Baja autoestima, por Gregg Braden
Casi universalmente existe un
sentimiento arraigado en cada persona de todas las culturas y sociedades
de nuestro mundo, que de alguna manera no somos lo suficientemente
buenos.
Sentimos que no merecemos reconocimiento
por lo que hemos contribuido a familias, comunidades y lugares de
trabajo. Sentimos que no somos merecedores de ser honrados y respetados
como seres humanos. A veces, incluso, nos sorprendemos de que seamos lo
suficientemente buenos como para estar vivo
Y aunque esta baja autoestima puede no
siempre ser consciente, está ahí continuamente, y ofrece la base
subyacente para la forma en que enfocamos la vida y nuestras relaciones
con otras personas. Como maestros de la supervivencia emocional, a
menudo nos encontramos actuando escenas de la vida real que equivalen a
valores imaginarios que nos colocamos en nosotros.
Por ejemplo, cada uno de nosotros tiene
sueños, esperanzas y aspiraciones de lograr cosas grandiosas en su vida,
y muy a menudo encontramos todas las razones para excusarnos por no
lograrlo.
Como hemos visto en capítulos previos, la emoción es un
lenguaje en sí mismo, el propio lenguaje al cual responde la Matriz
Divina. Cuando sentimos que no podemos alcanzar nuestros sueños más
grandiosos, la Matriz simplemente nos regresa lo que le hemos dado para
trabajar: retrasos, retos y obstáculos.
Aunque podamos anhelar cosas más
grandes, la duda que proviene de nuestro interior es, a fin de cuentas,
de nuestros sentimientos de baja autoestima. Nos preguntamos: ¿soy lo
suficientemente bueno como para tener tanta alegría en mi vida? ¿Y por
qué esperaríamos que fuera distinto? En la tradición judeocristiana
occidental, aquellos en quienes confiamos y quienes respetamos nos han
dicho que de alguna manera somos seres “inferiores”.
No somos tan buenos como los ángeles en
el cielo ni como los santos de quienes aprendemos. La misma tradición ha
convencido a mucha gente de que sólo por el hecho de estar en este
mundo, debemos redimirnos de la vida misma por razones que según dicen
están más allá de nuestra comprensión.
En los más de dos mil años que lleva la
historia de Jesús, nos hemos comparado con la memoria editada,
condensada y predilecta de la vida de un hombre del cual jamás estaremos
a su altura.
Algunas veces las comparaciones son serias advertencias,
sugerencias de que podemos estar condenados a una vida muy dura en el
más allá si no vivimos de cierta manera. Algunas veces, son un poco más
livianas, simples recordatorios de nuestra incompetencia, con preguntas
sarcásticas tales como:
“¿Quién crees que eres, Jesucristo?” o “¿Cómo
vas a llegar hasta allá…caminando sobre el agua?” ¿Cuántas veces ha
escuchado esto o algo similar, implicando que aunque intentemos llevar
una buena vida, jamás seremos tan buenos o merecedores como el maestro
del pasado?
Aunque en raras ocasiones nos tomamos con seriedad dichos
comentarios, en un nivel muy profundo nos siguen recordando que de
alguna manera somos indignos de las alegrías más grandes de la vida.
Incluso si usted tiene alta autoestima,
puede ser que crea en estas sugerencias en algún grado. A fin de
cuentas, en algún nivel, es probable que todos lo hagamos. Como
resultado, expresamos nuestras creencias a través de las expectativas de
cumplir nuestras metas, de cuanta alegría nos permitimos y del éxito de
nuestras relaciones.
Nuestro miedo de no ser lo suficientemente
valiosos como para tener amor, aceptación, salud y longevidad, promete
que cada una de nuestras relaciones refleje el miedo de ser poco
valiosos. Y eso ocurre en formas que no sospecharíamos ni en un millón
de años.
Por ejemplo, ¿cuántas veces se ha
conformado con relaciones que no son lo que usted verdaderamente desea,
pero las excusa diciendo cosas como: “Por ahora esto es lo mejor” o
“Este es un trampolín hacia algo mejor”? ¿Se ha descubierto diciendo
alguna vez: “Me encantaría compartir mi vida con una pareja amorosa,
compasiva, tierna y cariñosa, pero… ” o “Este no es el trabajo en donde
puedo realmente expresar mis talentos y habilidades, pero…” seguido por
todas las razones por las cuales no puede realizar sus sueños más
grandiosos en este momento?
Si estos o casos similares se han
presentando en su vida, hay grandes posibilidades de que sean máscaras
hábilmente creadas por usted para cuestionar su valía. A través de sus
relaciones personales y de negocios, se recuerda a sí mismo sus
creencias fundamentales sobre usted mismo, creencias que están pidiendo
una gran sanación.
Extracto de La Matriz Divina.Gregg Braden.
Extraído: Mundo De Angeles
Fuente: Trabajadores de la Luz
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