Baño de masas de Francisco I en el comienzo de su pontificado
El Papa Francisco I ha dado hoy el pistoletazo de salida a su Pontificado.
Desde que diese conocer a todos su humilde rostro ha dejado muy claro
qué tipo de personas es y qué pretende, un Papa al servicio de la
humanidad y que quiere proteger "al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado".
Roma se ha visto envuelta hoy por miles y miles de personas que no quisieron perderse la misa que daba comienzo a esta nueva etapa, tal vez una etapa que recibe al Papa que el mundo estaba esperando.
La Plaza de San Pedro y la delegación de 130 países han sido testigos de cómo Jorge Mario Bergoglio ha recibido esta mañana el Anillo del Pescador, anillo que distingue a los papas. Pero esta ocasión él ha pedido que no fuera de oro como de costumbre sino de plata dorada.
Antes de la misa y durante los casi 20 minutos que ha durado el recorrido por la plaza y las calles adyacentes, Francisco I ha vuelto a saltarse el estricto protocolo del Vaticano. Con los mismos zapatos gastados y sobre un jeep blanco descubierto se ha bajado en varias ocasiones para estar muy cerca de niños y enfermos.
En su homilía tampoco quiso olvidarse de los políticos y cargos relevantes y ha lanzado un potente mensaje:
"Quisiera
pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en
el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de
buena voluntad: Seamos custodios de la creación".
Y ha finalizado su discurso igual que en su primera aparición
"Antes de que el obispo bendiga al pueblo, yo quiero que recéis para que el Señor me proteja".
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