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domingo, 11 de noviembre de 2012

Saúl en Español. El Bienestar es el estado en el que os sentís en paz


Saúl en Español. El Bienestar es el estado en el que os sentís en paz

07/11/2012

El bienestar os va a envolver a todos. El Bienestar es el estado en el que os sentís en paz, satisfechos, serenos, alerta; no preguntándonos ansiosamente acerca de algún problema 3D de vuestra vida personal o de la humanidad.

 

Es el estado que buscáis y que os anima a desplegar cuando oráis y meditáis, en el que rendís todos vuestros temores y preocupaciones a vuestro Padre a través del Espíritu Santo.

 

Realmente se activa muy bien cuando dejáis de intentar razonar si estáis llegando allí o no, o si estáis logrando una pose meditativa apropiada o un propósito humilde.

 

Utilizar vuestra razón para evaluar lo bien o lo mal que lo estáis haciendo es rechazar el rendiros al momento y os causa más ansiedad.

 

Confiad en que estáis en Presencia de vuestro Padre -siendo vuestro propósito- y sabed que por lo tanto estáis allí.

 

Vuestra sensación de ello puede ser débil o inexistente, pero vuestro propósito significa que estáis donde pretendéis estar: en paz en Presencia de Dios.

 

Así que no permitáis que las distracciones que emanan de vuestra mente os molesten. Vuestro propósito os garantiza el éxito, porque Dios siempre respeta ese intento.

 

Los velos de la ilusión pueden parecer casi impenetrables, pero nunca estáis solos, desatendidos o sin amor, porque sois los hijos profundamente amados de vuestro Padre.

 

Confiad en Él como Él confía en vosotros; sabéis que tiene sentido. En el momento en que oráis o meditáis sois escuchados, cada una de las veces.

 

Con frecuencia, vuestro comportamiento ansioso ocupa vuestra consciencia: “¿Realmente hay un Dios? Y si lo hay, ¿por qué debería escucharme?

 

De todas formas, Él tiene cosas más importantes que atender” -una corriente interminable de ansiedades- y vuestra mente se llena de sobreabundancia de distracciones. ¡Dejad que se vayan! Rendíos a Su infinito Amor por vosotros, y aceptad que Él os escucha.

 

Estáis, todos y cada uno de vosotros, en un camino espiritual y justo en el punto apropiado para vosotros en este momento. Y estáis avanzados sin desviación hacia vuestro inevitable despertar.

 

Sólo existe la Realidad; la ilusión es irreal, y por lo tanto no existe otra opción que la de que despertéis.

 

Aún podéis elegir retrasar ese sublime momento, pero hacerlo sólo os impone más sufrimiento sobre vosotros, así que ¿por qué hacerlo?.

 

No temáis despertar a la Presencia de Dios porque no os creáis merecedores de Él. Dios os creó, y no es posible que nada de lo que Él crea no sea merecedor de Él.

 

Es vuestro sentimiento injertado culturalmente de falta de merecimiento, que originalmente viene de vuestra decisión de separaros de la Realidad y retiraros a vuestro entorno ilusorio de dolor y sufrimiento, el que os anima, y de hecho os demanda, que compitáis los unos con los otros para demostraros que sois el mejor y superar así esa sensación de falta de merecimiento.

 

La sensación de falta de mérito es una carga pesada de llevar, e intentáis aligerar esa carga con el juicio y la condena de los demás.

 

No funciona, porque profundamente dentro de vosotros ese sentimiento está firmemente asegurado por vuestra convicción de que habéis ofendido a Dios, y muchas religiones le han dado a la falta de merecimiento un sentido de virtud al que os animan que os aferréis.

 

Así, para escapar del dolor que os causa esa creencia, competís unos con otros por la aprobación de alguna figura humana de autoridad -padre, hermano/a mayor, profesor, clérigo, esposa, jefe, presidente, rey, Papa- que sólo es otro más de los queridos hijos de Dios, igual que vosotros.

 

La meditación y la oración pueden llevaros a lo profundo de vuestro ser, donde podéis descubrir la consciencia de que sois un hijo de Dios, y por tanto completamente merecedores de Él y de Su Amor por vosotros.

 

No hay nada que tengáis que demostrar; no hay sacrificio que tengáis que hacer; no debéis ninguna reverencia.

 

Porque sois un ser divino, en unidad con Dios, vuestro Padre eternamente amoroso. Algunos habéis descubierto esta verdad incontestable dentro de vosotros y os ha traído un gozo inenarrable.

 

Cuando despertéis de la ilusión, la verdad de esto brillará para vosotros como un punto brillante de enfoque, confirmando la maravilla de vuestra gloriosa relación con vuestro Padre.

 

Incluso ahora, todos conocéis esta verdad. Solo que por los miedos y las dudas injertadas que apoyan la ilusión habéis estado en negación para no reconocer vuestra eterna conexión divina.

 

La Realidad entra en conflicto con vuestras desfasadas e injertadas creencias sobre vosotros mismos, pero como estáis familiarizados con ellas os aferráis a ellas.

 

Vuestro injertado sentido de identidad humana teme el cambio y es reticente a permitir sólo el alentaros a sentiros libres para conocer a Dios.

 

Cuando despertéis, esas últimas dudas y miedos se irán. Hasta entonces, seguid recordándonos a vosotros mismos que no tienen fundamento, y que sois seres de perfección, próximos a reconoceros por lo que sois en realidad.

 

Con amor, como siempre, Saul.

 

Canalizado por John Smallman

Traducción: PEC

WebSite:   http://despertando.me

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