POSICIONES ASTROLOGICAS DEL 21 DE AGOSTO DE 2012
Se han comentado muchas cosas sobre eclipses y
tránsitos de Venus, sobre los equinoccios y solsticios, pero no se le está
dando importancia a una doble configuración que se dará el 21 de agosto y que nos
hará retomar temas que aun no hemos
querido afrontar. Esta doble configuración es una doble Cruz Cósmica y una
doble Yod.
De las dos cruces cósmicas, la primera incluye a
Urano, Plutón, Venus y la Luna en signos cardinales y la segunda, como apoyo y
reafirmación de la primera, es una cruz disociada en signos mutables, los Nodos
Lunares y Neptuno y el Sol en signo fijo.
Esta cruz ya se formó el año pasado, el 7 de
agosto, por lo que potencia y consolida su influencia abierta en el 2011.
Aparte de esta doble cruz cósmica, está el doble Yod que incluyen los planetas Kirón,
Luna, Mercurio, la primera; y Kirón, Plutón
Mercurio, la segunda.
Los Yods son configuraciones de gran poder
espiritual y kármico, de hecho su segundo nombre es “el Dedo de Dios”, porque
marcan experiencias y pruebas de gran relevancia kármica, que no se pueden
evitar.
Los planetas centrales de ambos Yods o vértices, son Mercurio y Kirón y son
los que marcan la naturaleza de ambas configuraciones.
Existe una diferencia entre el Yod marcado por
Kirón y el marcado por Mercurio, el primero sería el que lleva el peso
auténtico de la fuerza de esta configuración, mientras que el segundo,
considerado por algunos teóricos, doble quincuncio, nos hablaría de la dureza del momento, y la carencia de
dirección de la sociedad actual.
Estas configuraciones marcan un desafío especial
para lograr alterar constructivamente y focalizar con más nitidez aquello que perjudica y
obstaculiza el funcionamiento total del individuo. Fuerzas internas y externas
trabajan conjuntamente para crear presiones sutiles pero exaltadas que se
liberarán durante la crisis de toma de
consciencia.
Nos marcan una encrucijada en el camino, porque la
humanidad ha de definirse de una vez, aunque el definirnos por un camino no sea
sinónimo de saber hacia dónde nos llevará la decisión. Sólo tenemos que tener
claro que tenemos que modificar el rumbo. Han de hacerse cambios que
llevan consigo la sensación de urgencia
y necesidad no reconocida. Aunque esta nueva dirección, pueda parecernos
repentina e inexplicable, en realidad, llevaba tiempo tomando forma. Esto hará
también cambiar hábitos y conductas que
puedan parecer extrañas. Es la energía del cambio, del desapego, nos muestra
nuevos caminos hacia una autosuperación y capacidad para nuevas perspectivas y
objetivos en la vida, aunque pueda ser dirigida la persona hacia lugares o
situaciones que nunca antes las pensase realizar.
Del primer Yod, el que tiene la mayor fuerza,
Mercurio y la Luna llevarán a realizar los ajustes intelectuales y emocionales
en el medio social, que forzará a hacerlo internamente. Se focalizará sobretodo
en la necesidad de buscar un equilibrio emocional tras la elección de la
dirección a tomar. Es necesario que se limpien todas aquellas relaciones que ya
no deberían tenerse por dificultar el
andar de forma ligera. Es momento de que los afectos sean revisados y aquellos
que ya no nos ayuden y acompañen en la nueva frecuencia, deberán ser revisados,
cambiándose la forma de percibirlos y vivirlos o alejándolos de nosotros. Es
tiempo de limpieza y sanación emocional y de nuestras relaciones y afectos.
Igualmente, nos incita a la necesidad de cambiar
estereotipos y procesos mentales que quedaron obsoletos en nuestra vida, que ya
no vibran con los tiempos que se avecinan, es tiempo de ver la vida de otra
forma, de plantearnos nuevos objetivos y metas basadas más en lo que el corazón
dicte que en lo que los miedos, las carencias y necesidades pujen.
En este tiempo de grandes restricciones y en el que
las posesiones materiales cada vez tienen más valor, este Yod nos orienta hacia
una nueva forma de ver la vida, hacia una forma menos ambiciosa materialmente
hablando, menos individualista, menos materialista y, por el contrario,
valorando más las ayudas, los intercambios, la compasión y generosidades
mutuas. No estoy hablando de volver al tiempo del trueque, pero sí al del
compartir favores y ayudas como forma de sobrevivir.
