Llamado de tu corazón y a los jóvenes. Maestro R.González y D. Melquisedek-Abril, 2013
Llamado de tu corazón y a los jóvenes. Maestro R.González y D. Melquisedek-Abril, 2013
3 de Abril 2013
Has
escuchado el sonido de tu Corazón? Seguramente que si, pero nos hemos
acostumbrado tanto a él que hemos olvidado su verdadero significado. Es
el sonido de la vida misma, es el sonido del Universo, es el sonido del
Creador Universal , de aquel por quien vivimos, es el sonido de tu
Corazón.
Hubo
un tiempo en que el hombre era consciente del Latir de su Corazón, podía
escuchar el palpitar del Sol, el palpitar de aquel que sostiene la
Vida, del Dios del junto y el cerca, podía escuchar la voz del Padre. Y
podía también escuchar el palpitar de la Madre Tierra, de aquella quien
gesta la Vida dentro de su vientre con Amor y Paciencia, con Dulzura,
Felicidad y Entrega desmedidas como solo una Madre lo puede hacer, es la
voz de la Madre Tierra de aquella de donde provenimos y a donde
habremos de regresar algún día y ese día ha llegado.
Con
el paso del tiempo y como parte de su evolución el hombre dejo de
escuchar el latido del Universo, el Latido del Sol, el Latido de la
Tierra y el latido de su propio Corazón y lo sustituyo por un latido
mecánico, estéril, monótono y frío. Y sucedió entonces que el hombre
tomo la herencia que el Padre le había dado y se alejo del hogar. Y se
olvidó del Sol, del padre que le dio la vida, y se olvido de la Tierra,
de la Madre que lo gesto y lo vió nacer, y se olvidó de todos sus
hermanos, de la flora, de la fauna, de los ríos, de los océanos, de las
hermosas praderas e imponentes montañas, de las flores y el sonido de
las aves y del viento limpio y transparente que soplando sobre su rostro
le indicaba siempre el camino a seguir.
Fue
así que el hombre acabo con toda la herencia que el Padre le había dado y
trabajó en aquello que no le gustaba para poder sobrevivir, y
experimento el sometimiento a la tiranía del más poderoso, experimento
el hambre y la sed, las humillaciones, las enfermedades, la guerra y la
separación de sus seres queridos para comprender y sentir el Gran Amor
de aquellos que le habían dado la vida y entonces y solo entonces
emprender el camino de regreso al Hogar, el camino de regreso al Corazón
donde se encuentra el Padre/Madre quienes todo el tiempo lo esperaron
con los brazos abiertos para vestirlo y calzarlo de acuerdo con su
linaje de Rey, y alimentarlo y agasajarlo por su regreso como cuando era
un niño, sin juicios ni reprimendas, sin preguntas ni cuentas que
entregar sobre la herencia despilfarrada.
Tal
era el camino que el hijo debería recorrer para llevar consigo, dentro
de su corazón y a las próximas generaciones, la experiencia y las
vivencias de un mundo sin sentido, de un mundo sin Amor, de un mundo
oscuro y frío habitado por seres insensibles al dolor ajeno, por seres
inconscientes de su linaje, muertos en vida y a quienes el mísmo tendría
que regresar a resucitar a la vida desde su propia Consciencia que
había nacido de su Corazón Abierto.
¡Hoy
es el momento!, El Hijo Prodigo ha Regresado a Casa, Ha muerto a si
mismo y Resucitado a la Vida Eterna, La Consciencia Cósmica.
Ricardo González
Cuauhtlatoatzin
www.tierrafirme2012.com
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LLAMADO A LOS JÓVENES
D. Melquizedek
Ahora voy a hablar a los jóvenes. A esos que por fuera son jóvenes pero por dentro son tan viejos como los árboles guardianes.
Han
recibido una Tierra que muere, Una Tierra enferma. Cada uno de ustedes
representa lo mejor de la humanidad. Cada uno de ustedes viene con una
misión: Detener la destrucción del futuro. La humanidad antes de ustedes
ha venido destruyendo al futuro. Cada generación hereda a la siguiente
menos campo y más ciudades. Cada vez se reciben menos bosques y más
asfalto.
El ser humano ya no es un hijo de la tierra, de las flores y del río que canta, es más un hijo del acero y del asfalto.
Ya los
jóvenes no encuentran diversión en el eco de la montaña, ni en las
piedras de río que rebotaban 5 veces en la superficie del agua, cuando
eran lanzadas al ras del suelo. Ya no hay interés en dormir en medio del
campo, ver alguna estrella fugaz y observar a las estrellas girar en el
cielo. Pero la Tierra se está muriendo. Y ustedes son su última
esperanza.
Por eso ustedes tienen una misión especial. Una misión que
sólo ustedes conocen. Cada uno es parte de la solución. Cada uno recibió
indicaciones precisas sobre lo que había que hacer. Pero ustedes no lo
saben. Sólo intuyen que son parte de la solución. Y eso está bien.
