27 de agosto de 2013 a la(s) 8:56
Traducción: Margarita LópezEdición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Has
 estado en este sendero de conocimiento por muchísimo tiempo. Has 
estudiado los mejores libros de autoayuda, has tomado los seminarios y 
has seguido a todos los maestros más inspiradores. Has aprendido que 
estás en completo control de cómo diseñas tu vida. Entonces, ¿por qué 
sigues encontrándote juzgando a los demás? (Sí, esa voz pequeñita y 
diminuta todavía está ahí susurrando.)
¿Porqué eso sigue presentándose en tu vida cuando pensabas que ya estabas más allá de todo eso?
Porque TÚ has sido juzgado.
Hay
 una línea muy interesante en medio del Padre Nuestro. Dice: “Perdona 
nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”. No
 dice: “Ve a arreglar a ese tipo de allí y cuando él sea perfecto y 
amable y considerado, entonces yo voy a considerar perdonarlo.”
Lo
 que esto realmente significa es: “He asumido el equipaje de alguien y 
lo estoy llevando conmigo a todas partes. Pero ahora estoy decidiendo y 
eligiendo creer que ellos son buenos. Por muy mal y horrible que puedan 
estar actuando en este momento, ellos en realidad son buenos. 
Simplemente están sintiendo mucho dolor.”
Verás, no hay
 gente mala—sólo hay mucha gente sintiendo dolor. A veces ese dolor se 
manifiesta en voz muy alta. A veces ese dolor es arrojado hacia ti en 
forma de juicios.
¿Alguna vez has tratado de trabajar 
mientras tenías un dolor de muelas? No es muy cómodo. ¿Alguna vez has 
tenido una astilla en el dedo mientras tratabas de teclear? 
No es fácil.
 La gente tiene un dolor generalizado, porque se les ha mentido y 
mentido y mentido. Ellos simplemente están manifestando lo que mejor 
saben hacer. ¿Alguna vez has visto a alguien ir por ahí encolerizado, 
con dolor y energía de víctima? A ellos les han mentido. La luz que 
reside en su interior se ha atenuado y ellos simplemente están 
manifestando lo que creen que es la verdad.
¿Alguna vez
 has tenido la experiencia de guardar rencor? Por ejemplo, digamos que 
yo te pateo y me voy. Tú piensas para ti: “Qué imbécil que es ese tipo. 
Ni siquiera se disculpó.” Tú estás realmente molesto por eso y se lo 
cuentas a todos tus amigos. Un año más tarde yo vengo a tu ciudad y te 
digo: “Oye, qué gusto verte de nuevo.” ¿Qué es lo primero que te viene a
 la mente? “Imbécil.” Pero entonces lo que pasa es que yo digo: “Parece 
que estuvieras enojado conmigo.”
“¡Lo estoy! Tú me diste una patada y eres un idiota y...”
“Vaya,
 no lo sabía. Ahora que lo pienso, recuerdo que cuando me levanté pensé 
que había golpeado la silla o algo así. Lo siento mucho. Si lo hubiera 
sabido, definitivamente te habría pedido disculpas.”
En
 ese momento, ¿todavía sientes ese rencor? No realmente. Pero durante 
todo ese año, ¿quién estuvo atascado—tú o yo? Tú te sentaste todo un año
 refunfuñando y juzgando. Mayormente, tú elegiste quedarte en esa 
energía de juicio porque no obtuviste lo que realmente y apasionadamente
 querías de mí. Tú querías un “¡Hola!”. Hola. ¡Yo te veo! Eso es lo que 
has querido toda tu vida. Sólo querías que alguien te dijera: “¡Hola! Yo
 puedo ver tu resplandor.” Muy sencillo.
En el jardín 
de infantes, ¿le mostraste a alguien tu dibujo de un elefante que habías
 pintado color naranja por todas partes, saliéndote de las líneas? Tal 
vez la respuesta fue: “Eso no es un elefante. Es sólo un garabato 
pintarrajeado. ¿No sabes que los elefantes son grises y se quedan dentro
 de las líneas? Que no se te ocurra volver a dibujar así.” Si eso te 
pasa a ti, ¿vas a volver a dibujar otro elefante? Probablemente no. 
Entonces, ¿llevas contigo un poco de juicio en tu espacio acerca de 
quién eres y de qué eres capaz? (Mucho).
Esa 
desaprobación proviene de personas que están sintiendo dolor. Ellos no 
son malos—sólo están sufriendo. ¿El mirar atrás a esa experiencia pasada
 desde una nueva perspectiva, la cambia un poco? Te deshiciste de los 
juicios decorrecto/incorrecto y bueno/malo. Por ahí se van los juicios. 
Todo lo que queda es experiencias— experiencias interesantes, 
divertidas. Tú puedes hacer una elección distinta ahora.
Puedes elegir la compasión.
¿Te
 gustaría comenzar a soltar un poco de ese dolor para que ya no tengas 
que andar cargando juicios?  
Cuando eliges ver las experiencias de vida 
desde una perspectiva más alta, te encuentras con esa parte de ti más 
elevada, más antigua, más sabia y más amplia. Tu Yo Superior se 
encuentra allí y te dice:“Yo quiero agregar a Todo-Lo-Que-Es. Quiero 
experimentar más.”
Verás, cuando entraste en este 
cuerpo, dijiste: “Soy un espíritu grande y capaz. Yo recuerdo quién soy.
 Voy a hacer una diferencia. Voy a romper el actual juego del dolor. Voy
 a romper los juicios que se han añadido a los juicios que se han 
añadido a las mentiras que se han añadido al dolor que se ha añadido al 
castigo que se ha añadido a más juicios.”
Dijiste: “Cuando entre en este cuerpo, voy a venir con el objetivo de traer el Cielo ala Tierra.”
Copyright©
 - Se puede compartir este artículo siempre y cuando se mantenga 
completo su contenido, se dé crédito al autor, y se incluya el sitio 
web: www.MasteringAlchemy.com. Gracias.
Estos y otros artículos de interés pueden ser descargados en archivo Word desde el sitio creado en http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm para ARTÍCULOS DE INTERÉS

No hay comentarios:
Publicar un comentario