Otro aspecto
movilizado por Mercurio es el de desarrollar nuevas formas de comunicación,
diferentes métodos educativos y nuevas herramientas de aprendizaje.
El Yod de Kirón incita a nuevas prácticas de
sanación, es necesario dejar de forzar a nuestro vehículo físico a enfermarse
por no saber canalizar la energía adecuadamente por él. En el momento en
que entendamos que el cuerpo no es más
que un reflejo de lo que fluye por nuestro interior, que es la alarma que posee
el alma para que paremos y busquemos formas nuevas de sentir, compartir
y vivir, no habrá un verdadero equilibrio.
El alma al seguir su proceso de madurez y
aprendizaje va necesitando vehículos (cuerpos) como formas de existir en los
distintos planos. Los cuerpos de 3D son los más densos y, por eso, son los más
dados a enfermar, porque son movilizados también por emociones densas y formas de
pensamiento complejas.
Un vehículo físico, en realidad se compone de 4
cuerpos: físico, doble etérico o cuerpo etérico, emocional y mental. Todos
ellos deberán desprenderse cuando el alma
vuela y se eleva de estos planos al terminar su ciclo vital. Conforme
más fluya la energía en él, mejor
estaremos llevando nuestro mundo emocional y, al tener que ascender, más fácil
nos será.
Kirón participa también, a través de este Yod, en
la sanación del alma para poder facilitar que el cuerpo sufra menos al hacer
sus cambios frecuenciales. De no hacerlo así, la sanación se dará a través de
la enfermedad.
Volviendo a las Cruces, primero veremos la Cruz
Cardinal compuesta por Urano, Plutón, Venus y Luna. Esta Cruz nos habla de la
necesidad de salir de las emociones duras y densas, cada vez habrá más tensión
interna, cada vez sentiremos más presión y urgencia interna y eso trae el
riesgo de explosiones inesperadas y situaciones difíciles de controlar. Por
esto es muy necesario estar pendientes de uno mismo y bucear en nuestro
interior para que todo vuelva a la normalidad
y, si no encontramos la forma, es imprescindible sacarlo, por lo que la
vida provocará situaciones en las cuales salga todo esto, sólo así podremos
estar realmente bien.
La Cruz Cardinal es aquella que nos incita a mirar
hacia arriba y hacia dentro, provocando la necesidad de elevar nuestra
consciencia y energía a niveles superiores, donde nuestro Maestro Interno vibra
con toda su fuerza.
La Cruz Cardinal es la cruz de la Maestría, es la
que remueve para terminar de provocarnos a la acción con dirección, con un fin
concreto y definido, pero no por nuestra cabeza sino por nuestro corazón. En
este punto, la cabeza, los deseos, necesidades, miedos, culpas, emociones, todo
lo que nos ha movilizado y aun sigue
movilizando, han de reconocerse y transmutarse.
No es tiempo de guiarnos por lo que nos conviene
sino por lo que realmente es necesario y esto no siempre cubre nuestras
expectativas de vida, cuando estas expectativas no están en la verdadera senda
de la Luz de nuestro ser interno.
Esta Cruz nos ayudará a que sea realmente nuestro
Ser Interno quien guíe nuestros pasos, sólo tenemos que dejarle y no
resistirnos a su influencia. Él sabe, nosotros no siempre.
La segunda Cruz que vibra en la mutabilidad, es la
Cruz del Hombre y, por tanto, nos aporta la energía de identificar quienes
somos en realidad. En ella está una oposición Sol-Neptuno, lo que nos habla de
la disolución de la personalidad o, lo que en realidad estaría queriendo decirnos, la disolución del ego.
Esta Cruz nos pone en contacto con las Trampas de
nuestro ego, para así depurarlo, sanarlo y transmutarlo, sólo así podremos dar
el salto del pasado al futuro, de lo vivido a lo por venir, de lo aprendido al
desaprender, para después reaprender. Es tiempo de depurar todo lo que ya no
tiene hueco en nuestra vida ni en
nuestro ser, Gran Oportunidad nos ofrece el Universo trasladando estas
influencias hacia nuestro plano, aportando toda esta información para
facilitarnos el caminar, Aprovechémoslo.
Todo este trabajo provocará una gran apertura hacia
la Luz Divina de nuestro Ser Interno, el Único camino para nuestra Ascensión.
Estudio realizado por Sol Hernández
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