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sábado, 27 de abril de 2013

ENERGÍAS MAYO-JUNIO “EL RESURGIR DE LOS TRIÁNGULOS DE FUERZA” I part.

ENERGÍAS MAYO-JUNIO “EL RESURGIR DE LOS TRIÁNGULOS DE FUERZA” I part.

 

PRIMER TRIÁNGULO: MADRE: ”ÁNGEL SOLAR-MENTE-CUERPO”

Envueltos en las potencializadoras fuerzas del empuje Tauro, tras el festival de Wesak, se presenta un periodo de emergente concreción y dirección espiritual.

La manifiesta energía astronómica de estos meses, reflejo intrínseco inspirado por las dinámicas internas nos conduce a un tiempo de “visión” exponencial, donde las “creencias” (frecuencias emocionales y mentales más densas) son sacralizadas por el despliegue y la actividad del escenario intuicional, capaz de coordinar, unificar e interpretar la “realidad”, otorgándonos el principio de la “percepción quintadimensional”.

La triáda de eclipses, lunar-solar-lunar que derrama sus influencias en armónica conjuncion con plenilunios y novilunios, produce gran hipercomunicación jerárquica y eleva las frecuencias de los campos astrales de Gaia generando un periodo de “intercambio” invocativo-evocativo entre las dimensiones superiores o guias de la raza, y la fraternidad humana en el punto elevado de su conciencia creadora de la Nueva Tierra.

Así durante este periodo hasta el solsticio de verano nos encontramos con un poderoso sendero de energías creadoras y vinculadoras que ha de permitirnos descender la puerta solstiscial de los “hombres” con la capacidad de invocar y evocar respuestas certeras para la “realización” del Propósito de una nueva era.

Durante el Festival de Aries estrenamos el contacto con la “semilla del fuego” que activada en la humanidad consciente durante el vórtice 12/12 nos puso en contacto con la fuerza de primer rayo (Fuego-Padre-Voluntad-Poder).

Fue alineada con los centros jerárquicos de acción que operan en la tierra durante la alineación galáctica del 21/12, produciendo en los vehículos de manifestación, tanto planetarios como individuales una “vinculación” y una tendencia vibracional interna hacia la influencia de los distintos ashrams y maestros y su trabajo particular, pudiendo generarse una intercambio (hipercomunicación) con nuestro centro o quinta esencia cada vez más desarrollada.

El proceso del fuego refinador, nos condujo a una sanación y adecuación de los canales de manifestación durante el largo invierno. La Luz (Ángel Solar) capaz ya de su total desarrollo iba haciendo emerger los procesos y tendencias instintivas, inerciales, erróneas, mientras la semilla del “fuego” era capaz de transmutar refinando y elevando la “sombra” a su tendencia vibracional de fuerza cooperante lumínica.

Este proceso de “entrenamiento” nos ha permitido comenzar a percibir la energía como unidad (“el discipulo y la energia son lo mismo”) y entonar la nota clave de Aries con el asentamiento de la certeza mágica: “La energía sigue al pensamiento y así Yo surjo y desde la mente rijo”.

De este modo la certeza de que las frecuencias mentales son el principio “creador” capaz de influir en la materia y en la realidad emergente, genera en los hombres un centro focalizador, un vórtice de fuerza (cada vez más despierto y activo: el punto medio) desde donde opera la magia organizada planetaria.

Así pues el Festival de Aries produjo la emergencia de la energía del Ángel Solar, (su inmanifestación es concretada a través del escenario de una mente cada vez más refinada que es capaz de utilizar el “fuego” para transmutar el cerebro en sexto sentido, vehículo de manifestación del Alma y su mundo intuitivo) produciendo el principio de fusión entre vehículos superiores e inferiores, manifestando el primer triángulo jerárquico (centro de radiación de fuerza creadora), Ángel Solar-Mente-Cuerpo.

La capacidad de luz (Inteligencia Activa) del Ángel de la Presencia, ilumina y focaliza su atención en los reinos inferiores (devas de la materia-cuerpo) y así “despierta” su atención revelando y conduciendo su densidad instintiva hacia la senda de luz de su verdadera capacidad cualitativa creadora.

No son meras células ni moléculas desvinculadas al Hombre-Dios, son los vehículos más sublimes de creación, manifestación y comunicación cósmica.

Cuando esta realidad dévica es “vista” desde la unidad de un mismo campo energético de “aspiración divina” se produce la “entrega del Guarda del Umbral”, que sin resistencia acepta las reencontradas directrices de su reflejo, de su complementario y opuesto el Ángel de la Presencia, y se convierte así bajo su mando, en el coordinador, unificador y interrelacionador del medio ambiente planetario, de sus devas y reinos espectantes por ascender y co-crear con las elevadas dinámicas de frecuencia solar y evolutiva.

La influencia del Festival de Tauro “Veo y cuando el ojo está abierto todo se ilumina”, nos permite observar la realidad inferior como la sagrada tierra de la fecundación.

Las puertas al vientre de la Madre y sus misterios ancestrales de creación (esencia femenina manifiesta en este triángulo particular), nos devuelven el recuerdo al origen de los chamanes cósmicos, que desde la sagrada percepción de un bioritmo de unidad planetario, son capaces de interpretar y utilizar la fuerza total de la naturaleza como parte intrínseca y divina de su propia presencia.

El principio de magia organizada emana de la fuente interna del ser humano a través de la actividad enfocada, amorosa y consciente de este primer triángulo de fuerza que despierta e interactúa precipitando la manifestación de su verdadera esencia.

Ángel Solar-Mente-Cuerpo, es un despertar evolutivo imprescindible para la ascensión de la Tierra y sus reinos. El triádico trabajo de la Madre y sus hijos es el principio vital que ha de generar la “sutileza” necesaria de los vehículos de manifestación (formas) de la raza, llevándolos por la senda de la ascensión divina hacia su esencia primordial de :Expresiones vivientes del Padre.

El Poder del Padre no puede ser reconocido debido a su omnipresencia e inmanifestación…debe ser convertido en el paradigma, en la magia de la “creación viviente.

“Lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz”.

Namasté
Anabel.C.Huertas


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