NOVILUNIO DE CÁNCER “EL CÁLIZ DE VIDA”
2 de Julio de 2013
La
interiorización, la silenciosa conducción de las “fuerzas” y energías
atesoradas durante el plenilunio de cáncer, nos envuelven en un
particular e individual acto de trascendencia donde los recursos y los
distintos aprendizajes de este devenir por el propio misterio desvela
levemente el reluciente cáliz, el fulgurante destello de la vida UNA.
Durante el novilunio la iluminación producida por el efecto
invocativo-evocativo del plenilunio de cáncer nos devuelven nuevamente
al proceso de interiorización, de descenso a la propia caverna, a la
forma, a los reinos lunares fuerza motriz de la construcción de una
“casa iluminada” un estado de armonía del Ser y de todos sus vehículos,
capaz de elevarse por encima de la masa y sus corrientes inerciales
antiguas de miedo y debilitamiento.
Como hemos estado sintiendo e intuyendo la búsqueda de este tiempo y
la creciente reacción e hipercomunicación con la energía propia y
circundante, nos ha hecho experimentar el afloramiento de un sinfín de
puertas subconscientes, individuales y colectivas, nos ha hecho recorrer
corredores astrales del pasado, de vida entre las vidas, de frecuencias
recibidas de todos los campos y escenarios del mundo dimensional y
etérico.
La creciente velocidad del plexo solar, llamado a concentrar y
fusionar la fuerza del centro base y sacro en un único punto radioactivo
cuya tendencia va a ser seguir siendo elevarse y fusionarse con los
centros superiores de encima del diafragma, hasta su total anclaje en el
punto medio, es uno de los pilares de esta reconversión de la vestidura
del ser humano, una de las tendencias y dinámicas del nuevo hombre,
quien ha de crear el magnetismo donde la unidad se inicia, y los reinos
crean un nuevo ecosistema donde todo es fruto de la nueva vida y las
nueves redes de re-conexión dévica.
El hipermagnetismo del plexo solar llamado simbólicamente
“despertar”, esa energía maravillosa que ha producido la activación de
los sentidos sutiles, las sincronicidades y reconexiones entre almas y
grupos que se expresan y sostienen compartiendo el aliento de una nueva
fraternidad, es el campo de acción de los inicios donde las aperturas
estelares (11-11) actuaron sobre las células y moléculas adaptándolas y
potenciándolas, para generar el reencuentro de los grupos de acción y
fuerza, de la magia organizada planetaria que está en los albores de la
comunión jerárquica con las conciencias más elevadas del sistema.
A su vez, la fusión del centro base y sacro en un magnético vórtice
de energía en el plexo solar nos ha devuelto la conexión con la Madre,
con la diosa creadora de la vida divina donde la molécula más alejada
del sistema es una pieza de la perfección del Padre que existe a través
de la materia, del vientre, de la forma que la Madre brinda para Crear
la expresión viviente de la omnipresencia celestial, y cuya total
manifestación va a producirse durante esta nueva era de sistema
femenino.
El novilunio de Cáncer - 8 de julio - nos ofrece la oportunidad de sumergirnos en la
verdadera naturaleza.
En la máxima expresión de la vida no
condicionada, que a través del perfeccionamiento y la entrega de los
reinos dévicos inferiores nos dota poco a poco de un cuerpo capaz de
hipercomunicar con todos los reinos, de fortalecer lazos con las más
bellas expresiones de una red de luz en emergencia, de reconocer poco a
poco al Uno en cada uno de los espacios y dinámicas de nuestro planeta y
de aquello donde la semilla del Padre celestial existe.
El “despertar”, la aceleración de este centro llamado a convocar y
fusionar el vehículo inferior de la nueva raza nos ha convertido en un
sintonizador de todas las corrientes mentales y emocionales del planeta
y de muchos de los éteres o vidas que lo circundan o que trabajan en su
evolución.
Los antiguos comentarios llaman a esta “percepción” de la energía
dévica inferior, “la luz oscura”, un principio de elevación que bajo la
meditación y el trabajo entrenado de la mente se va sutilizando, se va
elevando hasta comenzar a formar parte a la luz del alma, la Luz del Día
según la tradición inmemorial, aquella que liberada de la creencia o la
forma razonadora y mental guia los pasos de los nuevos hombres.
Así pues durante este tránsito por el misterio y el redescubrimiento
propio que iniciamos cruzando la puerta de los hombres solstiscial los
distintos procesos y cambios van a ser una profunda reorganización de
las propias dinámicas y centros de fuerza.
Sumergirnos en las expresiones de vida en las que nuestro Ser existe
debe ser un viaje profundo y silencioso hacia la Verdad del Hombre-Dios.
Sin condicionamientos, sin creencias, sin dogmas…aceptando la energía
de un subconsciente colectivo que sana en nuestro propio cuenco de luz y
al cuál somos capaces de observar con desapego, con la natural
tendencia de un nuevo hombre que no juzga, que sabe de la belleza y la
perfección divina en todas las cosas, que sabe que la luz es sombra, que
todo es uno, y que lo acepta tal cuál es para devolverle el reflejo del
origen, donde todo surgió perfecto de la fuente divina.
Confiar en la naturaleza sagrada de los reinos inferiores que se
elevan con todo el sistema. Generar la serena expectación donde nada y
todo es aceptado, donde la mente no interviene para observar con
maestría la dinámica de perfección de la forma que contiene la vida Una.
Permitir a la Madre, a la Diosa causante de la manifestación divina
emerger por si misma, utilizar su poder original, su luz parte esencial
del Padre, su perfección más allá de la interpretación limitada de la
mente humana, para entregarnos al nacimiento de una “nueva vestidura” un
nuevo templo de la Luz universal, un cáliz reluciente capaz de
manifestar la Belleza, la Verdad y la Vida.
El principio del poder en lo profundo, en la densidad, en el silencio
y el misterio que “crea” y dinamiza el diasapón, el cuerpo capaz de
hacer resonar la “palabra”, la casa iluminada parte intrínseca del
Verbo.
“Lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz”
Namasté
Anabel.C.Huertas
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