencia del amor supera a la inteligencia de la mente en
el terreno de los asuntos humanos. En el mundo humano, el amor se
piensa que es una acción o sentimiento, no una forma de elevada
inteligencia.
El amor del que hablo es la
inteligencia más elevada del multi-universo, pero también lo menos
comprendido en el dominio humano. El alma humana es un conducto de este
amor o inteligencia y la Primera Fuente está liberando energías
elevadas de su frecuencia de amor para que la humanidad tome el próximo
salto evolutivo hacia la 4ta dimensión.
Este salto es facilitado si el
individuo practica el arte de lo genuino o algo similar en naturaleza
porque las nuevas energías son como viento para las velas si hay
coherencia emocional, y este viento te acelerará, en un sentido,
viajarás por el tiempo hacia otro Tú.
Quizás ha
sido dicho antes, pero quiero remarcar este punto, no practiques el
arte de lo genuino sólo por tu propio crecimiento espiritual.
Practícalo principalmente por la expansión evolutiva del planeta y de aquellos que son tocados por tu vida.
Eres un ingeniero de esta expansión y movimiento evolutivo cuando
operas desde esta perspectiva porque estás focalizado sobre el lugar de
control, la palanca funcional de tu propio estado emocional por el
bien del planeta y de aquellos sobre él. Es precisamente esta
perspectiva la “vela” sobre la que las nuevas energías de la Primera
Fuente “soplan”.
Como dije antes, la luz es una
textura de amor. Una nueva luz está emergiendo del cosmos y está
catalizando la luz para cambiar en otros mundos también, incluyendo
nuestro sistema solar, planeta y campos sutiles de existencia dentro de
él.
Puedes pensar en esta nueva frecuencia de luz como un catalizador
para la tierra, y la humanidad está meramente junto a ella mientras
sucede. La tierra sostiene un lugar especial en el universo, no
necesariamente por lo que representa hoy, sino por lo que representará
en el futuro.
La frecuencia de amor que albergas
en tu interior, el trenzado de las seis virtudes del corazón en
fórmulas de conducta de amor, pueden ser canalizadas de tal forma que
toque a la Tierra. Contempla esto: puedes tocar la tierra con tu
campo de conciencia en una forma poderosa tal que, de hecho, facilita
el cambio evolutivo, y al hacerlo, el tuyo propio también. Este es el aspecto final del arte de lo genuino que conlleva consideración.
Mientras tu campo de conciencia o cuerpo energético se hace más
armónico y coherente, la frecuencia del amor se ubica más vibrantemente
en tu instrumento humano.
Esto significa que tienes acceso a tu
ser superior en una forma más vívida y tangible. Con este elevado
acceso, incluso tienes la habilidad de canalizar esta energía de amor
con una precisión selectiva.
Canalizar esta
energía de amor hacia la Tierra es un aspecto integral de practicar el
arte de lo genuino, pero no es para abordarlo demasiado pronto en esta
práctica.
Hay que hacer una limpieza de viejos patrones de energías
primero y luego, entonces, una cierta maestría de las nuevas energías
antes de que uno pueda canalizar con la precisión requerida y fuerza
emocional. Es una fase vital dentro de la práctica y puede vincularse
con la capa final de este propósito.
El poder del individuo está contenido en la inteligencia fluida de sus virtudes del corazón.
Cómo uno orquesta sus estados emocionales es un reflejo de su propia
maestría. Las ecuaciones de las virtudes del corazón son el eslabón de
la cadena de conductas que permiten a uno moverse con gracia a través de
las miríadas de condiciones y situaciones de la vida.
El individuo que
entiende estos significados profundos de sus virtudes del corazón y
aplica sus ecuaciones en su vida, enriquece su propósito sobre la tierra
y gana acceso a la más alta y potente forma de inteligencia: amor
divino. Desde mi mundo para el tuyo
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