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jueves, 25 de julio de 2013

ENERGÍAS JULIO: “RITUALES CÓSMICOS”

ENERGÍAS JULIO: “RITUALES CÓSMICOS”

Nuevamente nos encontramos sumergidos en un bucle energético de vida orientadora-activadora, donde las cada vez más entrelazadas conciencias micro y macro cósmicas interactúan produciendo un movimiento substancial y existencial hacia el propósito evolutivo de la nueva raza.

La suma de aceleraciones de luz que los seres humanos venimos desarrollando bajo la cada vez más influyente vinculación a la energía estelar, se ve durante estos días acrecentada, dirigida por las pulsiones etéricas de los grandes centros universales y planetarios implicados en la ascensión, originando altas vibraciones en la substancia vital atómica y a su vez influenciando la limpieza del medio ambiente o aura planetario.

Con el plenilunio de Leo comienza un periodo de alta actividad llamada a generar y aumentar el principio vital único,y su influencia se derrama sobre la tierra y sus reinos convirtiéndolo en un periodo excepcional  para el trabajo probatorio intuitivo, para el acercamiento a las verdades de la vida, para el despliegue del reino del Alma donde lo indefinible es simplemente conocido.

Las altas reuniones triádicas en los cielos de estos días, vuelven a reflejar el complejo proceso unificador que la humanidad está llevando a cabo.

El manejo de la dualidad,los diferentes estados de conciencia, la suma de fuerzas y energías que radian en su totalidad un impulso de la Existencia Unitaria, nos están desvelando los senderos que bajo la Orientación del Espíritu, la Mediación del Alma y la Creación fenoménica del Cuerpo han de conducirnos a los graduales y paulatinos procesos de fusión y síntesis del Hombre-Dios.

La fuerte influencia de los planetas lentos sobre los estados psicológicos, emocionales y físicos es durante este período un ceremonial de fuerzas expansivas, que en sus distintas manifestaciones y a través de los distintos emisores y receptores han de producir el correcto reajuste de todas las formas mentales, emocionales y físicas generando un punto focal que trascienda y aglutine la vida Una, más allá de las simbólicas triplicidades de los reinos. 

Así podemos encontrar estos días en los cielos de Leo un perfecto reflejo de las fuerzas y misterios que venimos experimentando. Una danza de impulsores y destructores, trígonos y sextiles de todos los transmisores implicados y vinculados al sistema terrestre, opuestos y complementarios poniendo de relieve la capacidad mediadora del Alma, que difracta las fuerzas, que las controla, que las radia en un proceso expansivo de si misma, en un despliegue potencial del Ánima Mundi, del Cristo Cósmico quien es el “camino, la verdad y la vida”.

Júpiter “Deus Mundus”, radiador de una gran corriente expansiva se encuentra sumergido y entrelazado a planetas como Saturno (su opuesto y complementario), la oscuridad, el silencioso caos antes del big-bang, del gran cambio, reflejando nuestro propio trabajo con el Guarda del Umbral y el Ángel Solar. 

Fuerzas que deben encontrarse, que deben fusionarse en un paso decisivo, en  una tendencia que surgida del gran amor del Alma haga de Gaia y de sus hijos el escenario donde la divinidad y la forma crean la existencia, el indefinible estado donde Padre y Madre son Uno, el esencial y sagrado encuentro causa de toda manifestación.

La inteligencia activa del Ángel de la Presencia radiada a través de Saturno y Plutón influenciando la elevación del mundo emocional e inconsciente, el conocimiento concreto de los hijos de la mente de Venus (alter ego de Gaia) marcando el camino hacia el propio ritmo y los naturales encuentros de todos los estados, Marte y Neptuno con su fuerza de idealismo y devoción produciendo un acompañamiento en los crecientes destellos de luz del Alma a la cuál responden los maestros y jerarquías más elevadas…

Una danza en espiral de los tiempos, los espacios, los estados que muy significativamente nos desvelan el ardúo trabajo del manejo de todos las expresiones de este Ser multidimensional que despierta a un nuevo “concepto” de si mismo y de la vida.

La Presencia, la Existencia, la Esencia en trígonos de percepciones, sensaciones, emociones…expresiones de una misma gran fuerza dadora y creadora…

Leo, íntimamente ligado a Sirius como custodio, como escenario de este despliegue de encuentros, de simbiosis, de reunificaciones donde cada expresión puede generar un único gran centro de Amor desde donde aproximarse levemente al Uno Absoluto.

Desde la gran madre hacia el gran Padre…el Hijo, el Hombre como escenario sagrado de los más bellos propósitos del cosmos.

El triunus et unus nuevamente: “Triasunt mirabilias, Deus et Homo, Mater et Virgo, Trino et Unus” (3 son las maravillas. Dios y Hombre, Madre y Virgen, Trino y Uno).
Todas las puertas, todas las vias, todas las expresiones de vida emergiendo del propio principio universal de la Unidad y la Fraternidad.

Reinos lunares y solares, triádas de centros radiantes de nueva vida buscando la simbiosis y el encuentro del Amor divino que les permita reconocerse al elevar la mirada al cielo.

Madre y Padre en la creación perfecta del estado de un Alma que se eleva, que no descarta ninguna de sus fuerzas, que ama la oscuridad de donde la luz nace a la vida, que no comprende ni busca, si no que simplemente se mece en la sagrada sabiduría del origen.

Aulas, caminos, misterios propios donde Dios se reconoce en el hombre, donde el hombre por fín se atreve a aceptar su condición celestial…Madre, creadores, magos, visionarios de un tiempo excelente, de una nueva edad dorada, que a la vez son capaces de ser la nada, la virginidad donde todo se origina, el vacío impregnado del poder de renacer.

Renazcan, sean, dancen lo más cerca posible a su silencio…Renazcan, sean dancen lo más cerca posible a su oscuridad…Renazcan, sean, dancen en el encuentro inolvidable, en el espacio sagrado, en el gran centro de Amor, donde la Presencia, la Existencia y la Esencia retornan a su original omnipresencia.

Permitan la divina expresión de su caos y su sabiduría, permitan la sagrada comunión de su sombra y su luz…sean la sagrada tierra del encuentro, el espacio, el misterio donde una nueva vida da comienzo.

“Lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz”
Namasté

Anabel.C.Huertas


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