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jueves, 8 de octubre de 2015

Afirmación para la activación del Poder Divino por Jennifer Hoffman

Afirmación para la activación del Poder Divino

por Jennifer Hoffman
28 de Septiembre 2015



En este ejercicio voy a compartir una de mis afirmaciones favoritas.

Comencé a utilizarla hace muchos años y siempre me proporciona una sensación de paz y bienestar. También me recuerda algunos aspectos importantes de quién soy como ser humano y a nivel espiritual, y la asociación que existe en entre mi parte humana y mi parte divina. 

Considero que éste es nuestro principal propósito mientras permanecemos embarcados en esta aventura en el planeta Tierra.

Esta es la afirmación, y a continuación explicaré sus diferentes partes:

“Yo soy divinamente guiado. Yo estoy conectado, estoy seguro y protegido en todos los sentidos, en todas las cosas.”

Analicémosla ahora con detenimiento.

“Yo soy”. No se trata simplemente del comienzo de una frase. Cada vez que decimos “Yo soy”, se inicia un movimiento de energía. Por lo tanto, sea lo que sea que digamos a continuación de “Yo soy”, estaremos iniciando un movimiento en esa área; es importante que utilicemos esas palabras con atención.

Divinamente guiado”. Aquí, el término “divinidad” se refiere a la totalidad, más que a la sacralidad o a lo sagrado. No se trata de tener que ser especiales, de tener que estar absolutamente conectados con la Fuente o entregados a lo sagrado. 

“Divino”, en realidad, quiere decir que el centro espiritual se ha activado, de manera que podamos incluir nuestra divinidad en nuestro yo humano. Así, dejamos de vernos únicamente como un ser humano que hace, para conectar también con la parte de nosotros que es espiritual.

Nuestra guía divina no nos dice lo que debemos hacer; siempre actúa dentro del marco de nuestro libre albedrío. Por consiguiente, al decir “divinamente guiado”, afirmamos que, al avanzar hacia adelante, las intuiciones y mensajes que nos llegarán serán la combinación de nuestro libre albedrío humano junto con el aspecto divino que todos llevamos dentro.

“Yo estoy conectado”. Significa que siempre existe una conexión entre tú y Dios, la Fuente, o como quieras llamar al Creador del Universo. Y esa conexión no puede romperse, aunque la ignoremos o no le prestemos atención alguna; siempre recurriremos a ella en los momentos de necesidad, cuando queramos pedir ayuda.

Sin embargo, es mejor que mantengamos esa conexión de manera fluida y continua, para que siempre podamos recordar que nuestra guía interna se encuentra a nuestra disposición, que es parte de nosotros y que se activa gracias a esa conexión.

“Seguro y protegido”. Cuando nos mantenemos conectados y recordamos nuestra guía divina, nos sentiremos seguros, a salvo, y sabremos que alguien cuida de nosotros. De nuevo, nuestra guía divina siempre respetará nuestra libertad de elección y no actuará sin nuestro consentimiento: su único propósito es el de ayudarnos durante nuestro viaje.

También tendremos protección espiritual si la pedimos y decidimos usarla. Quizá su finalidad no consista exclusivamente en ocuparse de que jamás nada nos haga daño, aunque sí puede impedir que nos perjudiquemos a nosotros mismos. 

Esto no significa que podamos utilizarla como excusa para hacer cualquier cosa. Más bien se encargará de que, ante cualquier situación, y ocurra lo que ocurra, dispongamos de las herramientas y los recursos necesarios que nos ayudarán a encontrar el camino para salir adelante de la mejor manera posible.

“En todos los sentidos”. El Universo nunca juzga; no le importa si necesitas un vaso de agua porque tienes sed o si necesitas una nueva casa porque necesitas un lugar donde vivir. Olvidamos que, en un Universo que no juzga, todas las cosas tienen la misma relevancia y son igualmente importantes.

Por tanto, recuerda que estás a salvo y estás protegido, que eres guiado y ayudado de todas las maneras posibles. Eso significa que, cuando te permitas hacer milagros, todo será posible para tí y que todos los caminos te ayudarán a hacer realidad tus intenciones y ponerlas a tu alcance.

“En todas las cosas”. En todas las cuestiones y aspectos de nuestra existencia. Nada es demasiado mundano o demasiado importante; la energía que vamos a activar dirigirá toda nuestra vida, y estaremos seguros de que nuestra intención más elevada siempre se cumplirá. En todas las cosas quiere decir en absolutamente todo.

No olvides pedir guía y dirección, de utilizar todos tus recursos espirituales en cualquier área de tu cotidianeidad en que te sientas incómodo, tengas dudas o temores. La energía y las leyes universales lo abarcan todo; nada es demasiado insignificante y no hay nada que no pueda resolverse desde el plano espiritual.

Digo esta afirmación todos los días, cien veces al día. La canto como una canción, me la repito mi misma para recordarme que soy divinamente guiada, que estoy segura y protegida en todos los sentidos, en todas las cosas.

Y espero que vosotros podáis recordarlo también. Gracias.

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Traducción: Rosa García
 Difusión y edición: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

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