PLENILUNIO DE ARIES FESTIVAL DE PASCUA: “EL AMANECER MÍSTICO”
Con el Festival de Pascua comienza el cilco de la gran rueda cósmica.
El primero de los tres grandes festivales esotéricos cuya
exponencial energia es de máxima influencia sobre la humanidad y los
éteres del planeta tierra, nos envuelve en una gran corriente de
principio “creador” de un nivel ascendente, cuyas fuerzas están
altamente magnetizadas hacia las causas divinas.
Tras el equinoccio vernal, donde las más altas frecuencias
psicológicas han captado el “principio de transmutación” de los portales
internos, el plenilunio de Aries se derrama sobre todos los niveles de
conciencia, haciendo florecer en las mentes más entrenadas la “alquimia
transmutadora” y en las mentes “sensibles” los primeros impulsos del
reino del Alma despertando la “potencionalidad” de su manifestación.
Tras la gran revelación sagrada de la Madre o del principio divino
femenino como agente indispensable en la alquimia sagrada del hombre
durante la purificación de Piscis, Aries y su “fuego sagrado” cargado de
poderosas energias etéricas espirituales, se encuentran en las místicas
“bodas cósmicas”.
La realización, el encuentro, la fusión de las dos polaridades
divinas se ven altamente influencianciadas por los escenarios
macro-cósmicos de las energías de pascua, donde agua y fuego,
crucifixión y resurrección, generan una respuesta altamente sensitiva en
la tierra, un espacio de Amor y entidimiento profundo denominado por
muchos, “El Amanacer Místico”.
Durante estos días de plenilunio hasta el domingo de resurrección, se
produce un reflejo altamente sensitivo a los movimientos cósmicos en el
micro-cosmos humano.
Los divinos escenarios femeninos (el agua emocional o campo astral)
se funde o fusiona con los “fuegos de la mente” (polaridad masculina)
fuerza y deseo, produciéndose una “vivificación” o resurrección de los
éteres, quienes con el “magnetismo” divino de la Madre, son capaces de
atraer a las esferas personales la acción directa espiritual sobre la
mente entrenada.
Las fuerzas del plenilunio de Aries producen el asentamiento del
proceso de reorientación que se ha estado llevando a cabo bajo las
influencias cósmicas anteriores, y la humanidad se ve forzada a la
reorganización y repolarización del resurgimiento de un cuerpo celestial
que está siendo “resucitado” en sus cualidades divinas, liberando el
“grial” interno, donde el cuerpo denso, etérico-emocional y mental, son
una única tendencia creativa donde las dos polaridades se realizan.
“Surjo y desde el plano de la mente rijo”.
El gran centro creador y de magia (punto medio) se ve potencializado
por las elevadas vibraciones de la comunión entre el principio creador
masculino y el femenino, y las elevadas dinámicas de los impulsos del
Alma encuentran en todos los reinos inferiores la servicial “entrega”
donde extraer y perfeccionar las nuevas potencialidades y dones divinos.
La renovada percepción que las energias del plenilunio de Aries nos
brindan donde agua y fuego, Padre y Madre, són un único gran Principio
Creador, genera una exponencial apertura en la capacidad de transitar
los mundos espirituales y responder a su influencia, mientras a su vez
unos vehículos inferiores sacralizados nos otorgan la fuerza del ritual y
la magia organizada.
El “grial” la alquimia interna donde todas las fuerzas de la
polaridad son reconocidas como esenciales centros creadores individuales
y planetarios, se manifiesta en los estados psicológicos y perceptivos
permitiendo la tendencia intuitiva del trabajo con los grandes centros
cósmicos, desvelando los tránsitos frecuenciales y campos de fuerza que
deben ser entrenados para captar las nuevas dinámicas con las que
debemos comenzar a “responder” o exteriorizar la Nueva Tierra.
La alquimia interna del festival de pascua, donde la “crucifixión” de
la dualidad y la separatividad es “resucitada” hacia el gran centro
creador de la Unidad, se materializa a su vez en los campos etéricos del
planeta, donde el “subconsciente colectivo” reconoce y entrega su
fuerza inercial a la acción enfocada de las mentes espirituales, donde
maestros, guardianes y líderes de la nueva Tierra, están actuando bajo
la influencia directa de los grandes centros creadores cósmicos.
La influencia del Cristo cósmico durante estos días produce
especialmente durante la noche del sábado santo al domingo de
resurrección una alta elevación de las frecuencias de los centros o
chakras, destinada a producir “la transmutación y la alquimia”.
El grial, el punto medio se vivifica resurgiendo a su actividad
etérica creadora, donde las fuerzas pueden ser conducidas y gestionadas
en sus transformaciones e influencias energéticas, y donde la polaridad
encuentra el gran principio neutral que genera la Síntesis de todas las
expresiones y tendencias, iniciando el sendero de regreso, el
reconocimiento de los dos principios creadores divinos que toman forma
en la conciencia humana.
La gran unidad, el gran encuentro, la boda cósmica se realiza en el
hombre liberando la conciencia para dar los primeros pasos “fuera de la
ilusión”. El Alma, el mundo intuicional y abstracto puede ahora comenzar
a ejercer su acción directa sobre el mundo mental que “redescubre” su
Inteligencia Activa, despertando la actividad cerebral que poco a poco
va reconociendo el simbolismo interno, mientras traza los puentes de la
nueva comunicación con todos los reinos y los procesos de creación de la
naturaleza cósmica y planetaria.
“Lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz”
Namasté
Anabel.C.Huertas
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