Por MichaelBrown
22 de agosto de 2013
Es
obvio en estos momentos para cualquiera que no está viviendo con su
cabeza en la arena, que estamos actualmente experimentando una
intensificación en todos los niveles de la experiencia humana. Cada día,
en algún lugar del mundo, hay otro terremoto, inundación, desastre de
una mina, desenmascaramiento político, crisis financiera, revelación
pública de alguna forma de comportamiento no ético y disturbios civiles
masivos.
Países enteros se están dividiendo hasta los cimientos y están recurriendo a la retribución violenta.
Si
examinamos nuestro ambiente inmediato de cerca, tenemos que ser
testigos de la evidencia de esta sacudida justo en medio de nosotros. Lo
que está sucediendo en el macrocosmos del escenario del mundo, también
se está manifestando como el contenido de la conversación en lengua de
todos. El conflicto y el caos de una forma u otra se están
incrementando. Un gran cambio está en marcha.
Es vital
ahora por lo tanto, dar homenaje a una experiencia que parece estar
pasando a segundo plano mientras todo esto se desenvuelve: La Paz.
En
este momento no hay nada más importante que recordar diariamente que la
experienciade paz es una responsabilidad que se logra personalmente – no
es un derecho que nos otorga ninguna organización política, económica,
social o religiosa.
La experiencia de la paz siempre se encuentra como
un estado personalmente sentido y solo cuando es sentido a nivel
personal, es entonces irradiado como una experiencia colectiva. La paz
auténticamente sentida emana solo desde adentro.
Uno de
los grandes engaños que nos jugamos, individual y colectivamente, es la
noción de que ‘necesitamos hacer la paz’. ¿Han notado que nada que
hayamos hecho a lo largo de toda nuestra historia humana documentada, en
el intento por ‘crear paz’ jamás ha funcionado?
Esto se debe a que la
misma idea de que ‘la paz es algo que puede hacerse’, ya sea a través de
la guerra, la discusión, el debate, los acuerdos, o firmando un
tratado, es engañoso y por lo tanto desorientador.
Cualquier
país u organización que clame haber logrado la paz a través de tales
medios, ha demostrado con el tiempo que todo lo que se logró fue un
‘control forzado temporalmente, resultando únicamente en personas que
viven durante un tiempo en una desesperación silenciosa y estados
apagados de agresión pasiva, antes de que emerja nuevamente el
descontento.
Esto se debe a que la paz no puede
‘hacerse’- ni en el Medio Oriente, ni en Sudáfrica, Indonesia o ningún
lado.
La paz ya existe dentro de la estructura vivencial de la Creación.
La vibración que nosotros como humanos experimentamos como paz, fue
creada mucho antes de que nos manifestáramos y existirá mucho después de
que hayamos sido remplazados por otra especie animal dominante.
La
vibración de la paz está en todas partes. La paz está disponible incluso
en medio de países arrasados por la guerra como Irak, Afganistán y
cualquier otra región actualmente involucrada en el conflicto humano.
La
ausencia de humanos en conflicto en cualquier ambiente, revela
inmediatamente una radiación obvia de paz. Solo porque el comportamiento
humano conflictivo oscurece su resonancia, esto no significa que ya no
existe.
Nosotros simplemente entramos constantemente en
comportamientos y conversaciones, con la intención de ‘tratar de hacer
la paz’, porque no nos damos cuenta de lo que es la paz auténtica.
Debido a nuestros actuales estados de confusión física, mental y
emocional, no nos damos cuenta de que la paz auténtica es una
experiencia que solo podemos sentir personalmente.
En su lugar asumimos
que es un arreglo que logramos colectivamente, a través de un acuerdo.
Esto no es verdad. La paz es para que la sintamos en cualquier momento
que elijamos, porque es una resonancia que nos envuelve a donde quiera
que vayamos. Sin embargo, depende de nosotros elegir sentirla.
Justo
ahora, en este momento, quien quiera que esté leyendo esta pieza de
escritura puede sentir paz – si lo elige. No es una experiencia que
alguien tenga que organizar para nosotros a través del debate, la
discusión o el acuerdo. Ningún otro grupo tiene que ser dominado o
reubicado para que seamos capaces de sentir paz.
Dichas nociones son
detracciones constantes de la realización auténtica de la paz. No
tenemos que hacer las paces con nadie – tenemos que hacernos conscientes
de ella como un sentimiento dentro de nuestro propio corazón, y
entonces elegir ocupar esta conciencia, sin importar qué pase.
Incluso
expresamos lo obvio de esta verdad en nuestro lenguaje. No decimos, “Yo
pienso paz”, o “Yo hago paz”. Decimos, “Yo siento paz”. Y debido a que
nadie, ningún paritario, político, sacerdote, comerciante, padre o
pareja tiene la capacidad de sentir nada por nosotros – nadie es
responsable por lo tanto de nuestro sentimiento, o falta de sentimiento
de paz.
La paz es una experiencia sensible que ya se otorgó libremente a
cada humano. Sin embargo, es nuestra responsabilidad elegir entrar y
contener esta conciencia.
Esto es por supuesto lo que
lo hace difícil. La paz es inflexible. Elegimos sentirla– o elegimos
sentir algo más. No podemos sentirnos en paz Y simultáneamente abrigar
el sentimiento de estar en lo correcto y hacer las cosas a nuestra
manera. No podemos sentirnos en paz Y simultáneamente sentir venganza.
