SOLSTICIO VERNAL Y PLENILUNIO DE CÁNCER “LA CRUZ DEL INICIADO” part.II
Las
energías solstisciales y la super luna de Cáncer nos empujan hacia la
manifestación de uno de los vehículos ritualistas de la humanidad: “el
descenso por la puerta de los hombres”.
Todas las dinámicas y reconexiones cósmicas se sintetizan en este
profundo viaje hacia la sabiduria innerente, donde la capacidad y la
sutileza de nuestros vehículos, y la hipercomunicación psíquica que
hemos desplegado y materializado entre reinos, nos permite adentrarnos
en este tiempo probatorio, en este gran signo preparatorio, para generar
la sublimación que da nacimiento a la “conciencia trascendente”, a la
liberación de Prometeo (el hombre que recibió el fuego) y que de Cáncer a
Capricornio consuma la realidad espiritual del Alma.
La conjunción del Sol y Júpiter en Géminis, la inteligencia Activa
que personifica la “palabra” que acrecienta la conexión con el corazón
del sistema, y que hace emerger los espejos de la ley cíclica, los
campos astrales del Logos Planetario, nos desvelan la ruta hacia la
propia trascendencia, hacia el principio de expresión divina de la
humanidad que en creciente comunión y fraternidad se eleva por encima
de los reflejos del pasado, y del imaginario colectivo para sumergirse
en la propia tribulación y la sagrada elección.
Su trígono a Saturno, fuego cósmico
trasmisor de la mente de los siete esquemas planetarios y a Neptuno
depositario de las llamas solares de Sirius, convierten el encuentro
estelar en una potente influencia para la mente que se dirige a la
síntesis de su propia expresión, dando los primeros pasos hacia el
elevado vehículo budhíco, donde la actividad se descentraliza del YO,
expandiénose hacia los destellos de la iluminación.
Mercurio, triángulo de fuerza
iniciática junto a capricornio y la humanidad, actúa en este viaje como
principio mediador que relaciona los tres aspectos de la mente
(abstracta-manás puro, el hijo de la mente-alma, y concreta-inteligencia
activa), empujando al ser humano a una crisis de percepción mental,
donde la creencia y el subconsciente colectivo puede ser trascendido
permitiendo el sublime nacimiento de la conciencia intuitiva, “la voz”
verdadera que se levanta sobre el salón de los espejos.
“Una prueba que evoque su elección más sabia…que deba decidir que voz
de todas las muchas voces, despertará la obediencia de su corazón”
(Cáncer el Mito).
La conjunción de Mercurio y Venus en Cáncer influencian “la casa
iluminada” el incipiente renacer del hombre divino, del hombre
hermafrodita, Mercurio (Hermes)-Venus (Afrodita), aquel que ha fusionado
Padre y Madre, aquel que sabe que ES Espíritu y Materia, aquel que ha
trascendido la mente y la emoción y que desde su propio silencio
comienza a manifestar la ciencia divina del hombre.
Venus, prototipo primario de la Tierra donde se ha desplegado ya el
hijo de la mente, difracta sobre los étheres el estímulo y la
inspiración del plano búdhico, generando una alta actividad vibratoria
de los centros que ha de conducir la fuerza magnética del plexo solar y
la hipersensibilidad del centro corazón tanto individual como
planetario, al centro laringeo (centro de actividad de la inteligencia
activa o Ángel Solar).
La vulnerabilidad del peregrino y buscador a todas las “voces” e
influencias energéticas, se supera en la creciente concentración
vibratoria del centro laringeo, donde la presencia es capaz de elevarse,
donde la mente es trascendida y puede ahora desplegar su actividad
pura, su conciencia ilimitada sin distorsión emocional ni psíquica.
Urano influencia potencialmente desde el inicio el “despertar” del
hombre hacia su trascendencia. En estos días su poder sintetizador actúa
principalmente en el campo mental introduciendo dinámicas de la mente
cósmica (Sirius) a través del fuego eléctrico que capacita al ser humano
para los trabajos mayores venideros.
Llega pues un fuerte periodo de fuerza dirigida a generar la segunda crisálida hacia la trascendencia.
Una vez los vehículos inferiores estan activados y receptivos a su
recién descubierta dinámica evolutiva-solar, llega el momento de la
mente, el tránsito de la inteligencia a la intuición, el despliegue del
mundo subjetivo que ha trascendido la polaridad y expande desde su
propio centro hacia la gran transformación, hacia la revolución mental,
el big-bang donde se inicia una nueva era, una nueva raza, una nueva
edad dorada.
El descenso por la angosta y oscura puerta de los hombres es un viaje
iniciático profundo. La cruz del iniciado que es capaz de concentrar el
propio silencio elevándose por encima de la hiperactividad sensible que
contacta…el viaje del ser que escucha su verdadera esencia entregando
sus creencias y su propia identidad al misterioso y oscuro vientre de la
forma, donde la sabiduría se replegó y de donde ha de resurgir después
de eones de ley cíclica.
Es un tiempo de tribulaciones internas en busca de la voz de la
existencia. La aspiración, el deseo, el instinto, el intelecto, la
intuición generan espejos y reflejos en una “maya” probatoria que
marcará este tránsito hacia la “puerta de los dioses”.
Sumergirse en el viaje profundo del misterioso silencio, donde uno es
capaz de disolver el conflicto del juicio y la aspiración espiritual,
donde uno es capaz de propiciar la “serena expectación” dejando nacer
sin influencia, dejando expresarse sin ataduras la ilimitada creación
del propio SER, nos permitirá expresar “la casa iluminada”, el sistema
femenino, la tierra de la siembra, la Madre del nuevo hombre divino,
que ha trascendido la mente y se ha elevado sobre el inconsciente
colectivo para dirigirse con paso firme y nueva vestidura a la
auto-conciencia divina de Leo.
NOTA: El contacto con las fuertes energias solstisciales y del
plenilunio ha de producir una creciente actividad de los centros
magnético y sensible. Los espejos, las voces, las tendencias, las
dinámicas que contactamos desde todos los planos y subplanos cósmicos,
deben ser trascendidas para encontrar la propia VOZ, la pura actividad sin distorsión del Ser que ha iniciado el sendero de retorno.
La mente debe “vaciarse” de todo lo aprendido y establecido. Los
pilares sobre los que el imaginario y la creencia se levanta caerán
desde todos los ángulos para dar nacimiento al “hijo de la mente”, a la
semilla crística que “sostiene” el universo y convierte los opuestos en
complementarios.
Un renacer como decían los egipcios, una tumba como narraban los
hebreos. El solsticio y las fuerzas de cáncer suponen el fin del hombre
antigüo, el fin de las cadenas del karma y de cronos…El principio de una
nueva raza que abandona el servicio (piscis) para convertirse en
salvador (acuario).
“Lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz”
Namasté
Anabel.C.Huertas
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