¿Cuál es mi Misión?
Por Matías Distéfano
Esta pregunta está hoy en boca de todos, desde niños hasta ancianos que buscan su Misión.
Es un dilema que ha estado vigente en la humanidad desde sus principios.
¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Qué rol cumplo en esta totalidad?
¿Qué importancia tengo en este Universo, aunque soy tan pequeño?
Todos
tenemos un propósito… cada semilla, ave, animal, cada humano, cada
célula y estrella tienen un propósito por el cual existen. La existencia
misma es un propósito: el movimiento; por más absurdo que parezca, el
propósito que todos juntos tenemos, es el constante movimiento, nunca
debe detenerse, nuestra misma naturaleza lo necesita, nuestros sueños
nos impulsan en los momentos en que nos estancamos.
Cuando la vida ha
llevado a alguien a una monótona vida de oficina, de la cual sabe que no
es su realidad, sus sueños son quienes muestran su propósito.
Nuestras habilidades, aquello en lo que somos buenos, nuestros hobbies,
nuestras ideas, por más locas que sean, esos aspectos son los que están
metidos en nuestra genética y personalidad, los cuales nos guían hacia
nuestro propósito individual. Hay que hacer caso a aquello que sabemos y
tenemos como habilidades, ellas son el camino hacia nuestra
realización.
La Misión, no es un trabajo que cumplir, muchas veces podemos creer que
nuestra misión puede ser dura, o algo que hemos pactado… pero en
realidad, ella es nuestra propia realización como seres. En el proceso
de realizar nuestra misión, la vida nos enseña las herramientas con las
cuales la lograremos.
¿Cuáles son esas herramientas?
Tenemos dos tipos de herramientas para lograr el cumplimiento de nuestra misión: las Positivas y las Negativas. Ambas nos ayudarán.
Las Positivas son
las que mencioné antes: nuestras habilidades, nuestros hobbies, aquello
que nos agrada o en lo que somos buenos. Esto nos acerca a la misión,
porque descubrimos que todo lo que venimos a hacer al mundo, está
relacionado con lo que nos hace felices.
Muchas veces la sociedad
castigará o criticará a quienes son felices cumpliendo con sus
habilidades, puesto que la sociedad capitalista o comunista no comprende
cómo alguien puede subsistir sin el esfuerzo natural al cual el humano
está sometido; la idea siempre fue que había que trabajar con el sudor
de la frente para lograr algo… pero todos bien sabíamos que eso sólo es
una parte del aprendizaje, y que nuestro propósito no se logra con el
sudor, sino con la alegría.
Las Negativas son
nuestros karmas, las cosas a las que nos enfrentamos que nos
desagradan. Tener que trabajar en sitios a los cuales no le encontramos
el propósito, estar en ambientes con personas que nos desprecian o
desvalorizan, ayudar sin entender la razón, sufrir una vida de
constantes pérdidas o separaciones…
Todos estos aspectos negativos a
corto plazo, son positivos a largo plazo… es lo que podemos llamar: la
Preparación. Estar en situaciones feas, encasilladoras, en trabajos sin
entendimiento, todo esto nos hace aptos para enfrentar las adversidades
que comprenden nuestra Misión.
Debemos estar atentos a ello, pues nos
servirán de mucho al hacerlo consciente… piensen: ¿qué saco yo de esta
situación? ¿Qué he de aprender de esta experiencia? ¿Qué me aporta este
trabajo o relación?
Todo
es un aprendizaje constante y una preparación para el cumplimiento de
la Misión… pero lo más loco de este cumplir… es que no importa si eres
consciente de haberlo hecho.
Claro está que cuando uno es consciente de sus propósitos, nos vemos ya
en un plano evolutivo más flexible, más sutil. Saber cuál es la Misión
individual es importante para nuestra realización como individuos.
¿Es bueno saber cuál es mi Misión?
Deben de tener en cuenta los aspectos positivos y negativos de saber cuál es la misión.
Lo positivo, como dije: te posiciona en un nivel
flexible de la evolución, en la que eres consciente de que todo lo que
sucede te está preparando para esa función que has venido a realizar.
Estás atento, y dispuesto a estas situaciones.
El lado negativo es que cuando uno reconoce su misión,
está pendiente de su realización… y muchas veces eso le trae problemas.
Querer que suceda ya, adelantar los tiempos, las acciones… llega la
angustia y desesperación, pues las cosas no salen como se las espera, y
así la frustración invade el cuerpo. Ve el contexto y se enloquece al
ver la casi imposibilidad de su misión, y prácticamente termina por no
cumplirla.
¿Entonces… cómo cumplo mi Misión?
En realidad, la Misión se cumple muy fácilmente: viviendo.
Despreocúpense de su Misión.
Hace mucho tiempo, antes de nacer, todos, cada uno de ustedes, se
reunió con un grupo de almas, seres, guías y maestros con los cuales
debatieron su misión, ellos están ahí para ayudarlos en el cumplimiento
de la misma… ¿cómo? A través de “deja vú”, de señales, palabras, películas, libros, carteles incluso…
¿Cuál es mi punto? Que mucha gente cumple su Misión y muere sin saber
que la ha cumplido… sin embargo, hizo lo que tenía que hacer.