No podemos sentir paz Y simultáneamente sentirnos justificados por tener
‘la última palabra’. No podemos sentirnos en paz Y comportarnos
dañinamente en alguna forma hacia otro ser humano, ser o creatura
viviente. No podemos sentir paz Y simultáneamente forzar nuestra
voluntad sobre otros. No podemos sentirnos en paz Y simultáneamente
imponer que nuestra religión es la única forma correcta para comulgar
con lo que sea que Dios signifique para nosotros. No podemos sentir paz Y
simultáneamente tomar partido en cualquier conflicto.
La
paz también requiere voluntad para liberar. El precio de sentirse en
paz AHORA– en este momento – siempre está determinado por nuestra
voluntad para integrar heridas perpetradas en el pasado. Esto se debe a
que cualquier cosa que esté pasando dentro de nuestra experiencia de
vida en este momento, que nos inhibe para entrar a la conciencia
sensible de la paz, siempre tiene que ver con algo que sucedió en el
pasado.
Justo ahora, en este momento, si lo elegimos, somos bienvenidos para sentir paz.
La
verdadera pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Realmente buscamos
paz? Esto podría parecer una pregunta obvia con una respuesta igualmente
obvia – pero no lo es. La mayoría de nosotros podría responder
inmediatamente que elegimos la paz, pero en un extremo, también nos
sentimos justificados para elegir sentir que tenemos la razón, sentirnos
vengados o sentirnos en control – en lugar de sentirnos en paz.
La
realidad es que nadie se interpone entre nosotros y el sentimiento de
paz. Podemos experimentar este sentimiento justo ahora. La paz es una
resonancia sensible que ya ha sido creada por lo que sea que Dios
signifique para nosotros, no es algo que algún día haremos los seres
humanos.
Sin embargo, ¿nos levantamos cada día y elegimos sentir la paz
que ya ha sido creada para nosotros, o estamos todavía erróneamente
esperando porque alguien ‘haga que la paz nos suceda’?
La
paz solo existe en el mundo cuando elegimos sentirla ahora dentro de
nuestra propia experiencia, mientras nos movemos a través del mundo. No
existe otra forma de encontrarla auténticamente.
Si no
nos estamos sintiendo en paz en este momento, se debe a que no estamos
eligiendo sentirla. Es así de simple. Si nos unimos al flujo actual de
las masas y nuestra experiencia personal se deteriora en un conflicto
creciente, es probable que estemos eligiendo indignantemente tener la
razón o tomar partido en algún drama humano, en lugar de sentir paz.
Recuerden la expresión es, “Que la paz sea contigo”, no “Que la paz sea
con ellos”.
Recuerden también que estar en paz no es ni
puede ser una experiencia vivida como una actividad de grupo
organizado. Siempre es una elección hecha a través de abrazar un nivel
maduro de responsabilidad personal. No podemos vivir la paz votando por
ella, forzándola, ganando más dinero para comprarla, o tomando lados
para imponer nuestra versión de la verdad.
Solo podemos recibir una
conciencia sensible de ella como una experiencia directa, al elegir
conscientemente sentir y vivir desde adentro esta resonancia lo mejor
que podamos a lo largo de cada día. Si no elegimos personalmente
sentirla, no entra a nuestra experiencia.
Solo cuando la elegimos como
“un sentimiento que cargamos conscientemente dentro de nuestro propio
corazón” entonces irradia hacia fuera e impacta la cualidad de nuestro
pensamiento y nuestras acciones.
En este momento,
conforme las masas del mundo se tropiezan inconscientemente en el caos y
el conflicto crecientes, no hay nada más importante que mantener una
conciencia personal de lo que es realmente la paz.
Nadie nos va a pagar
por estar en paz. Nadie nos va a dar una palmada en la espalda ni va a
escribir sobre nuestra paz en un diario. Nadie nos va a dar el Premio de
la Paz y ni nos va a ofrecer una conferencia de prensa sobre ella. La
paz auténtica no va a ser sujeto de noticias en un mundo que todavía
cree erróneamente que ‘la paz es algo que tiene que hacerse’.
La paz es una condición sensible callada, calmada y elegida, resonando dentro del corazón individual.
Cuando
somos capaces de despertar e iniciar cada día recordando elegir sentir
paz –aunque sea solo en partes del nuestro día – entonces estamos
sirviendo a la humanidad al mantener la luz clara de la sanidad en el
mundo, cuando las masas están perdiendo completamente la visión de ésta.
Son
bienvenidos a caminar en este día en paz. La paz es un regalo de la
Voluntad de Dios para todos, no es el resultado de ninguna declaración
humana. Su resonancia sensible es una elección personal del corazón, no
un derecho político logrado a través de ninguna organización.
La
paz está disponible como una experiencia dentro de ti y de mí, justo
ahora. Es nuestra para elegirla. Siempre va a ser experimentada solo a
través de la elección.
Michael Brown
Traducción al español:Claudia Cuesta, http://www.reskarendaya.com
Nota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
Nota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
Michael Brown es autor del excelente libro EL PROCESO DE LAPRESENCIA. Puedes adquirirlo haciendo click aquí
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