La fuerza de crear abundancia
por Wayne W. Dyer
La
abundancia no es algo que fabricamos, sino algo que aceptamos y con lo
que sintonizamos. Si nuestra mente cree en la escasez, esperando
únicamente una pequeña porción de la abundancia que la vida ofrece,
entonces eso será lo que experimentaremos en nuestras vidas. Solemos
recibir aquello que estamos dispuestos a aceptar, y cuando nos
encerramos en nosotros mismos no es por falta de disponibilidad sino por
obedecer creencias basadas en la escasez.
Al formarnos los conceptos de abundancia
y prosperidad entendiéndolos como algo que merecemos, advertimos un
gran cambio. En primer lugar, cambian los pensamientos sobre lo que
creemos merecer. Luego modificamos nuestros pensamientos lentamente.
Por fin, llegamos a saber y a creer que
cualquiera sea el objeto que deseemos, ya se encuentra aquí, y que
nuestra propia convicción es la que provocará su manifestación. No me
cansaré de repetir una y otra vez que lo que hacemos es expandir aquello
en lo que situamos nuestras miras.
Pero ¿cómo puede usted sintonizar con la
abundancia que constituye todo el universo? La respuesta se obtiene
alterando su percepción de lo que se halla a su alcance y también en una
nueva circulación de aquello que fluye por su vida. Le sugiero que
comience examinando estas tres preguntas:
¿Cuánto cree usted valer? ….
Usted es una creación divina que forma
parte de un universo perfecto e infinito. Lo es todo. Tal como Walt
Whitman afirmó en una ocasión: «Toda la teoría del universo está
dirigida sin lugar a dudas a un único individuo, o sea, a USTED».
No se trata de una afirmación egoísta,
sino que responde perfectamente a la cosmovisión del poeta. Usted es a
un tiempo parte de la humanidad y un ser humano individual. Usted, al
igual que cualquier otra persona perteneciente al conjunto de la
humanidad, tiene un valor completo y total que es perfecto.
Como parte de esa perfección completa,
debe saber que el valor es inconmensurable y abundante. ¿Cómo podría
existir algo más perfecto que el ser humano? ¿Cómo ese algo podría tener
más valor?
¿Qué cree usted merecer? ….
Si usted se considera sólo merecedor de
una pequeña parte de la felicidad, entonces eso es lo que conseguirá. Si
piensa que lo merece todo y tiene la intención de dejar que la
abundancia circule y de continuar sirviendo a los demás, entonces
adquirirá unas cotas más elevadas de felicidad.
Si imagina que no se merece demasiado,
ése será su premio. Si se concede importancia a sí mismo, tomando lo que
piensa que merece a expensas de quienes le rodean, entonces los
resultados serán idénticos a los que obtendría si se creyera merecedor
de muy poco.
En ambas situaciones se debilita y
pierde fuerza. Creyendo que no merece nada o que merece todo a expensas
de los demás, toma un camino de destrucción personal que no sólo le
aleja de la abundancia, sino que le conduce directamente hacia la
escasez. Sepa que se lo merece todo, al igual que todos los demás, y que
en el proceso de ayudar a los otros a conseguirlo se está sirviendo
también a sí mismo.
¿Qué cree que se halla a su disposición?…..
Una respuesta totalmente honesta se basa
en lo que le aguarda a usted ahí fuera. Si le obsesiona lo que tiene o
deja de tener, o lo que nunca conseguirá, entonces eso será precisamente
lo que logrará. Una tarde, tras una conferencia una mujer me preguntó:
«Doctor Dyer, ¿cuáles cree que son los límites que me impiden obtener el
éxito y la felicidad que deseo en la vida?». Mi respuesta fue
inmediata: «Su convencimiento de que existen límites». Lo que determina
su nivel de éxito y felicidad no es lo que está o no a su disposición,
sino su propio convencimiento de lo verdadero.
Un informe sobre unos participantes en
un estudio de técnicas de visualización relacionadas con la búsqueda de
empleos demuestra el efecto causado por las expectativas personales. Se
instruyó a tres participantes para que visualizaran lo siguiente:
disponibilidad del empleo que buscaban, su calificación para el mismo, y
su puesto de trabajo.
En sus cargos anteriores habían
percibido 10.000, 25.000 y 250.000 dólares respectivamente. Al cabo de
unas semanas cada uno de ellos volvió a trabajar cobrando el mismo
sueldo de antes. Lo que sucedió es que todos estaban limitados por lo
que creían merecer y no podían imaginarse en un cargo que les
proporcionara ingresos superiores.
La escasa abundancia que había en sus
vidas coincidió exactamente con lo que habían visualizado para su vida.
Esto es lo que realmente ocurre con todas las cosas. Creer en la escasez
genera la escasez y la convierte en rectora de nuestras vidas. El mismo
principio se aplica cuando se trata de la abundancia.
Libertad y Abundancia
La idea de que el universo es una única
canción, siempre en expansión, sin limitaciones, a excepción de las
barreras que nuestros pensamientos colocan, ha dado lugar a la noción de
libertad. Las fronteras y las líneas restringen la libertad, pero
dichas limitaciones las crea la persona. El universo sencillamente
fluye. El agua llega hasta la orilla y la tierra empieza en ese mismo
punto.
El aire y el agua no se hallan separados
por fronteras; coexisten y se mezclan en perfecta armonía. El espacio
sigue y sigue hacia el infinito sin sufrir interrupciones de frontera
alguna. En todo este contexto hay libertad, la cual traspasa todos los
muros y restricciones inventadas por el ser humano. Por tanto, la
libertad es de lo que trata la abundancia. La libertad es la ausencia de
restricciones.
En la naturaleza se observa por ejemplo
en el ave que decide colocar su nido en aquel sitio que le parece más
armónico con el medio ambiente. También en las ballenas que llegan
nadando a los parajes que sus corazones e instintos les sugieren.
La abundancia en los seres humanos sólo
puede presentarse cuando la mente humana no se siente obstruida por
límites imaginarios. El aprender a librarnos de la creencia que desafía
la libertad mediante límites constituye una manera de crear un mundo
abundante para nosotros mismos.
LA FUERZA DE CREER
Wayne W. Dyer
Wayne W. Dyer
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