Es la Nueva Era un hervidero de ideales que estaban trabados, pero no
por haber estado en el inconsciente colectivo, no se hacían.
Nuestra mayor herramienta hoy a diferencia de ayer, es que SABEMOS que existe una Misión que hemos pactado cumplir. Cosa que antes no sabían, pero sin embargo, se cumplían por el inconsciente y subconsciente.
No importa cuál es nuestra misión, lo importante es estar atento a las señales que nos guían a su cumplimiento.
Piensen
muy bien lo siguiente… hay muchos que se están conectando o que ya
están conectados, y que entre los 5 años y los 20 años ya saben cuál es
su misión, pero lo que no saben es que comenzará a concretarse a su 45 o
60 años de edad… mientras tanto pues… se frustran con la vida misma y
entran en ira o melancolía.
Por eso mismo, mi consejo es el siguiente:
No
vivimos para cumplir con nuestra misión… nuestra misión es vivir.
Disfruten de cada instante de la vida, siendo conscientes de que sus
vidas son un importante eslabón que han de mover. No se detengan a
observar y buscar el propósito de su vida, simplemente vivan, estén
atentos, y encuentren el propósito.
Seguiré insistiendo:
"...No vivimos por nuestra misión, nuestra misión es vivir…
...no busquen el propósito de su vida, encuéntrelo en el vivir..."
Es un dilema que ha estado vigente en la humanidad desde sus principios.
¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Qué rol cumplo en esta totalidad? ¿Qué importancia tengo en este Universo, aunque soy tan pequeño?
Nuestras habilidades, aquello en lo que somos buenos, nuestros hobbies, nuestras ideas, por más locas que sean, esos aspectos son los que están metidos en nuestra genética y personalidad, los cuales nos guían hacia nuestro propósito individual. Hay que hacer caso a aquello que sabemos y tenemos como habilidades, ellas son el camino hacia nuestra realización.
La Misión, no es un trabajo que cumplir, muchas veces podemos creer que nuestra misión puede ser dura, o algo que hemos pactado… pero en realidad, ella es nuestra propia realización como seres. En el proceso de realizar nuestra misión, la vida nos enseña las herramientas con las cuales la lograremos.
Tenemos dos tipos de herramientas para lograr el cumplimiento de nuestra misión: las Positivas y las Negativas. Ambas nos ayudarán.
Las Positivas son las que mencioné antes: nuestras habilidades, nuestros hobbies, aquello que nos agrada o en lo que somos buenos. Esto nos acerca a la misión, porque descubrimos que todo lo que venimos a hacer al mundo, está relacionado con lo que nos hace felices.
Las Negativas son nuestros karmas, las cosas a las que nos enfrentamos que nos desagradan. Tener que trabajar en sitios a los cuales no le encontramos el propósito, estar en ambientes con personas que nos desprecian o desvalorizan, ayudar sin entender la razón, sufrir una vida de constantes pérdidas o separaciones…
Claro está que cuando uno es consciente de sus propósitos, nos vemos ya en un plano evolutivo más flexible, más sutil. Saber cuál es la Misión individual es importante para nuestra realización como individuos.
Deben de tener en cuenta los aspectos positivos y negativos de saber cuál es la misión.
Lo positivo, como dije: te posiciona en un nivel flexible de la evolución, en la que eres consciente de que todo lo que sucede te está preparando para esa función que has venido a realizar. Estás atento, y dispuesto a estas situaciones.
El lado negativo es que cuando uno reconoce su misión, está pendiente de su realización… y muchas veces eso le trae problemas. Querer que suceda ya, adelantar los tiempos, las acciones… llega la angustia y desesperación, pues las cosas no salen como se las espera, y así la frustración invade el cuerpo. Ve el contexto y se enloquece al ver la casi imposibilidad de su misión, y prácticamente termina por no cumplirla.
En realidad, la Misión se cumple muy fácilmente: viviendo.
Despreocúpense de su Misión.
Hace mucho tiempo, antes de nacer, todos, cada uno de ustedes, se reunió con un grupo de almas, seres, guías y maestros con los cuales debatieron su misión, ellos están ahí para ayudarlos en el cumplimiento de la misma… ¿cómo? A través de “deja vú”, de señales, palabras, películas, libros, carteles incluso… ¿Cuál es mi punto? Que mucha gente cumple su Misión y muere sin saber que la ha cumplido… sin embargo, hizo lo que tenía que hacer.
Es la Nueva Era un hervidero de ideales que estaban trabados, pero no por haber estado en el inconsciente colectivo, no se hacían.
Nuestra mayor herramienta hoy a diferencia de ayer, es que SABEMOS que existe una Misión que hemos pactado cumplir. Cosa que antes no sabían, pero sin embargo, se cumplían por el inconsciente y subconsciente.
No importa cuál es nuestra misión, lo importante es estar atento a las señales que nos guían a su cumplimiento.
"...No vivimos por nuestra misión, nuestra misión es vivir…
...no busquen el propósito de su vida, encuéntrelo en el vivir..."
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