Porque
así se protegen… y protegen al plan de rescate. La primera parte de lo
que se debe hacer es conectarse con el alma de la raza. Porque dentro de
toda raza existe el amor a la naturaleza. El amor a la madre que le dio
la vida. Ese amor lo llevan ustedes dentro. Primero hay que
descubrirlo. Luego, hay que manifestarlo, todos los días, todas las
mañanas, cada vez que vean una flor, un árbol, o a un animal, recordando
que todos son hijos de la misma madre de la que ustedes salieron, de la
naturaleza, de la Tierra.
Cuando
hagan de esto un ritual, cuando se haga costumbre en ustedes agradecer a
la madre naturaleza por todo lo que les da empezará a hablarles en su
idioma y ciertas ideas empezarán a surgir dentro de su cabeza. Ideas de
cómo se puede ayudar de una manera efectiva. Ideas de cómo sus voces
pueden ser escuchadas y atendidas. Ideas de cómo pueden los laboratorios
empezar a trabajar por la Tierra en lugar de destruirla. De cómo los
premios Nóbel u otros que inventen, pueden redirigir a la ciencia hacia
una nueva conciencia, hacia una nueva ética científica.
Y de esas
ideas irá surgiendo el plan. El plan que fue insertado dentro de sus
corazones y del que cada uno recibió sólo una parte. Pero que será una
realidad inobjetable cuando reúnan las piezas como un rompecabezas, de
todos aquellos que escucharon al grillo, regaron al árbol y sonrieron al
sol y a las nubes cuando las vieron por las mañanas.
Y entonces, un
nuevo movimiento despertará la conciencia de los partidos políticos
enriquecidos por jóvenes conscientes, que luego serán gobiernos, que
actuarán responsablemente… atendiendo a las masas, que exigieron un
nuevo rumbo.
El uranio
y el átomo deberán ser dejados en paz. La energía del núcleo no es la
que la naturaleza necesita. Ésa contamina más que todas las otras
juntas, sus efectos son de muy largo plazo. Las armas nucleares son un
ejemplo de estupidez. Cada país creando su propio veneno, el veneno con
el que envenenarán a sus propios hijos.
En un
planeta donde la naturaleza une a todos los pueblos en una sola aldea,
creer que se puede matar a un enemigo con veneno y no ser alcanzado por
el mismo veneno es tan infantil como estúpido. Por esa razón hay que
redirigir el rumbo.
Por eso
este llamado es para los jóvenes. Entiendan que las ciudades son un
mundo creado por el ser humano. Sin el campo, la ciudad muere, no habría
alimentos, no habría energía, no habría forma de vivir sin la
naturaleza.
Pero la naturaleza no se protege encerrándola dentro de una
cerca y poniéndole por nombre “Parque protegido”, eso es encarcelar lo
que es por definición libre. Mejor sería ponerle una cerca a las
ciudades, y revisar a cada persona que desee salir al campo que no lleve
armas ni contaminación.
Hubo un
tiempo en que el hombre y la mujer vivían en el campo. En medio del
campo. Y sus pies pisaban la tierra, recibía las vibraciones de la
Tierra por las plantas de sus pies. Y eso les permitía entender al
planeta.
Ahora los pies van encerrados en zapatos, y debajo de los
zapatos hay asfalto, y abajo del asfalto, tuberías y residuos de otras
construcciones. Hasta los propios insectos, se han vuelto citadinos. Las
moscas de la ciudad no podrían vivir en el campo, allá serían
rápidamente alimento de otros animales.
Hay un
planeta que espera que este mensaje sea escuchado. Los jóvenes de hoy y
del mañana son la respuesta a las necesidades de la madre Tierra.
Algunos de ellos han sido dotados con la solución. Son el ejército de
salvación. Traen internamente una porción de esa solución.
Han sido
enviados para despertar. Por eso necesitan escuchar a los padres de las
tradiciones. Por eso deben atender al llamado de los caracoles. Por eso
cuando escuchen al tambor resonar con un ritmo melancólico deben
acercarse. Hay un mensaje para ustedes. Los ancianos hablan… hay que
escucharlos.
Ellos les
hablarán en otro lenguaje que tal vez no entiendan con su mente. Pero
lo entenderán con el espíritu. Porque será la madre Tierra hablando por
su música. Será la madre naturaleza que los estará llamando para que
despierten al recuerdo de eso que el grillo les anunció, de lo que fue
insertado en el mismo ADN de sus células.
No hay mañana si el presente
no actúa ahora. Por eso las acciones se realizan ahora. Un pensamiento,
una reflexión, una meditación ahora, formará un plan mañana.
Una
carta, una canción, una pintura ahora, formará todo un movimiento
mañana. Un grupo, una conferencia, un congreso ahora, serán las ideas
que asegurarán la solución mañana. Las acciones son ahora… para poder
tener un mañana.
D. Melquizedek
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