por Jennifer Hoffman
28 de Septiembre 2015
En este ejercicio voy a compartir una de mis afirmaciones favoritas.
Comencé
a utilizarla hace muchos años y siempre me proporciona una sensación
de paz y bienestar. También me recuerda algunos aspectos importantes de
quién soy como ser humano y a nivel espiritual, y la asociación que
existe en entre mi parte humana y mi parte divina.
Considero que éste
es nuestro principal propósito mientras permanecemos embarcados en esta
aventura en el planeta Tierra.
Esta es la afirmación, y a continuación explicaré sus diferentes partes:
“Yo soy divinamente guiado. Yo estoy conectado, estoy seguro y protegido en todos los sentidos, en todas las cosas.”
Analicémosla ahora con detenimiento.
“Yo soy”.
No se trata simplemente del comienzo de una frase. Cada vez que
decimos “Yo soy”, se inicia un movimiento de energía. Por lo tanto, sea
lo que sea que digamos a continuación de “Yo soy”, estaremos iniciando
un movimiento en esa área; es importante que utilicemos esas palabras
con atención.
“Divinamente guiado”.
Aquí, el término “divinidad” se refiere a la totalidad, más que a la
sacralidad o a lo sagrado. No se trata de tener que ser especiales, de
tener que estar absolutamente conectados con la Fuente o entregados a
lo sagrado.
“Divino”, en realidad, quiere decir que el centro
espiritual se ha activado, de manera que podamos incluir nuestra
divinidad en nuestro yo humano. Así, dejamos de vernos únicamente como
un ser humano que hace, para conectar también con la parte de nosotros que es espiritual.
Nuestra
guía divina no nos dice lo que debemos hacer; siempre actúa dentro del
marco de nuestro libre albedrío. Por consiguiente, al decir
“divinamente guiado”, afirmamos que, al avanzar hacia adelante, las
intuiciones y mensajes que nos llegarán serán la combinación de nuestro
libre albedrío humano junto con el aspecto divino que todos llevamos
dentro.
“Yo estoy conectado”.
Significa que siempre existe una conexión entre tú y Dios, la Fuente, o
como quieras llamar al Creador del Universo. Y esa conexión no puede
romperse, aunque la ignoremos o no le prestemos atención alguna;
siempre recurriremos a ella en los momentos de necesidad, cuando
queramos pedir ayuda.
Sin
embargo, es mejor que mantengamos esa conexión de manera fluida y
continua, para que siempre podamos recordar que nuestra guía interna se
encuentra a nuestra disposición, que es parte de nosotros y que se
activa gracias a esa conexión.
“Seguro y protegido”.
Cuando nos mantenemos conectados y recordamos nuestra guía divina, nos
sentiremos seguros, a salvo, y sabremos que alguien cuida de nosotros.
De nuevo, nuestra guía divina siempre respetará nuestra libertad de
elección y no actuará sin nuestro consentimiento: su único propósito es
el de ayudarnos durante nuestro viaje.
También
tendremos protección espiritual si la pedimos y decidimos usarla.
Quizá su finalidad no consista exclusivamente en ocuparse de que jamás
nada nos haga daño, aunque sí puede impedir que nos perjudiquemos a
nosotros mismos.
Esto no significa que podamos utilizarla como excusa
para hacer cualquier cosa. Más bien se encargará de que, ante cualquier
situación, y ocurra lo que ocurra, dispongamos de las herramientas y
los recursos necesarios que nos ayudarán a encontrar el camino para
salir adelante de la mejor manera posible.
“En todos los sentidos”. El
Universo nunca juzga; no le importa si necesitas un vaso de agua
porque tienes sed o si necesitas una nueva casa porque necesitas un
lugar donde vivir. Olvidamos que, en un Universo que no juzga, todas
las cosas tienen la misma relevancia y son igualmente importantes.
Por
tanto, recuerda que estás a salvo y estás protegido, que eres guiado y
ayudado de todas las maneras posibles. Eso significa que, cuando te
permitas hacer milagros, todo será posible para tí y que todos los
caminos te ayudarán a hacer realidad tus intenciones y ponerlas a tu
alcance.
“En todas las cosas”.
En todas las cuestiones y aspectos de nuestra existencia. Nada es
demasiado mundano o demasiado importante; la energía que vamos a
activar dirigirá toda nuestra vida, y estaremos seguros de que nuestra
intención más elevada siempre se cumplirá. En todas las cosas quiere decir en absolutamente todo.
No
olvides pedir guía y dirección, de utilizar todos tus recursos
espirituales en cualquier área de tu cotidianeidad en que te sientas
incómodo, tengas dudas o temores. La energía y las leyes universales
lo abarcan todo; nada es demasiado insignificante y no hay nada que no
pueda resolverse desde el plano espiritual.
Digo
esta afirmación todos los días, cien veces al día. La canto como una
canción, me la repito mi misma para recordarme que soy divinamente
guiada, que estoy segura y protegida en todos los sentidos, en todas
las cosas.
Y espero que vosotros podáis recordarlo también. Gracias.
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Traducción: Rosa GarcíaDifusión y edición: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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