La interacción cuántica es 10.000 veces más veloz que la luz
El
entrelazamiento cuántico entre partículas es una cosa fantástica,
aunque realmente no sepamos ni cómo funciona ni para qué sirve. Por
alguna razón cuando dos fotones interactúan, ambos se conectan
íntimamente de tal modo, que incluso aunque les separen vastas
distancias, su interconexión continuará.
Los físicos cuánticos hace mucho tiempo que conocen esta forma de
entrelazamiento. Varios experimentos, repetidos muchas veces, han
probado que cuando se envían dos fotones entrelazados a lugares
distintos (digamos uno llamado 'A' a Boston y otro llamado 'B' a
California, por aquello de la película) su polarización siempre será
opuesta. Es decir, si el primero muestra polarización 'arriba' el otro
mostrará indefectiblemente la polarización 'abajo'.
Es más, (y aquí viene lo fascinante) si de algún modo cambiamos la
polarización del fotón 'A' de su valor inicial 'arriba' al nuevo estado
'abajo', entonces, de forma instantánea, el fotón 'B' alterará su estado
para mostrar el contrario al primero, pasando a polarizarse 'arriba'.
No es de extrañar que Einstein definiese a esta propiedad cuántica como
"una acción fantasmal a distancia".
Lo que ha hecho ahora un equipo de físicos chinos, dirigidos por Juan
Yin de la Universidad Científica Tecnológica de China en Shanghai, es un
experimento que involucra a fotones entrelazados, separados entre sí 16
kilómetros, con los que se intentó medir la velocidad a la que se da
esa interacción que antes llamábamos instantánea.
El resultado ha sido sorprendente. La interacción cuántica es 10.000
veces más rápida que la velocidad de la luz. (Su trabajo puede
consultarse en Arxiv).
Aunque no es acertado pensar en usar esta propiedad de las partículas
para comunicarnos a velocidades superiores a las de la luz, lo cual
sería muy positivo en el futuro para hablar con nuestras bases
espaciales repartidas por el sistema solar.
El problema con estas
partículas es que uno no conoce la polarización del par hasta que no la
mide, de modo que no hay forma de hacer que los fotones del otro lado
tomen el estado que se desea, para de este modo crear una especie de
código morse.
Esto recuerda a otra de las peculiaridades de la mecánica cuántica,
aquella que afirma que las partículas se encuentran en una superposición
de estados que no puede conocerse hasta que alguien se detiene a
observarlas. Es la base del famoso experimento mental propuesto por
Schrondinger, en el que un gato encerrado en una caja está vivo-muerto,
hasta que la abrimos para comprobar en cuál de los dos estados se
encuentra.
Habrá que esperar antes de poder desarrollar el famoso ansible dibujado
por Orson Scott Card en su célebre novela "El juego de Ender".
Autor: Editor DJ el Jue, 11/04/2013 - 15:54.
Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/
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